viernes, 6 de mayo de 2011

Guerra contra los mexicanos


Al iniciar y encabezar la “Marcha por la Paz” en Cuernavaca, Morelos, rumbo a la Capital de la República, para exigir a la administración federal detener el clima de violencia en el país, terminar la “guerra contra el narcotráfico” y poner fin a la impunidad, el poeta Javier Sicilia sostuvo que la lucha de Felipe Calderón contra los carteles de la droga se convirtió en una “guerra contra los mexicanos”. Afirmó que el “dolor y el sufrimiento de esta Nación es tan grande que ya rebasó cualquier ideología, cualquier posición, nos unimos en lo humano, nos unimos en la búsqueda de consuelo”. El afligido padre pidió a la clase política y al inquilino de Los Pinos que su reclamo sea escuchado, porque esta manifestación “es un ya basta contra los criminales y contra el gobierno, porque han sido omisos”.

Rodeado de integrantes de decenas de organizaciones con numerosas demandas, desde activistas y defensores de Derechos Humanos, padres de niños víctimas de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, familiares de jóvenes asesinados en Villas de Salvárcar y decenas de personas que denuncian a sus desaparecidos, quienes partieron desde la glorieta de la “Paloma de la Paz”, el poeta declaró que al parecer Calderón “no entendió, está mal informado. Parece que no me oyó. No estamos contra el gobierno, estamos buscando el bien de la Nación”. Explicó que el reclamo social de poner fin a esta guerra es porque no la está perdiendo ni el Estado ni los criminales, sino la sociedad. Ante la terquedad del gabinete de Seguridad calderonista, quien insiste en mantener su fallida estrategia contra el crimen organizado con la cual los expertos militares sostienen que no ganará absolutamente nada porque está inmerso en una profunda estratagema de desgaste, Sicilia adelantó que al llegar a la Ciudad de México convocará a un pacto que termine con esta violencia absurda, porque el Estado ha sido incapaz de garantizarle seguridad a la sociedad. Sostuvo que “una paz basada en la violencia, basada en el temor, basada en el horror, no puede ser una paz”, al recordarles a los tecnócratas al frente del Ejecutivo federal que “la soberanía radica en el pueblo, no en el Estado”.

Acompañado de activistas como Juan Lebarón y Olga Reyes Salazar, así como Patricia Duarte y José Martínez, papás de menores fallecidos en la Guardería ABC, Sicilia cuestionó que la aceleración de las investigaciones de la muerte de su hijo tengan la pretensión de bajarle presión a la marcha. En efecto, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que un juzgado federal concedió un arraigo por 40 días contra Jesús Cárdenas Pérez, “El Manos”, y Cesar Arturo Galindo Pérez, “El Guasón”, quienes, dijo, confesaron su participación en el secuestro y asesinato de siete personas en Morelos, entre ellas Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta. Los dos presuntos delincuentes fueron detenidos hace apenas cuatro días. Al mismo tiempo, el gobernador morelense, el panista Marco Antonio Adame Castillo, realizó la pantomima de firmar con el presidente del Congreso de Morelos, Julio Espín Navarrete, y el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Miguel Ángel Falcón Vega, un “Acuerdo por el Desarrollo, la Justicia, la Seguridad y la Paz en Morelos”, cuando lo que tendría que haber hecho si tuviera un poco de vergüenza y dignidad es haber presentado ya licencia al cargo.

Durante la silenciosa marcha participan contingentes de Ciudad Juárez, Chihuahua, y de Oaxaca, entre otras entidades de la República, que llegarán a la ciudad de México el 8 de mayo. La destacada manifestación popular tiene réplica en 26 ciudades de diferentes naciones, como las europeas Hamburgo, Berlín, y localidades de España y Francia, así como en 36 municipios de distintos estados. Al arrancar, destacó la presencia del Obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera, quien criticó que la administración calderonista quiera protegerse de la gente, al promover leyes como la de seguridad nacional que “no va en otro sentido, sino protegerse de nosotros”, “proteger el aparato del Estado que no está funcionando”. A los calderonistas les pidió que “no se defiendan de nosotros, no nos tengan miedo, esto es un país democrático. No nos tienen que tener miedo, como tienen miedo a escuchar a un pueblo, como tienen miedo que un pueblo manifieste lo que quiere y lo que desea”.

