El ex Presidente mexicano Vicente Fox Quesada pidió al Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, facilitar un financiamiento de parte del gobierno federal para la construcción del proyecto de Cabo Dorado en Baja California Sur, cuestionado por organizaciones no gubernamentales por el daño ambiental que ocasionaría.
Documentos de la Secretaría de Economía y de su división ProMéxico, dados a conocer a través de una petición de información de un particular, revelan que el ex Presidente de México realizó gestiones ante la Secretaría de Economía para “brindar certidumbre” a la gestión de recursos a favor del complejo hotelero. Se informó que Fox Quesada exhortó a Guajardo Villarreal a facilitar un financiamiento de parte de la dependencia federal porque “el proyecto ha sufrido una serie de imprevistos debido a la magnitud del mismo, así como el manejo inapropiado por parte de diversos actores”.
“Vicente Fox solicita el apoyo del Secretario [de Economía] Ildefonso Guajardo para la obtención de cartas de apoyo que les permitan gestionar los financiamientos requeridos para el financiamiento del Proyecto Dorado, antes conocido como Cabo Cortés (sic)”, dice un texto que forma parte de la comunicación interna de ProMéxico.
Entre los documentos entregados por la dependencia federal, destaca uno emitido por la Unidad de Apoyos y Relaciones Institucionales con fecha del 28 de enero de 2014, en el que se habla de una reunión entre Vicente Fox, el ex director de Fonatur, John McCarthy y el promotor de la inversión Paul Zhang, donde acordaron emitir un extrañamiento por no invitar a los promotores de Cabo Dorado a una junta entre funcionarios del gobierno de China y el gobierno mexicano, llevada a cabo el 20 de enero en Beijing.
“Tuve una reunión con Vicente Fox, John McCarthy y el promotor de la inversión Paul Zhang, en la cual se hizo la presentación del Proyecto Cabo Dorado, que consiste en la inversión de 3.6 mil millones de dólares en el sector turístico”, dice el informe de Alejandro Delgado Ayala, titular de la Unidad de Apoyos y Relaciones Institucionales, al director general de ProMéxico, Francisco González Díaz. El funcionario precisó que en el encuentro surgió el extrañamiento de Vicente Fox y de John McCarthy de “haber sido excluidos de la reunión con los funcionarios del gobierno de China y el gobierno mexicano llevada a cabo el 20 de enero en Beijing”, donde se abordó el tema de Cabo Dorado.
En el documento, Alejandro Delgado Ayala dice que los promotores de Cabo Dorado le hicieron saber que ellos harían el ingreso “informal” del expediente para la obtención de la manifestación de impacto ambiental (MIA) el 17 de enero de 2014. También se da cuenta de una carta fechada el 13 de enero de 2014, donde el secretario de Hacienda y Crédito Público (SCHP), Luis Videgaray Caso, destaca a un alto funcionario chino el apoyo incondicional a Cabo Dorado: “Sin duda, continuará con el fortalecimiento de nuestra asociación estratégica”, expresó.
DAÑOS AL MEDIO AMBIENTE
El proyecto Cabo Dorado fue presentado en marzo ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) por parte de la empresa La Ribera Desarrollos BCS para buscar la autorización para construir el complejo hotelero en un terreno de 3 mil 770 hectáreas, que además contaría con dos campos de golf, una aeropista, una planta de tratamiento de aguas residuales, un campus universitario y un centro deportivo de alto rendimiento. Este plan es muy similar al que en 2008 propuso la empresa Hansa Baja Investments —antigua propietaria de los terrenos— para construir otro complejo llamado Cabo Cortés pero que fue suspendido en 2012 por el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, ante la presión y las protestas de las organizaciones y habitantes que se opusieron al proyecto.
No se sabe si en ese proyecto, que fue suspendido por Calderon, también había intereses de Fox, quien emprendió una campaña en contra de su ex compañero de partido argumentando “las bajas de la guerra” contra el narcotráfico. Los predios donde se planea la construcción del complejo colindan con el Parque Nacional Cabo Pulmo, una zona protegida desde 1995 donde se encuentra el arrecife más antiguo (de unos 25 mil años) y vasto del Océano Pacífico (con 7 mil hectáreas).
