sábado, 15 de agosto de 2015

60 días de impunidad y el miedo crece entre los universitarios agredidos en Veracruz

Una de las paredes de la casa donde fueron golpeados los estudiantes de la Universidad Veracruzana. Foto: Cuartoscuro

Ignacio Córdoba, integrante del Colectivo 5 de junio recuerda los momentos confusos, débiles, de terror inexplicable.

Minutos que parecieron horas, amenazas de muerte, insultos. Cada recuerdo le produce un ligero temblor, tensa la mano izquierda donde el dedo meñique sigue morado, hinchado. Le quebraron el hueso y la confianza.

Ya pasaron dos meses y nueve días desde que él y sus siete compañeros universitarios fueron golpeados y desfigurados el 5 de junio en un departamento cercano a la zona de humanidades de la Universidad Veracruzana.

Aún no hay justicia para ellos y consideran que nunca la habrá porque el estado no va a reconocer su implicación en el crimen.

Sin embargo, no van a dejar de luchar, por eso conformaron el Colectivo 5 de junio y por eso continúan aterrados, viviendo con paranoia y cuidado. Apenas comenzaban a sentirse tranquilos cuando ocurrió el asesinato de la activista veracruzana Nadia Vera y otras cuatro personas en el departamento de la colonia Narvarte en el Distrito Federal.

El miedo acrecentó. Hay confusión, tristeza, rabia por la impunidad de cada caso de agresión a estudiantes y activistas que existen en el estado de Veracruz y que se han vuelto intensos desde el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

“Fue un golpe duro anímicamente el enterrarnos del crimen de Nadia y Rubén Espinosa. El hostigamiento contra nosotros continúa, hemos observado vigilancia de fuerzas policiales o de personas vestidos de civil en las inmediaciones cercanas a nuestros domicilios. Se recrudeció a partir de esto (el crimen de la Narvarte)”.
Ignacio cuenta que el miedo no se va nunca de su vida, no desde que aquella noche esos hombres armados y encapuchados les gritaron: “se van a morir”. Nadie ha podido regresar a su vida cotidiana.

Él ya dejó el ejercicio, olvidó sus proyectos estudiantiles, ha limitado sus relaciones sociales, ya ni siquiera anda en bicicleta o camina hacia eventos públicos porque teme que alguien llegue a terminar el daño que le hicieron aquella noche, “se mutilan muchas cosas, cambia la vida”.

RECUERDO DE SANGRE
                                    La casa no fue resguardada por la Policía. Foto: Cuartoscuro
La casa no fue resguardada por la Policía. Foto: Cuartoscuro

Llegaron todos juntos al cumpleaños de uno de ellos. Muchos estaban terminando las tareas de final de semestre, otros botaneaban a modo cena. Luego todo ocurrió de forma inesperada. De pronto ya estaba siendo golpeado por hombres y el rostro cubierto. Suspira antes de narrar el martirio vivido.

“Me dieron batazos y me reventaron dos botellas de vidrio en la cabeza.Yo me preocupaba más por intentar cubrirme y parar los golpes, en automática empecé a tener hemorragias, en algún punto estuvo a punto de desmayarme. Buscaba cambiar de posición porque me seguían golpeando la cara y ya no aguantaba”.
Asegura que el ataque fue motivado porque todos ellos participaban en marchas sociales, porque son brigadistas y artistas de protesta. Las cicatrices le quedaron en la frente, la mano y la mente. Ya no es el mismo joven de hace tres meses.

“Sabemos que no son hechos aislados nada de lo que ocurre en Veracruz. Pedir justicia es un poco ambiguo porque identificamos que hubo cierta complicidad por parte de fuerzas policiales, entonces es buscar justicia; pero ¿con quiénes?, ¿con quienes nos golpearon?”

FISCALÍA NO DA RESULTADOS

Julián Ramírez, integrante del Colectivo defensor de derechos humanos Decide, acusó que hasta el momento no se ha informado de nuevas diligencias sobre el caso ni se ha otorgado algún tipo de avance en la investigación.

Esto a pesar de que activistas y amigos han solicitado otorgar su declaración así como pruebas que apuntan a que el ataque fue orquestado desde el gobierno del estado. La Fiscalía General no les ha solicitado su colaboración.

“Nosotros seguimos presentando pruebas, inclusive en estos días con apoyo de la presión que se va a generar de los visitadores de la ONU para que se tomen medidas necesarias de esta caso y porque se empiezan a generar chivas expiatorios”, sostuvo.
La Fiscalía General sigue realizando medidas para cubrir la participación del Estado en el ataque a estudiantes y no han aceptado la responsabilidad de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública por omisión de funciones”, agregó.

Aunque la SPP entregó una parte a la Fiscalía sobre los elementos que realizaron guardia la madrugada de esa 5 de junio; pero sólo indicando el nombre de los elementos. A ninguno de ellos se les ha citado a declarar.




Fuente: Sin Embargo| La Redacción