Durante el trayecto, los participantes, unos a otros, expresan por qué están aquí: el colimense Ramón Núñez de la Mora comenta que fundó la Coordinadora Colima por la Paz, porque esa entidad perdió al menos 150 ciudadanos el año pasado; Melchor Flores Landa muestra una fotografía de su hijo quien fue desaparecido en febrero de 2009 por policías en Nuevo León. Con gran pesar señala que “estamos aquí compartiendo el dolor, el que estamos hasta la madre”; Héctor Carreón dice que su hermano Paris Carreón fue ejecutado el año pasado; los estudiantes de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos relatan que fueron al rastro municipal y pidieron sangre de vaca con la que “decoraron” playeras blancas y le colocaron una leyenda “Recuerdo de Cuernavaca”. Llevan pulseras con la misma leyenda, también bañadas de sangre de res.

Los jóvenes de la Red por la Paz y la Justicia reportaron que realizan un recorrido de 80 kilómetros por carretera y realizarán nueve paradas en el trayecto. Marchan por el carril de baja velocidad de la autopista México-Cuernavaca, escoltados por patrullas de la Policía municipal y de Caminos y Puentes Federales y ambulancia. El contingente es seguido por un convoy de vehículos, en los que viajan familiares de activistas, así como 10 camiones foráneo. Hicieron una parada para descansar en el kilómetro 70 y en el 76. En el primero la Cruz Roja estableció un puesto de abastecimiento, donde tomaron agua y café y comieron tortas y fruta. A punto de entrar al entronque con Cuautla, la marcha creció, se sumaron maestros del Movimiento Magisterial de Bases pertenecientes a la Sección 19 del SNTE, del Sindicato Mexicano de Electricistas y de los 13 pueblos de Morelos. Los cientos de manifestantes durmieron en Coajomulco, Morelos, tras un recorrido de casi 20 kilómetros; este viernes lo harán en Topilejo, Distrito Federal, y el sábado en el Centro Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México. El 8 de mayo en la capital del país están previstas dos marchas con salidas del IPN y del Casco de Santo Tomás. Paola Alcázar, integrante de dicha red, indicó que la marcha es monitoreada por radio y televisión a través del portal de Internet Radio Chinelo, y aseguró que se subirán imágenes en tiempo real sobre la manifestación, pronunciamientos, conferencias y entrevistas.

EXIGEN A FCH CAMBIAR ESTRATEGIA

Senadores del PRI y PRD demandaron a Felipe Calderón que escuche el reclamo de los ciudadanos que se manifiesta con la marcha de inconformidad que salió desde Morelos y que tiene como destino final el Zócalo capitalino. Le exigieron dejar de lado el empecinamiento, escuchar los reclamos de la sociedad y modificar la estrategia de combate al crimen organizado. Lamentaron que el inquilino de Los Pinos insista en mantener medidas que han resultado ineficaces y que sólo han derivado en más violencia.

El guanajuatense Francisco Arroyo, vicepresidente de la Cámara alta, afirmó que “la voz del pueblo es la voz de Dios y lo digo desde la postura más laica que se pueda imaginar y ante este tipo de reclamos políticos tenemos la obligación de escuchar. Todos los reclamos populares es deseable que se atiendan”. A su vez, su compañero de bancada, el quintanarroense Pedro Joaquín Coldwell, quien preside la Comisión de Puntos Constitucionales, sostuvo que la protesta ciudadana en las calles “es una prueba del clima social que se vive en México, tienen todo el derecho de manifestarse y de exigir cambios. Lo que se requiere es un cambio de estrategia, es obvio que no ha funcionado hasta ahora. Ha habido un gran derramamiento de sangre pero no baja la inseguridad, no baja la violencia y no han dejado de morir jóvenes”. Mientras que el potosino Carlos Jiménez Macías, que cobra como vocero de la bancada del PRI, lamentó que Calderón pida la ayuda de la ciudadanía, porque en un acto de desesperación pretende suplir la incapacidad de su administración con la participación de la población.

Por su parte de la fracción parlamentaria del PRD, René Arce lamentó la “insistencia ciega” de Calderón en mantener su fallida estrategia y comparó su actitud con quienes prenden obligar a un ciudadano a incorporarse a una secta o una religión. El legislador del Sol Azteca acusó al inquilino de Los Pinos de ser “un fundamentalista, piensa que él posee la verdad y que todos los demás están equivocados. Sólo cuando lo presionan hace actos mediáticos para tratar de justificarse, pero siempre cae en lo mismo, ya lo vimos con su Acuerdo por la Seguridad y luego con los foros de diálogo, no derivaron en nada”. Agregó que el michoacano no tiene manera de explicar el crecimiento de las adicciones, la violencia y el tráfico de armas y drogas. Finalmente, manifestó su esperanza de que la marcha tenga éxito y que se mantenga al margen de los partidos políticos.



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