El área de construcción más cercana estaría a solo 7.5 kilómetros del arrecife de coral. El pasado 7 de mayo, organizaciones ambientalistas exigieron al Gobierno mexicano cancelar el proyecto turístico, al considerar que afectará el ecosistema del Parque Marino Nacional Cabo Pulmo. “El proyecto Cabo Dorado debe ser evitado a toda costa debido a la gran cantidad de impactos regionales que pondrían en riesgo la viabilidad ambiental y el bienestar de la población de la región a corto, mediano y largo plazo”, aseguraron en un comunicado.
La firma La Rivera Desarrollos BCS prevé invertir 3 mil 600 millones de dólares en la construcción de Cabo Dorado en el mismo lugar donde se llevaría a cabo el proyecto de Cabo Cortés, suspendido en 2012. También promete la creación de 18 mil empleos y un potencial de 110 millones de viajeros al año. Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo (ACCP), el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), Costa Salvaje y Greenpeace, entre otros, han destacado que el proyecto sería un asentamiento humano de 440 mil habitantes con una demanda de agua de 50 millones de metros cúbicos anuales, “lo que pondría en grave riesgo la seguridad hídrica” de Baja California Sur.
“Los cabopulmeños hemos carecido de agua potable desde hace varios años. De hecho el acuífero de Cabo Pulmo ya está sobreexplotado. Por ello no se nos hace justo que Cabo Dorado venga a ejercer más presión sobre este recurso”, dijo Judith Castro, habitante de Cabo Pulmo e integrante de ACCP. Además, según estudios científicos citados por las ONGs, el proyecto afectaría la salud del sistema de arrecifes de Cabo Pulmo mediante el arrastre de contaminantes. “El proyecto Cabo Dorado debe ser evitado a toda costa debido a la gran cantidad de impactos regionales que pondrían en riesgo la viabilidad ambiental y el bienestar de la población de la región a corto, mediano y largo plazo.
Este proyecto contraviene el Programa de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos y no es acorde con la realidad actual del municipio de Los Cabos”, señaló Alejandro Olivera Bonilla, coordinador de políticas públicas de Cemda en el noroeste.
El municipio de Los Cabos no cuenta con un relleno sanitario por lo que la descarga de desechos sólidos del complejo (unas 70 toneladas de basura) podría ser en tiraderos al aire libre. La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad estima que estarían en riesgo 78 especies animales protegidas y dos especies de plantas podrían desaparecer (la zona recibe la migración temporal de ballenas y tortugas). Su estudio señala que las condiciones de las cuencas hídricas cercana a Cabo Pulmo son críticas y que en Baja California Sur han aumentado un 30 por ciento las zonas secas en los últimos años.
“Las condiciones de sequía han sido calificadas entre severas y extremadamente severas”, expone el documento. Estarían en riesgo 78 especies animales protegidas y dos especies de plantas que podrían desaparecer. El 17 de mayo pasado se dio a conocer que los inversionistas chinos que promueven el proyecto Cabo Dorado se han acercado al Presidente Enrique Peña Nieto para pedir su apoyo en la construcción de este complejo hotelero de 22 mil 500 habitaciones y que ha enfrentado la oposición de los habitantes de la zona por considerar que afectará al ecosistema.
Los representantes legales de la compañía La Rivera Desarrollos BCS —una asociación de la empresa china Beijing Sansong y la estadounidense Glorious Earth Group— enviaron el 12 de marzo una carta a Peña Nieto para informarle sobre el proyecto y le piden “su apoyo para llevarlo a buen éxito”. La misiva, de la que el diario español El País obtuvo una copia, destaca la importancia del proyecto para la relación bilateral entre México y China y fue entregada al Presidente y a seis secretarios de Estado.
Fuente: Sin Embargo| La Redacción