martes, 20 de octubre de 2015

Cura cuelga la sotana para casarse con diputada electa de Morena en Tabasco

El sacerdote Antonio Álvarez Macías y la diputada local electa de Morena, María Luisa Somellera. 
Foto: Tomada de Facebook

VILLAHERMOSA, Tab.- Polémica ha causado en Tabasco la presunta boda del sacerdote Antonio Álvarez Macías, quien colgó la sotana para casarse con la diputada local electa de Morena, María Luisa Somellera.

En un álbum de fotografías publicadas por el propio exprelado en su cuenta de Facebook, se aprecia a la pareja en la Torre Eiffel, en París, luego de mantener en secreto su romance.

“Hoy tomamos una decisión que marca y renueva nuestra vida, le da sentido y nos conduce a construir nuestro proyecto de familia… Compartimos contigo esta gran alegría!!!”, escribió el exsacerdote acompañando al álbum.

En las fotografías se aprecia a la pareja en la Torre Eiffel, donde el excura coloca el anillo de compromiso a su pareja y luego brindan con champaña.

En otro mensaje que acompaña con imágenes del Castillo de Eltz, escribió: “Y qué les platico…¡Elegí Princesa!!!”

Álvarez Macías era párroco de la iglesia del municipio de Comalcalco, Tabasco, y renunció a sus hábitos y a su juramento eclesiástico para unirse en matrimonio con la legisladora electa de Morena.

De acuerdo con el diario Presente, en Comalcalco se rumoraba la relación sentimental que María Luisa Somellera mantenía con Antonio Álvarez, mientras éste era cura de la iglesia católica local.

El periódico refirió que la decisión del excura causó controversia, pues en varias ocasiones rechazó sostener una relación sentimental con la diputada Somellera, por las frecuentes visitas de ésta a la parroquia.

La presunta boda ha desatado polémica en las redes sociales, en pro y en contra.

El pasado 7 de junio, María Luisa Somellera ganó la diputación local de Comalcalco, en fórmula con el candidato a la alcaldía, Javier May Rodríguez que también ganó, postulados por Morena. Ambos tomarán posesión el primero de enero de 2016.




Fuente: Proceso| ARMANDO GUZMÁN