Hace dos años, violenta e ilegalmente, se decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro, empresa pública en la que laborábamos más de 44 mil personas. La reacción inmediata del SME fue votar en asamblea general, no liquidarnos y luchar hasta revertir el decreto y recuperar nuestro empleo. En el interior, los traidores y artífices del gobierno dijeron que no había nada que hacer frente a esa decisión y cobardemente llamaron a liquidarse. Sin embargo y a pesar de ellos y la nefasta campaña mediática que llevó a la opinión pública, en gran medida, a darnos la espalda, no pudieron con el SME, porque más de 16 mil hemos dado la batalla con dignidad. Nos cambiaron la vida, nos robaron nuestro patrimonio, aniquilaron expectativas de vida, nos denigraron, nos dañaron moralmente, pero no nos doblegaron.
El mensaje que hemos enviado ha sido claro: no entregarán a esta generación de electricistas el acta de defunción de nuestro SME. Seguiremos por el camino que marcamos: la movilización, la denuncia; decirle al pueblo de México que entregar nuestra materia de trabajo a los contratistas significa privatizar la industria eléctrica, que el decreto ha generado un sinnúmero de fallas y conflictos como variaciones de voltaje, cortes prologados, electrocutamientos de trabajadores inexpertos, incrementos desmedidos en los recibos, etc. Frente a esta infamia nuestro camino ya está trazado: resistiremos hasta alcanzar la victoria.
Cecilia Figueroa Rodríguez
Fuente: La Jornada