Desde este año, las empresas distribuidoras de gas LP en México comenzaron a importar ese combustible de Estados Unidos, donde es 30 por ciento más barato. Sin embargo, al venderlo a los hogares mexicanos no ajustaron los precios, lo que les permitió obtener en ocasiones ganancias casi tres veces superiores al costo. Por esa razón, la Secretaría de Energía (Sener) tomó el control del precio del gas LP y lo redujo un 10 por ciento en agosto. Especialistas en el tema consideraron que el gobierno debe hacer el mismo esfuerzo para reducir también el precio de las gasolinas y las tarifas eléctricas, aunque se trate de mercados diferentes. El poder adquisitivo del salario mínimo ha perdido 72.8 por ciento en casi 40 años; el bolsillo de los mexicanos no soporta más; dijeron hoy en la Conferencia Internacional sobre el Estado del Arte del Salario Mínimo.
El 70 por ciento de los hogares mexicanos consumen gas LP, principalmente para cocinar y calentar el agua con la que se baña. En agosto, su precio máximo presentó una “disminución temporal” de 10 por ciento (1.28 pesos por kilogramo) al pasar de 12.83 pesos a 11.55 pesos por kilogramo, anunció la Secretaría de Energía (Sener). Pero no fue solo por un fenómeno natural del mercado, sino también por una intervención administrativa.
Por ello, en un país donde el poder adquisitivo del salario mínimo acumuló una pérdida de 72.8 por ciento en los últimos 36 años, analistas cuestionaron por qué el gobierno no hace el mismo esfuerzo para el precio de las gasolinas y las tarifas eléctricas. Porque, respondieron, la recaudación por el impuesto a las gasolinas y diésel contribuye a los ingresos de las finanzas públicas y porque la falta de inversión en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) obliga al país a importar el gas natural para producir electricidad, lo cual se paga en dólares en el marco de la depreciación del peso.
Ante el proceso de libre importación del gas LP, muchas empresas que lo distribuyen y comercializan en México lo han estado trayendo de Estados Unidos desde inicios de este año, dijo Arturo Carranza Güereca, especialista en el sector energético. Allá “los precios son mucho más baratos” porque casi no se consume, pero al venderlo a los hogares mexicanos no ajustaron los precios, lo que les permitió obtener ganancias excesivas. Por eso, “para proteger a los consumidores, la Sener decidió administrar el precio y anunciar una baja”.
Miriam Grunstein, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), coincidió en que “hubo un reconocimiento de las autoridades que regulan el precio del gas LP de que dadas las condiciones del mercado había una ganancia no justificada por parte de los distribuidores”.
El Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, explicó que entre las compañías distribuidoras “había utilidades casi tres veces superiores al costo. Solamente un grupo había bajado los precios. Estos son ahorros muy significativos porque en un tanque de gas LP de 45 kilos, el ahorro es de 57.70 pesos; en uno de 20 kilos, de 25 pesos”.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas) argumentó en un comunicado que fue una “disminución forzada” e “innecesaria” porque el mismo proceso de liberación de importación trae más competidores, y con ello precios menores. El presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas LP del Interior de la República (Adigas), Víctor Figueroa, previó el año pasado que las firmas de distribución que tienen acuerdos con empresas especializadas en importación y transporte tendrían ventaja sobre las pequeñas debido a que adquieren el gas en Estados Unidos un 30 por ciento menos del precio en que lo vende Petróleos Mexicanos (Pemex).
La reducción en el precio del gas LP, dijo la Sener, favorece a más de 70 millones de personas. En uno de sus spots, una mexicana entusiasmada por el anuncio cuenta que va a “cocinar un guisadito de esos tardados”. En otro mensaje propagandístico, la dependencia afirma que “con gas más barato, la economía de los mexicanos se beneficia y tu bolsillo también”.
Dependiendo de la zona del país y si se adquiere para un tanque de 20 kilogramos o por litros para abastecer un tanque estacionario, el ahorro es entre 25 pesos, por 20 días, y 143 pesos, por dos meses. Eso permitiría adquirir un kilo de huevo o un kilo de carne, respectivamente.
