miércoles, 25 de mayo de 2011

El misterioso caso de un río de gasolina sin salida

Funcionarios de dos subsidiarias de Pemex están entrampados con un cargamento de gasolina que a toda costa quieren llevar de la refinería de Cadereyta a la de Ciudad Madero, pese a que la infraestructura existente no lo permite. Y en su afán por trasladar 900 mil barriles del combustible para entregarlo ahí a un cliente estadunidense, se han propuesto incluso medidas insólitas, como invertir el flujo de los ductos o embarcar la voluminosa carga en tanques de ferrocarril.



Un lote de 900 mil barriles de gasolina presuntamente contaminada –atorado desde 2009en la refinería de Cadereyta, Nuevo León– tiene en un brete a funcionarios de Pemex Refinación (Pref) y de Pemex Comercio Internacional (conocida por las siglas PMI), a quienes aparentemente les urge llevarlo a Ciudad Madero, aun cuando no hay infraestructura para hacerlo, a menos que se realice una cuantiosa inversión no recuperable.



La operación concierne a la Subdirección de Producción de Pemex Refinación, a cargo de Bernardo de la Garza Hesles, actualmente investigado por la Auditoría Superior de la Federación y por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados por otorgar un contrato de 42 millones de dólares a la empresa estadunidense KBC Advanced Technologies sin licitación de por medio (Proceso 1802).



Cuando Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, da cifras alarmantes sobre el subsidio a la gasolina –ese que la OCDE recomienda retirar–, el dispendio de recursos en el paro de operaciones y la importación de combustibles es inexplicable. Ahora el problema tiene que ver con la venta del hidrocarburo a una empresa extranjera cuyo nombre no se ha hecho público.



De acuerdo con las minutas de cuatro reuniones –celebradas los días 6, 13 y 27 de abril y el miércoles 18 de mayo en el piso 13 de la Torre de Pemex–, se trata de 900 mil barriles (cantidad superior a la que se usa en todo el país en sólo un día: 790 mil barriles) de una mezcla de crudo con un tipo de combustible llamado gasolina de coquer.



Las minutas –anexadas al documento 300-40800-PSIA-004 de la Subdirección de Producción– hacen evidente la intención de funcionarios de Pemex Refinación y de PMI de mover el producto a la refinería de Ciudad Madero, Tamaulipas, para llevarlo vía marítima a Estados Unidos en volúmenes de 50 mil a 100 mil barriles mensuales, para satisfacer la demanda de un cliente desconocido que requiere la entrega a partir del próximo mes.



La presión del cliente –cuyo nombre desconocen hasta los funcionarios de la subsidiaria consultados por Proceso y que pidieron el anonimato– se suma a la obstinación de Gerardo Páramo Hernández, gerente de Control de Producción de Pref y subordinado de Bernardo de la Garza, y del gerente de Proyectos de PMI, Carlos Islas Flores, por colocar el producto en Ciudad Madero, pese a que no hay infraestructura para recibir ni almacenar la gasolina, cuya supuesta contaminación no se ha explicado.



Presuntamente la venta se hará a 20 centavos de dólar por litro (80 centavos por galón). Importar el mismo tipo de combustible a México le cuesta 3.74 dólares por galón.Hasta la reunión del miércoles 18, los 900 mil barriles de gasolina ni siquiera estaban dados de alta en el Sistema Integral de Información Comercial, requisito obligatorio para venderla, y no hay estudios de seguridad específicos para cada etapa del traslado. Tampoco se tiene la autorización del Sistema de Seguridad, Salud y Protección Ambiental (Sasipa) de Pemex. Con el plan más factible de traslado, en autostanque (pipas), el flete costará 48 millones 759 mil 894 pesos, aún sin resolver los gastos de infraestructura, cumplimiento de normatividad ambiental y de seguridad. Sólo el traslado del producto a Ciudad Madero representará casi la sexta parte de la venta, que sería de unos 333 millones 136 mil pesos.


