sábado, 24 de octubre de 2015

En 2016, mexicanos pagarán hasta 4.16 pesos más por litro de gasolina

La Cámara de Diputados aprobó un impuesto especial que, a partir del próximo año, será aplicado al costo vigente del combustible. También fijó una baja de 50% al gravamen que hoy pagan las bebidas azucaradas que no garantiza una diminución al precio final
A partir del próximo año, los automovilistas y transportistas de nuestro país tendrán que pagar entre 3.52 y 4.58 pesos por cada litro de gasolina o diésel que compren, adicionales al precio vigente del energético.
Ello, a través de un impuesto especial que la Cámara de Diputados aprobó como parte de la miscelánea fiscal de 2016, cuya aplicación plantea la liberación del precio de los combustibles a la oferta y la demanda y el establecimiento –desde el Gobierno federal– de un costo de referencia mensual al cual se sumaría dicho gravamen. 

De acuerdo al dictamen de la miscelánea, que fue enviado al Senado de la República para su ratificación, los consumidores deberán cubrir una tasa fija adicional de 4.16 pesos por litro de gasolina Magna, de 3.52 pesos por litro de Premium y de 4.58 pesos por cada litro de diésel.
¿Cómo se aplica el impuesto a las gasolinas? 

Raúl Feliz, especialista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), explicó dichos montos se cobrarían durante todo el año sin importar si el costo de referencia que publique el Gobierno suba o baje. 

En una entrevista con Publimetro, señaló que, de acuerdo a lo aprobado por los diputados, la Secretarías de Hacienda y Energía harían un análisis del precio internacional de los combustibles para fijar un precio de referencia, al cual se le aplicarían los impuestos antes mencionados. 

"Si baja el el precio internacional, tendremos precios más bajos –independiente del impuesto especial por el tipo de gasolina que compremos–, pero si suben por factores externos como una baja en los inventarios por un crudo invierno, podríamos llegar hasta el doble del costo actual" dijo el investigador del CIDE.

El problema, apuntó, es que los consumidores de nuestro país no están preparados para lidiar con la volatilidad internacional de los energéticos, porque están acostumbrados a un precio fijo; lo cual podría generar conflictos sociales. 

En teoría, gravamen al combustible es benéfico 
Por su parte, Raymundo Tenorio Aguilar, director de las Carreras de Economía de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, campus Santa Fe, señaló que "en teoría" la liberación de los combustibles a la oferta y demanda y el cobro de de un gravamen fijo representa un beneficio a los consumidores.

Debido a que ello significa la entrada de empresas e importadores de combustibles al mercado mexicano, lo cual implica que Pemex tendría que ceder el monopolio de la distribución y de los costos de los energéticos, pero ello no será de manera inmediata a partir de enero de 2016. 

"Tampoco existe la garantía de que los transportistas (de pasajeros o de carga) reduzcan sus tarifas cuando baje el valor de los combustibles y, por el contrario, no se tocarán corazón para subirlas si se dispara el precio de las gasolinas", dijo.

Con tales medidas, apuntó el especialista, los que sí garantiza el Gobierno federal es la recaudación del impuesto especial al combustible y deja una eventual reducción en el precio de las gasolinas en manos del mercado y de la participación de las empresas que importen energéticos para competir con Pemex.   
Nada garantiza que bajen los refrescos

En cuanto a la reducción de 50% en el impuesto a las bebidas saborizadas con hasta cinco gramos de azúcares por cada 100 mililitros, los especialistas coincidieron en que, al igual que en el caso de los combustibles, no existe la garantía de que las empresas refresqueras trasladen esa baja al precio final de sus productos. 
Ello, debido a que el precio de los refrescos lo imponen las propias empresas y nada las obliga a hacerlo, lo cual significa que si –de acuerdo a sus estudios y proyecciones de mercado– consideran que deben mantener sus precios, lo único que pasará es que obtendrían mayor margen de ganancia. 

"La baja del impuesto a las bebidas azucaradas es una decisión a ciegas, que no tiene sustento en estudios o análisis y no garantiza que bajen los precios al consumidor. Ello, parece más un acuerdo de lobby" entre los diputados y las empresas", dijo Raúl Feliz, especialista del CIDE.

¿Qué otras medidas aprobaron los diputados? 
El dictamen de la Miscelánea Fiscal aprobado por los diputados para 2016 establece: 
• Aumentar el monto de las deducciones personales de 4 a 5 salarios mínimos anuales.
• La posibilidad de que las personas físicas puedan deducir las aportaciones de recursos en instrumentos de ahorro a largo plazo.
• La deducción al 100% de los gastos vinculados con la incapacidad laboral. Para tener acceso a este beneficio el contribuyente deberá contar con el certificado de incapacidad expedido por las instituciones públicas de seguridad social.
• La deducción inmediata de la inversión en bienes nuevos de activo fijo.
• Un incremento en el monto que se puede deducir por la adquisición de automóviles de 130 mil pesos a 175 mil pesos.
• Y exentar del pago del ISR los ingresos que obtengan las personas físicas proveniente de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras hasta por un monto de un salario mínimo general correspondiente al área geográfica del contribuyente.

