El movimiento que definió el rumbo de México estuvo plagado de traiciones e incidentes poco mencionados en algunas versiones oficiales
La Revolución Mexicana fue el acontecimiento que determinó el rumbo del país durante el siglo XX, sin embargo, este movimiento estuvo caracterizado por caos, confusión, traiciones y movimientos pocos inteligentes por parte de algunos personajes.
Aunque la Revolución nace con la intención de remover a Porfirio Díaz del poder, quien llevaba más de 30 años al frente del país, es justo cuando él deja la presidencia que los conflictos políticos y sociales cobran mayor fuerza.
Madero anunció la fecha en que comenzaría la Revolución
Parece extraño, pero Francisco I. Madero anunció con más de un mes de anticipación que iniciaría un movimiento para derrocar a Díaz. El 5 de octubre de 1910, Madero promulgó el Plan de San Luis en el que llamaba a la gente a tomar las armas el 20 de noviembre a las 18:00 horas.
“El día 20 del mes de noviembre, de las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar al poder a las autoridades que actualmente la gobiernan”, se puede leer en el mecanoescrito original.
Cuando llegó el día, Madero atravesó el Río Bravo y llegó a México, donde fue recibido por un pequeño grupo que lo apoyaba. Los pocos levantamientos que hubo aquel 20 de noviembre, estuvieron muy lejos de la capital y tomó tiempo para que el movimiento cobrara fuerza.
Plan de San Luis original
Díaz renunció al poder y viajó por el mundo
Díaz renunció al poder hasta marzo de 1911, para ese entonces más entidades se habían levantado en armas y se acercaban a la Ciudad de México, el oaxaqueño era ya un hombre de más de 80 años, por lo que renunció al poder, sacó sus pertenencias de la residencia oficial y se exilió.
Si Díaz tenía que responder por algún crimen de lesa humanidad, nunca lo hizo, pues se le permitió llegar hasta Veracruz para tomar el buque alemán ‘Ypiranga’ rumbo a Europa. Eso sí, antes de partir algunas personas le dedicaron bailes y banquetes en el puerto en agradecimiento por su gobierno.
Pese a tener algunos males de la edad, Díaz no pasó nada mal sus últimos días de vida, pues visitó la tumba de Napoleón Bonaparte en Francia, además viajó a las ciudades más importantes de España, Suiza, África e Italia; murió en su residencia en París el 2 de julio de 1915.
Madero llegó a la presidencia y… el conflicto empeoró
Díaz se había ido del país y Madero ya estaba en la silla, sin embargo, algunos líderes revolucionarios notaron que las cosas no eran muy distintas, por lo que Ricardo Flores Magón nunca le dio su apoyo y Emiliano Zapata no tardó mucho en desconocer su gobierno.
Madero pidió a Zapata que licenciará a sus tropas en Morelos, él aceptó a cambio de la restitución inmediata de tierras para los campesinos y pidió la remoción del gobernador morelense, así como un indulto para toda la gente de su movimiento.
Madero se negó y Zapata promulgó el 28 de noviembre de 1911 el Plan de Ayala en el que desconocía el gobierno maderista por haber traicionado las causas campesinas. Por su parte, el nuevo presidente hizo todo lo posible por extinguir el movimiento zapatista.
Madero dejó libre a Huerta, el hombre que lo traicionó
Victoriano Huerta, quien había peleado con el gobierno de Díaz para controlar a los indígenas yaquis y mayas al sur del país, fue elegido por Madero para encabezar al ejército federal, tras convertirse en un héroe persiguiendo a Pascual Orozco.
Durante la rebelión de Félix Díaz, Madero dejó la capital del país en manos de Huerta, quien intencionalmente entorpeció el trabajo de las fuerza federales contra la rebelión encabezada por el sobrino de Porfirio Díaz, por lo que Gustavo Madero lo mando aprehender.
Al regresar a la capital, Francisco recrimina a Gustavo por aprehender a Huerta y lo pone en libertad. Al día siguiente, Huerta y Díaz acuerdan que el primero tome la presidencia de manera interina y detienen a ambos hermanos Madero, quienes serán asesinados más adelante; aquello es recordado como la Decena Trágica.
Villa y Zapata no supieron que hacer en la Ciudad de México
La famosa foto en la que aparecen Emiliano Zapata y Francisco Villa juntos, fue tomada el 4 de diciembre de 1914, cuando villistas y zapatistas llegaron a la Ciudad de México, tras la convención de Aguascalientes, en la que se eligió como presidente interino a Eulalio Gutiérrez.
Villa y Zapata firmaron el Pacto de Xochimilco en contra de Venustiano Carranza, quien a su vez había rotó con la convención. Los personajes más representativos de la Revolución Mexicana estuvieron en el centro del poder político y económico del país y no lo supieron aprovechar.
Antes de concluir el año, ambos personajes siguieron sus caminos, Villa se fue al norte y Zapata partió a Amecameca para tomar puebla. Un momento álgido de la Revolución, del cual quedó sólo una fotografía, pues su trascendencia en la lucha fue poca.
No se sabe cuándo terminó la Revolución
Los historiadores aún no logran ponerse de acuerdo sobre la fecha en que concluyó la Revolución Mexicana, algunos señalan la firma de la Constitución de 1917 y la llegada de Carranza a la presidencia como el momento final de la lucha.
Otros alegan que ahí terminó sólo una etapa y la Revolución fue continuada por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Después vendría la etapa conocida como el Maximato, por la manera en que Calles, el Jefe Máximo, imponía presidentes, él también creo el Partido Nacional Revolucionario, que más tarde se convertiría en el Revolucionario Institucional (PRI).
Algunos más señalan que la revolución terminó con la salida definitiva de Calles del poder y la llegada de Lázaro Cárdenas, quien se negó a seguir la órdenes de Calles y el 10 de abril de 1936 fue exiliado del país por las fuerzas cardenistas rumbo a San Diego California.
Fuente: Reporte Indigo