¿PERO EL ALZA EN LA LUZ Y LAS GASOLINAS?
Los pesos ahorrados por la baja en el precio del gas LP ¿compensan el alza en otros productos como la luz o la gasolina? Este día, mientras la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció un alza de 18 centavos en el precio del diésel para octubre, en la Conferencia Internacional sobre el Estado del Arte del Salario Mínimo se discutió que México no ha emprendido una política de recuperación del salario, por lo que lo coloca entre las peores naciones del mundo en la materia.
En el país hay pobreza, inequidad, exclusión y enojo social, afirmó durante el evento Enrique Alfaro Ramírez, Presidente Municipal de Guadalajara. “El salario no debe depender de elementos macroeconómicos, es ya un tema de justicia y de ética”, dijo. Los titulares de los gobiernos de la Ciudad de México, Guadalajara y Tlaxcala enfatizaron la urgencia de aumentar el salario mínimo a por los menos 89 pesos diarios. El actual es de 73.04 pesos.
“El esfuerzo debe hacerse no solamente en el mercado de gas LP, también se debe realizar en el mercado eléctrico y de combustibles dado que la situación económica actual no es la mejor. Por ejemplo, expandir la infraestructura de gas natural, lo cual reduciría las tarifas eléctricas”, expuso Arturo Carranza Güereca, analista en temas energéticos.
De hecho, el Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, informó que se contará con la inversión de 12 mil 743 millones de dólares para la expansión y construcción de gasoductos de gas natural que se encuentran ya en marcha.
“La inversión en los proyectos de gasoductos de gas natural es la apuesta más importante que se ha dado en la Reforma Energética”, declaró el experto Carranza Güereca. “El gas natural es el insumo principal para producir electricidad por lo que en la medida en que haya más infraestructura para transportarlo (con gasoductos) los precios bajarían”.
Sin embargo, expuso la experta en temas de energía Miriam Grunstein, la baja en el precio del gas LP también “siguió una lógica de mercado” porque el gas natural está expandiéndose en lugares donde antes no había abasto y hay menos demanda de gas LP. Además, se correlaciona con la caída en los precios del petróleo, porque este insumo es derivado directo del petróleo.
“¿Por qué no pasa con las tarifas eléctricas y con los precios de la gasolina? Porque hay una política fiscal detrás. Esas son las cuestiones de desquiciamiento de la política pública cuando a veces actúas conforme a las señales del mercado y cuando a veces actúas conforme a criterios recaudatorios”, afirmó.
Para 2017, la Secretaría de Hacienda estima que el 5.9 por ciento de sus ingresos provendrán del Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) petrolero (gasolinas y diésel). En contraste, afirmó la especialista, los ingresos fiscales del gas LP son mínimos.
A partir de que en el 2014 entró en vigor la Reforma Hacendaria y el IEPS en gasolinas, se ha registrado un sobreprecio del 40 por ciento en comparación con Estados Unidos, documentó el investigador de la Universidad Iberoamericana, Miguel Santiago Reyes Hernández. Es tan necesario ese producto, dijo, que aunque aumente su precio no se modifica su demanda.
“Los mexicanos están financiando la caída en los ingresos petroleros y los gastos administrativos y en los altos salarios de los funcionarios públicos”, aseguró.
Respecto al incremento de las tarifas eléctricas, Grunstein dijo que “habría que ver qué ineficiencias operativas hay en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y también cuánto interviene Hacienda en la fijación de la tarifa residencial. Ahí sí hay un problema de captación recaudatoria”.
Durante los últimos 30 años, criticó Reyes Hernández, el gobierno federal no invirtió en nueva tecnología para la CFE por lo que se se ha recurrido a la importación del gas natural para el sector industrial y la generación de energía. La dependencia argumentó las alzas con el comportamiento de los precios del petróleo, pero, como “el país importa el 80 por ciento de gas natural de Estados Unidos, lo paga en dólares. Parte del 50 por ciento de devaluación del peso se está transmitiendo a los consumidores”.
