Un golpe de estado en México en la situación actual implicaría que el ejército llegara al poder sin más apoyo que el uso de sus armas
Hay gente que con increíble ignorancia y absoluta irresponsabilidad dice que la salida para el país sería un golpe de estado. No saben o no quieren saber que un golpe de estado es un levantamiento militar que destituye a un gobierno legalmente constituido e impone un régimen de facto controlado por las fuerzas armadas.
Nuestro país fue pródigo en golpes de estado durante todo el siglo XIX. El desastre como nación que nos llevó a que nos robaran más de la mitad del territorio por parte los Estados Unidos, tiene buena parte de su explicación, en esos constantes y permanentes golpes de estado. La imposición de Maximiliano como emperador de México por Napoleón el pequeño, fue derivado de un golpe de estado que se convirtió en guerra civil, la Guerra de Reforma.
El último golpe de estado que conoció nuestra nación ocurrió en plena época revolucionaria cuando Victoriano Huerta se impuso con las manos llenas de sangre en la presidencia de la República, deponiendo a Francisco I. Madero, presidente de la República, y a José María Pino Suárez, quien era vicepresidente. Este golpe de estado no se conformó con romper el orden constitucional y deponer a las autoridades legal y legítimamente electas; además, asesinó al presidente y al vicepresidente. En poco menos de un año, asesinó también a varios diputados y al senador Belisario Domínguez. Finalmente terminó disolviendo al Congreso e impuso una farsa de elección que no fue reconocida por nadie.
Tuvo que reiniciarse el movimiento armado para lograr dar marcha atrás a este golpe de estado. La Revolución se reavivó y logró echar del poder a Victoriano Huerta, pero derivó en una guerra civil que culminó formalmente con la elección de Venustiano Carranza en 1916, cuya violencia se mantuvo aún por más de una década.
Un golpe de estado en México en la situación actual implicaría que el ejército llegara al poder sin más apoyo que el uso de sus armas. Significaría que el marco constitucional absolutamente roto, fuera liquidado en mil pedazos de manera definitiva.
Un golpe de estado en México significaría Tlatlaya, Apatzingán, Tanhuato, Calera y Narvarte, multiplicados por cien, por mil, por un millón.
Un golpe de estado en México significaría que la pesadilla y la barbarie que hoy se viven con un baño de sangre a lo largo y ancho del país se tornaran en una constante, hasta que el pueblo se levantara.
Para decirlo en pocas palabras, un golpe de estado en México implicaría empeorar aún más las ya insoportables condiciones existentes en el país. ¿Peores aún que con Peña Nieto? Sí, absolutamente sí, peores que con Peña Nieto, lo cual es mucho decir. Los militares no saben de leyes, ni del respeto a los derechos humanos, ni de respeto a la dignidad humana y a las instituciones democráticas y mucho menos de legalidad. Ellos, quienes han torturado y ejecutado a sangre fría a jóvenes -muchas veces menores de edad- con el pretexto de que son delincuentes, quienes imponen la fuerza a la razón, son los que darían el golpe de estado.
Así que por ese camino no hay salvación posible para la Nación. Nuestro pueblo debe asumir que sólo él mismo puede poner de pie al país y que sólo el pueblo puede salvarse a sí mismo. Justo la manera de evitar un golpe de estado es que el pueblo tome conciencia de su poder y lo ejerza.
Yo no veo más camino que la desobediencia civil, el de una rebelión no violenta de los mexicanos para que construyamos otro régimen político, económico y social de igualdad y de libertades. El regreso de los Victorianos Huertas al poder después de cien años, sólo traería más dolor y sacrificio para nuestro pueblo.
"El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz".
Gerardo Fernández Noroña.
Fuente: SDP Noticias