Los hechos se dieron alrededor de las 11 de la mañana, cuando el joven caminaba hacia la entrada del plantel para ir a clases. Cerca de un puesto de periódicos salió el grupo de agresores, identificados como porros, se le pusieron enfrente y le dijeron: “¡ya te cargó la verga!”, según los testimonios recabados por proceso.com.
Entre todos lo tundieron a patadas y a golpes con botellas de vidrio y estructuras metálicas conocidas como bóxers. El estudiante resultó descalabrado y con severas heridas en los ojos.
Además, le robaron su mochila, su cartera y su teléfono celular.
Según los testigos -quienes pidieron el anonimato por temor a represalias-, algunos estudiantes solicitaron ayuda a policías preventivos del Distrito Federal de la patrulla que estaba afuera del plantel.
Sin embargo, dijeron que éstos se negaron a auxiliarlos con el argumento de: “van armados, no podemos hacer nada”. Luego, se fueron caminando.
Una maestra que se dio cuenta del ataque a Maximiliano trató de intervenir para parar los golpes. Cuando los agresores se detuvieron, advirtieron al alumno que “iban a estar por aquí y que iban a regresar por los demás”.
Como pudieron, algunos estudiantes ayudaron al joven lesionado y lo metieron al plantel para limpiarle la cara que tenía llena de sangre. Varios fueron a pedir ayuda a la dirección del plantel, pero no había nadie.
Un profesor vio lo ocurrido y pidió apoyo a la policía y una ambulancia, pero tampoco tuvo respuesta. Ninguna autoridad se presentó para llevar al herido a un hospital.
Según los testimonios, más de una hora y media después, llegó el director del plantel, Luis Aguilar Almazán, a “dialogar” y atender la situación del joven golpeado.
Debido a lo sucedido, las autoridades cerraron las puertas del plantel. No obstante, los testigos denunciaron que los agresores rondaban el lugar. Contaron que dos de ellos “ya están identificados -uno es conocido como Alan- y según ya están expulsados pero siguen entrando a las instalaciones sin que las autoridades hagan nada”. Incluso, comentaron que un “jurídico” de la escuela“siempre está con ellos, pero casualmente, hoy no estuvo cuando le pegaron al compañero”.
Maximiliano es reconocido en el CCH Sur por su participación en actividades políticas del plantel. Recientemente ha participado en la organización de mítines y marchas en apoyo a la exigencia de aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.
También se le conoce por su actividad cada fin de año de recolectar útiles escolares, ropa y comida para llevar a niños que viven en basureros.
Fuente: Proceso| SARA PANTOJA