Falta calcular la inversión en infraestructura no reutilizable que se necesita, los equipos de seguridad y el desalojo del tanque vertical que se quiere utilizar como destino y que actualmente contiene un producto que deberá recolocarse. En las minutas no se asentó ninguna instrucción para deslindar responsabilidades por la contaminación del combustible, las condiciones de almacenamiento y los costos que implicará su traslado. En las reuniones ni siquiera ha participado algún funcionario del Órgano Interno de Control de la paraestatal.



A Madero, como sea



Según las firmas de las minutas, en las reuniones participaron, por Pemex Refinación: Gerardo Páramo Hernández, gerente de Control de Producción; Darío Reyes Muñoz, coordinador de Áreas de Operación; Norberto Manuel Guevara Ortiz, coordinador de Operación, Distribución y Comercialización; Arturo Fernández Gallaga, subgerente de Operación, y Salvador Villarreal Moro, subgerente de Control de la Demanda. También Salvador Tijerina Aguilar, subgerente de Transporte por Ducto; Álvaro Romero Vergara, gerente de Tuberías; Ramón Morales de los Santos, jefe de Unidad de Seguridad Industrial y Protección Ambiental de Almacenamiento; David González, subgerente de Movimiento de Productos; Héctor Barajas, subgerente de Operación de Transporte Terrestre; Lorenzo Ocampo Santillán, jefe de Coordinación con Autoridades y Nuevos Productos, y Francisco Javier Santillán, cuyo cargo no se especificó.



Por parte de PMI estuvieron el subdirector de Análisis de Crudo, Alfonso Mendoza Arcaraz, y el gerente de Proyectos, Carlos Islas Flores. Además los funcionarios de la refine ría de Cadereyta, Marco Antonio Robles, José Luis Alejandre, Toribio Salas Castillo, Juan Fernando Varela y Juan Manuel Martínez Gómez. Los especialistas Gerardo Chiñas Chávez y Víctor Castro Puente, y de la refinería de Madero, Miguel Robledo Flores.


Para conseguir su propósito, los funcionarios de Pref y PMI hicieron propuestas, algunas de ellas a todas luces inviables: sugirieron, por ejemplo, invertir el flujo del ducto Madero-Reynosa, que mide 500 kilómetros (y para lo cual los 900 mil barriles en cuestión primero tendrían que ser llevados a la ciudad fronteriza); también propusieron enviar el combustible por ferrocarril y, en última instancia, en pipas. El 6 de abril, el primer acuerdo tomado fue el de desalojar los tanques verticales 5001 y 5003 de Cadereyta, para llevar su contenido a la refinería de Madero. El área de Distribución aclaró que no era factible invertir el flujo del ducto (Madero-Reynosa) en ese momento, pero analizaría el pedimento.


El 13 de abril se confirmó que, por la cantidad de gasolina y la inversión en infraestructura necesaria, esto no era posible. El siguiente acuerdo sugirió usar pipas. Cadereyta ofreció los vehículos utilizados en Pemex-Diesel, aunque ello implicaría reducir la capacidad de carga. El problema es que Cadereyta puede llenar las pipas por la parte inferior, pero la Gerencia de Transportación Terrestre sólo tiene equipos de llenado por el domo; el costo de adecuación sería de 1.5 millones de pesos. Además se necesitaba la autorización del Sasipa, poner un aditivo a la gasolina, comprar equipos de seguridad para el personal y no se pudo establecer un tiempo estimado de ejecución. El 13 de abril, la situación fue más caótica. Además de tener que modificar la infraestructura en Cadereyta para poder cargar por el domo y hacer un análisis de seguridad, la refinería de Madero dijo que no tenía infraestructura para la descarga de las pipas, que podría instalar una “descargadera provisional” pero necesitaría al menos cuatro semanas para acondicionarla. En esa reunión se hizo una nueva propuesta: hacer el desalojo de la gasolina mediante carrostanque de ferrocarril contratados a la empresa Kansas City Southern. Pero en la refinería de Madero no hay infraestructura para eso, así que ese procedimiento se descartó.
Para su destino en la refinería de Madero, los funcionarios de Pref escogieron el tanque vertical 548, pues se puede vaciar directamente al muelle para ser cargado en buques. No obstante, el procedimiento implica hacer ajustes a la logística del puerto para no interferir en la exportación del crudo de Altamira.


