miércoles, 28 de marzo de 2012

(Algunos) Peligros. Procedimientos penales. Convicciones éticas. AMLO, expuesto

La comisión de justicia de la Cámara de Diputados tratará de aprobar hoy el dictamen sobre reformas al Código Federal de Procedimientos Penales que, entre otros retrocesos altamente riesgosos, permitiría consolidar el uso de la tortura para la obtención de pruebas y confesiones, daría carta blanca a las detenciones arbitrarias y abriría el camino a otras violaciones de los derechos humanos. Los miembros de la citada comisión ya aprobaron las preocupantes modificaciones en términos generales y hoy discutirán las que se reservaron en puntos particulares, con la idea de tener listo un dictamen viable para que el pleno lo apruebe en San Lázaro en próxima sesión. De esta manera, el calderonismo vería servida parcialmente su hasta ahora fracasada intención de impulsar un nuevo articulado de la Ley de Seguridad Nacional que le permitiera tomar, con fundamento legal y no solamente de facto, decisiones discrecionales con tufo a autoritarismo extremo. La aprobación de estas nuevas reglas tiene como obligada referencia contextual la descomposición judicial e institucional que ha provocado el felipismo y el peligro de que estas nuevas posibilidades represivas sean utilizadas con sentido político y electoral en el sombrío túnel de fin de sexenio.

2.- El Senado de la República dio ayer primera lectura a las propuestas de reforma a los artículos 24 y 40 constitucionales que, mediante la artera inclusión de términos aparentemente positivos y modernizantes, encierran la pretensión de dar marcha atrás al Estado laico tal como ahora lo conocemos. En particular, se pretende establecer la libertad de convicciones éticas, con lo que se estaría facultando a los órganos gubernamentales para calificar y decidir lo que debe ser protegido e incluso promovido, por corresponder a los criterios éticos que las autoridades decidan aplicar, o su rechazo e incluso penalización. La aprobación de estas iniciativas de reformas podrá darse en las sesiones plenarias del Senado que se realizarán hoy y mañana, entre protestas de organizaciones cívicas, religiosas (como La Luz del Mundo) y ciudadanos en lo individual (como el autor de los presentes teclazos) que hoy, a partir de las ocho de la mañana y durante varias horas, se manifestarán afuera del recinto senatorial. Para que no haya duda de la fuente real de donde surgieron estas iniciativas, y el destinatario inequívoco de ellas, el proceso legislativo se desarrollará a un par de días de que terminó una visita del jefe máximo de la Iglesia católica, llamado Benedicto 16, concebida justamente para presionar en pos de una libertad religiosa que en concreto busca la obtención de concesiones de radio y televisión, la posibilidad de realizar actos de culto en lugares públicos y sin necesidad de permiso gubernamental alguno, y la incursión abierta de ese credo en los programas educativos, sobre todo en los públicos. El ocupante de Los Pinos, Felipe Calderón, ha estado de acuerdo con ese proyecto de reconquista católica (movido por la pérdida de feligreses y el aumento de seguidores de otras expresiones religiosas, genéricamente conocidas como cristianas) y, junto al comprometido voto camaral del panismo se ha acomodado hasta ahora el del priísmo, cuyo candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, comparte la visión clerical expansiva.

3.- Andrés Manuel López Obrador ha rechazado la posibilidad, ante un ofrecimiento hecho por la Secretaría de Gobernación, de contar con vigilancia especial durante su campaña como candidato a la Presidencia, lo que le deja expuesto a las múltiples manifestaciones de violencia irracional que cotidianamente se producen en muchos tramos carreteros y en zonas urbanas muy definidas (Peña Nieto ha rechazado similar ofrecimiento, pero el mexiquense cuenta con su propia legión de guardaespaldas). Aún cuando ha ido modificando sensiblemente partes de su discurso tradicional, entrando a una franja polémica de perdones, amores y saludos, el tabasqueño cree necesario mantener el contacto directo con sus seguidores, atenido a la fórmula voluntariosa de que quien actúa bien no debe temer el mal. La historia está llena de ejemplos físicamente adversos, y especialmente en México hay ahora múltiples factores de criminalidad (tanto política como expresamente narcotraficante, con frecuencia ejecutivamente asociados) que deberían pesar para que el (todavía) perredista reconsiderara esa decisión de moverse en un marco de plena vulnerabilidad y aceptara fortalecer sus medidas de seguridad.

4.- Relacionado con lo anterior, pero con su propia dinámica, diversos candidatos de la izquierda a cargos legislativos y a puestos ejecutivos en estados y municipios han sido amenazados y, en algunos casos, sometidos a acciones disuasorias, contra ellos o sus familias, para que dejen de competir electoralmente. La denuncia formal fue hecha por los dirigentes del Movimiento Progresista ante el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré. A punto de entrar en la fase de pleno activismo de las campañas electorales, los hechos denunciados muestran una evolución de los peligros de la delincuencia desbordada, que ha pasado de los presuntos enfrentamientos entre ellos mismos, con algunos daños colaterales, a la imposición de un estado de miedo colectivo y a los ajusticiamientos contra defensores de derechos humanos y líderes sociales opositores, hasta llegar en los momentos clave a los terrenos específicos de lo político y lo electoral.

5.- La comisión de energía del Senado ratificó ayer el acuerdo entre el gobierno calderonista y Washington respecto de yacimientos transfronterizos de hidrocarburos.

Y, mientras Chepina le echa bronca a Genaro y a la Pinche Sota, pero esos exabruptos telefónicamente interceptados son usados para acusar al PRI de difundir el sentir airado de la heroína en peligro electoral, y en tanto EPN vuelve al lugar del crimen (literario), pues arrancará su campaña no en la FIL, pero sí en Guadalajara … ¡hasta mañana, con Isabel Miranda de Wallace mostrando analfabetismo político al hablar de Iztapalapa!




Fuente: La Jornada