El analista energético Arturo Carranza enfatizó que la dinámica del mercado de gas LP, del eléctrico y de las gasolinas es muy diferente.
El precio del gas LP, dijo, estará estable durante el resto de este año ya que está sujeto al precio del petróleo, el cual –se estima– se estará vendiendo entre 40 y 50 dólares por barril.
La tarifa eléctrica, en tanto, depende del comportamiento del gas natural, el principal insumo con el que se produce. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha anunciado aumentos desde julio, pero para el sector industrial, comercial y doméstico de alto consumo. El sector industrial emplea gas natural. Para el 90 por ciento de los usuarios (35.5 millones que lo usan en casas) el precio no se ha movido desde el año pasado, pero el incremento en los otros sectores se traspasa al de bienes y servicios.
El precio de las gasolinas, añadió Carranza, responde al valor del petróleo, a la época del año y al Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), por lo que “es probable que registren incrementos pequeños en invierno”.
De julio a octubre, el precio de la Premium ha subido 44 centavos al ubicarse en 14.81 pesos por litro y no se moverá el resto del año; el de la Magna se elevó 58 centavos al venderse en 13.98 pesos este mes y ya no se modificará; y el de diésel, que sí puede seguir al alza este año, ha aumentado 86 centavos al ofertarse a 14.63 pesos.
En general, a raíz del proceso de liberación de los precios que finalizará en 2018, habrá “mucha volatilidad” en el valor de la luz, las gasolinas y el gas porque los precios van a fluctuar en función de la oferta y la demanda, y “los consumidores tendrán que acostumbrarse”.
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) calculó que para 2017 la gasolina Magna tendrá un precio máximo de 15.45 pesos por litro y la Premium de 16.78 pesos.
LOS PESOS AHORRADOS
¡El gaaaas!, ¡el gaaaas!, gritan los distribuidores por las calles del país. A veces muy temprano, a veces con un tono de voz peculiar.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en la República Mexicana hay mil 200 plantas de almacenamiento de gas LP, que cuentan con un parque vehicular de 6 mil pipas y 18 mil vehículos repartidores de cilindros contenedores, de los cuales hay aproximadamente en circulación 21 millones con capacidad de 20, 30 y 50 litros.
Tomando como base los precios máximos a partir de la reducción, si para una familia de cuatro personas se compra un tanque de gas LP de 20 kilogramos, el cual le dura 20 días, se desembolsarán 231 pesos, 25.60 pesos menos que con el precio anterior. Esos pesos ahorrados se pueden aprovechar para comprar un kilo de huevo.
O bien, un hogar mexicano de cinco personas, para suministrar un tanque estacionario, necesita 200 litros, los cuales duran alrededor de dos meses. Con esta disminución, tomando en cuenta que 200 litros equivalen a 112 kilogramos, gastará 1,293 pesos, 143 pesos menos que antes. Con lo ahorrado, podría comprarse un kilo de carne.
Sin embargo, dependiendo la zona del país, el precio varía y algunos distribuidores lo están vendiendo en 13 pesos por kilogramo. Dado que está en proceso la liberación de importación, la apertura en el mercado de gas LP sigue implementándose.
“Las decisiones se están tomando sobre la marcha. Todavía no hay una regulación muy clara, por lo que aún no se ve la diferencia de precios entre el existente en el país de donde se importó y el vendido en terrotorio nacional”, determinó Carranza.
La llegada de importaciones de las empresas, añadió, también afectó a Pemex. La petrolera nacional comercializa el producto a las empresas distribuidoras, pero de enero a agosto registró una caída de ventas del gas LP del 30 por ciento.
El presidente de la Asociación de Distribuidores de Gas LP (ADG), Luis Landeros, ha dicho que Pemex importa cerca del 35 por ciento del gas LP que se consume en el país, y produce el otro 65 por ciento.
Fuente: Sin Embargo| Dulce Olvera