El tanque vertical 548 está ocupado, según la minuta del 13 de abril, con 165 mil barriles de gasóleo de coquer, supuestamente también contaminado. Pero una fuente consultada por Proceso asegura que el contenido es en realidad asbesto, lo que complica su desalojo.


Aunque desde la reunión del 27 de abril se acordó hacer un muestreo a fin de clasificar el producto contenido en el tanque vertical 548 y tratar de obtener permiso para su exportación, hasta la reunión del miércoles 18 los empleados de PMI no habían tenido acceso ni concluido esos procesos administrativos.


La intención de PMI, manifiesta en la minuta del miércoles 18, es llevar el supuesto combustible contaminado de Ciudad Madero también a Estados Unidos, a la refinería Deer Park que Pemex y Shell Oil tienen en Houston, Texas. Ante el embrollo, el miércoles 18 la Gerencia de Control de Producción insistió en pedir informes sobre las implicaciones de usar el ducto de Reynosa, en la misma reunión en la que el Sasipa expuso que el producto a trasladar es “altamente agresivo”.



Seguridad y filtros



Las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR), por donde se reciben y envían los combustibles, están equipadas con sistemas de control de calidad, metrología y control operativo.
Según el documento Síntesis ejecutiva de la operación del programa, emitido por Pref en 2006, desde ese año las TAR cuentan con el Sistema Integral de Medición y Control de Operación de la Terminal que interactúa con el Sistema Integral de Información Comercial.


Todas las TAR tienen un sistema de recuperación de vapores y 20 laboratorios con certificación internacional que miden la calidad de los combustibles que habrán de venderse. Esos laboratorios hacen ocho pruebas, entre las que destacan la de destilación, medición del índice de octano y la determinación de peso. Las pruebas se realizan a través de 48 equipos destiladores automáticos y manuales, 40 equipos analizadores de temperatura y 21 analizadores de azufre, entre otros. Con base en esa información, uno de los expertos consultados afirma que es imposible que una gasolina contaminada entre por una TAR.


Menos aun pudo ser error de una refinería, cuyos procesos son monitoreados con analizadores en la línea de producción y en tiempo real. La explicación de los especialistas consiste en que no es posible que el crudo, ubicado en la primera etapa de la refinación, haya llegado a contaminar una gasolina, que es producto de la última etapa o viceversa. El proceso de refinación implica destilación y mezcla, de manera que si una gasolina está contaminada con alguna sustancia, se combina poco a poco, en tanto se mantenga en el margen de calidad, con gasolina pura hasta que se obtiene un producto estándar.


Según las minutas, en ningún momento se consideró refinar el producto en México o venderlo a un cliente nacional. Tampoco colocarlo en Reynosa para su exportación terrestre a Estados Unidos o a Brownsville, Texas, puerto fronterizo con Matamoros, a pesar de que éste se halla a 300 kilómetros de Cadereyta, mientras Madero está a 500 kilómetros. Sin embargo, en Cadereyta ya se iniciaron las pruebas de bombeo para vaciar los 900 mil barriles de combustible, mientras que en Madero empezará esta semana la adecuación para la descarga del producto, que tardará al menos cuatro semanas, tiempo en el que podrá iniciarse el traslado, siempre y cuando para entonces el Sasipa haya validado la seguridad del proceso de transportación.



La mitad del sistema nacional de refinación,parado



En medio de la polémica desatada por una propuesta para congelar el precio de la gasolina –planteada en la Cámara de Diputados por los grupos parlamentarios, excepto el del PAN– y a raíz de un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que sirvió de apoyo al gobierno mexicano para defender los aumentos escalonados de combustibles, la mitad del sistema nacional de refinación quedó suspendido.


