Grupos de activistas comprometidos con la campaña "Para detener las balas, pintemos las fuentes", tiñeron de rojo las de la explanada del Palacio de Bellas Artes y la de la Diana Cazadora en el Paseo de la Reforma.
En ambos casos, usaron pintura vegetal y actuaron por sorpresa entre la una y las tres de la tarde, para promover el apoyo popular a la marcha del próximo domingo 8 de mayo contra la violencia que desangra al país.
En Bellas Artes los activistas utilizaron envoltorios de papel de china llenos de pintura vegetal, para una fusión lenta del agua con el colorante y ello les permitiera alejarse sin ser molestados por la policía. Para su sorpresa, varios policías los ayudaron a apresurar la mezcolanza, cuando con escobas intentaron extraer del agua las bolsitas, dándole a esta una intensidad y una textura más brillante.
"¡Qué horror!, yo me iba a enjuagar las manos, pero el agua está llena de sangre", exclamó poco después una joven señora. Otra opinó: "Qué magnífica manera de hacer conciencia para terminar con esta pesadilla en que nos metió el gobierno".
Más tarde, al tratar de emular a sus compañeros pintando el agua de la Diana Cazadora, los activistas se llevaron un chasco, pues en el momento en que arrojaban unos 20 kilos de pintura vegetal, una pipa del GDF llegó y descargó miles de litros más. Sin embargo, tres actores situacionistas se bañaron en sangre de teatro hecha con maicena y concentrado de jamaica, y lograron atraer la atención de los automovilistas, que durante más de media hora, y tocando el claxon rítmicamente, les manifestaban su apoyo, en tanto otros promotores de la paz exhibían cartulinas con leyendas como "No más sangre", "Estamos hasta la madre" y "Paremos las balas pintando las fuentes".
Ambas acciones, posteriormente, fueron reivindicadas vía Internet por el colectivo Por lo Pronto.
En ambos casos, usaron pintura vegetal y actuaron por sorpresa entre la una y las tres de la tarde, para promover el apoyo popular a la marcha del próximo domingo 8 de mayo contra la violencia que desangra al país.
En Bellas Artes los activistas utilizaron envoltorios de papel de china llenos de pintura vegetal, para una fusión lenta del agua con el colorante y ello les permitiera alejarse sin ser molestados por la policía. Para su sorpresa, varios policías los ayudaron a apresurar la mezcolanza, cuando con escobas intentaron extraer del agua las bolsitas, dándole a esta una intensidad y una textura más brillante.
"¡Qué horror!, yo me iba a enjuagar las manos, pero el agua está llena de sangre", exclamó poco después una joven señora. Otra opinó: "Qué magnífica manera de hacer conciencia para terminar con esta pesadilla en que nos metió el gobierno".
Más tarde, al tratar de emular a sus compañeros pintando el agua de la Diana Cazadora, los activistas se llevaron un chasco, pues en el momento en que arrojaban unos 20 kilos de pintura vegetal, una pipa del GDF llegó y descargó miles de litros más. Sin embargo, tres actores situacionistas se bañaron en sangre de teatro hecha con maicena y concentrado de jamaica, y lograron atraer la atención de los automovilistas, que durante más de media hora, y tocando el claxon rítmicamente, les manifestaban su apoyo, en tanto otros promotores de la paz exhibían cartulinas con leyendas como "No más sangre", "Estamos hasta la madre" y "Paremos las balas pintando las fuentes".
Ambas acciones, posteriormente, fueron reivindicadas vía Internet por el colectivo Por lo Pronto.
http://www.jornada.unam.mx/2011/05/01/index.php?section=politica&article=006n2pol