Lo que esperamos para 2016 en los precios de las gasolinas en México y sus posibles implicaciones inflacionarias

Se propone adelantar el proceso de liberalización del precio de las gasolinas. Uno de los elementos que fueron incorporados en el paquete económico para el próximo año en México fue la propuesta de adelantar la liberalización del precio de las gasolinas a 2016. En este sentido, la SHCP propuso al Congreso implementar un proceso de transición por medio de “bandas de flotación” que evitarán movimientos abruptos en los precios de las gasolinas durante el próximo año. El nivel y trayectoria de dichas bandas se dará a conocer el 1 de enero de 2016.

Estructura actual de los precios de las gasolinas en México. De manera muy simplificada, el precio que actualmente se paga por la gasolina consta de tres componentes: el precio de ingreso a Pemex, del cual parte todo el cálculo y se mueve con base en los precios internacionales; el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS); y “otros costos”, como impuestos para entidades federativas, mermas, fletes y el margen comercial. Hasta ahora, el precio que enfrentan los consumidores es determinado externamente por la SHCP, y la variable que se ajusta a los cambios en los precios internacionales es el IEPS.

Es decir, en la medida en la que los precios internacionales caen, el IEPS se incrementa y viceversa, de tal manera que el precio final queda invariante. El monto de los “otros costos” ha mostrado una ligera tendencia al alza en los últimos años.

Consecuencias de la nueva metodología y propuesta del nuevo IEPS. La propuesta de liberalizar el precio de las gasolinas implica un cambio sencillo, pero fundamental en la manera en la que se estructura actualmente el precio de las gasolinas en México, ya que a partir de 2016 será el IEPS el término que la SHCP fijará de manera externa, y el precio final al consumidor el que se ajustará con base en los precios internacionales del combustible. Teniendo en mente este último punto, en nuestra opinión no existe ninguna razón para asegurar, a priori, que de manera consistente el precio final de las gasolinas se ubicará por debajo de su nivel actual, y menos aún si consideramos que el IEPS que se pagará a partir de 2016, tanto para la gasolina Magna como la Premium, será superior al que hasta ahora se ha pagado. Un dato que también vale la pena destacar, es que con esta medida el gobierno federal asegura que la recaudación por IEPS siempre será positiva, evitando así otorgar nuevamente un subsidio.

Precio proyectado para 2016. Para la proyección de los precios de las gasolinas en 2016 utilizamos como insumo los pronósticos públicos de la agencia de energía de los Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés), y suponemos que los “otros costos” que componen el precio final local de las gasolinas se mantienen estables respecto a lo observado en los últimos meses. Con esto en mente, nuestras estimaciones sugieren que el comportamiento futuro de los precios de las gasolinas en México asemejará la figura de una montaña o “u” invertida (acorde a las estacionalidad del precio internacional de las gasolinas), partiendo de un nivel cercano al observado actualmente (en el caso de la gasolina Magna el nivel podría ser ligeramente inferior al precio actual, pero en la Premium el precio estimado podría ser mayor), con un punto máximo hacia el mes de julio y cerrando 2016 con un precio superior al actual. Al margen del pronóstico puntual mes a mes, y en ausencia de las bandas de flotación que determinará la autoridad, creemos que el precio al público de las gasolinas podría experimentar un incremento anual de al menos 8 por ciento en 2016 (diciembre 2016 Vs diciembre 2015).

Impacto a la inflación en ausencia de bandas de flotación. Si nuestros cálculos resultan ser ciertos, la liberalización de los precios de las gasolinas impulsaría al alza la inflación durante prácticamente toda la mitad del año (excepto enero), y disminuiría dicha presión durante el segundo semestre de 2016, dejando el precio al cierre de dicho año en un nivel superior al vigente durante todo 2015. De manera muy general estimamos que la incidencia anual neta de esta nueva política de precios sobre la inflación será de aproximadamente 27 puntos base* en 2016. Es decir, a la inflación anual estimada para el próximo año se tendría que sumar alrededor de 0.27 por ciento.

Riesgos a nuestro pronóstico. La nueva política de precios para las gasolinas en México implica retos en términos de pronóstico a mediano plazo. Cambios abruptos y repentinos en las cotizaciones internacionales del precio del petróleo, o la paridad cambiaria podrían alterar de manera importante la trayectoria que prevemos para los nuevos precios en los combustibles. No obstante, las implicaciones cualitativas de la nueva política parecen ser relativamente claras, en cuanto a que el precio final ahora reflejará los movimientos del mercado internacional, y que el IEPS será un monto fijo y superior al que se ha observado (por ejemplo, en agosto el IEPS pagado por litro de magna fue de 1.42 pesos, y a partir de 2016 será de 4.16 pesos). Si los “otros costos” considerados actualmente en el precio final (en agosto por ejemplo estos “otros costos” fueron de 3.28 pesos por litro) se mantienen relativamente estables, el único ingrediente faltante para conocer el precio que finalmente se aplicarán será la determinación de las “bandas de flotación”, las cuales podrían llegar a acotar el impacto inflacionario que prevemos.

*El efecto neto se refiere a la diferencia entre la incidencia de la nueva política de precios y la que hubiera sido con la regla aplicada hasta 2015 (ajuste inflacionario de una sola vez en el mes de enero). El efecto total anual de la nueva política de precios sobre la inflación es cercano a 42 puntos base, y el de un incremento de una sola vez de 3 por ciento en enero hubiera sido de aproximadamente 16 puntos base.





Fuente: Publimetro| MARIO MENDOZA ROJAS