De acuerdo con documentos de Pemex Refinación, un inusual paro de las refinerías de Cadereyta, Nuevo León; Tula, Hidalgo, y Salamanca, Guanajuato, provocó un déficit en la producción de gasolinas y destilados, lo que afectó el abasto en el norte del país, así como en el Valle de México –la llamada Ruta del Sol– y una parte del Bajío, que debió resolverse mediante la importación de 945 mil barriles de hidrocarburos.


La contingencia impacta también a las refinerías de Ciudad Madero, Tamaulipas, y la de Salina Cruz, Oaxaca, que aun cuando no suspendieron sus actividades, deben abastecer a los clientes de las zonas que corresponden a los trabajadores de Cadereyta y Tula, lo que satura sus actividades. Sólo la región sur del país y la península de Yucatán, que son surtidas por la refinería de Minatitlán, Veracruz, no sufren las contingencias, pues la planta trabaja de manera normal.


De acuerdo con la minuta de la reunión extraordinaria de gerentes del viernes 13, de la que Proceso tiene copia, el déficit en la producción es consecuencia de un “mantenimiento programado” en la Planta Combinada 1 de Cadereyta que durará todo el mes. Además, en esa misma refinería, desde el vienes 13 se inició un “correctivo” en la Planta Combinada 2 que terminará el viernes 27, con suspensiones diarias del poliducto Brownsville-Cadereyta. En resumen, este mes Cadereyta no tiene producción.


En la planta de Tula, la ausencia de producción de diesel y aceite se debe a otro “correctivo”, además de malas condiciones climáticas: “Se tienen bajos inventarios en el Valle de México y la Ruta del Sol, por déficit del bombeo de Tuxpan de 24 mil barriles diarios originado por el mal tiempo que prevaleció a principios del presentes mes (mayo)”, dictaminaron los técnicos.


Por lo que atañe a la de Salamanca, hasta el lunes 16 de mayo se detuvo la producción a causa de otro “correctivo” en la Planta Reformadora 2. En síntesis, la mitad del Sistema Nacional de Refinación ha estado suspendido en lo que va del mes. Y, en el caso de Cadereyta, el paro continuará hasta el martes 31.


Compras de emergencia


Para hacer frente al desabasto, los participantes en la reunión extraordinaria de gerentes del viernes 13 decidieron aplicar 15 medidas que implican la importación de 945 mil barriles de los combustibles que escasean en el marcado nacional. Con ello y una serie de movimientos y reasignación de hidrocarburos en todo el país, Pemex Refinación intenta hacer frente a la contingencia que provocó.



El primer punto del acuerdo del día 13 establece “incrementar a la brevedad la importación” de 10 mil barriles diarios de diesel ultrabajo en azufre (Duba) “para reubicar clientes de la zona metropolitana de Monterrey a Reynosa, hasta fin de mes o en tanto se recuperen inventarios”.



El segundo acuerdo consiste en desviar a Ciudad Madero el buquetanque Siteam Adventurer, anclado en Tuxpan con 150 mil barriles de gasolina premium para, según los directivos, “garantizar la operación del poliducto Madero-Cadereyta”. Además, decidieron “incrementar a la
brevedad 100 mil barriles adicionales a la importación de gasolina roja de coquer por Ciudad Juárez, hasta final de mes”.



La Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) de Cadereyta debió entregar toda la gasolina disponible para reparto, en tanto que la refinería de esa ciudad suspendió sus entregas de apoyo a la zona centro del país y al Bajío. Para el Valle de México y el Bajío, los directivos solicitaron el apoyo con diesel, sujeto a la “disponibilidad de inventarios” que tuvieran las TAR del Pacífico, que se abastecen de la refinería de Salina Cruz.



En tanto, el abasto programado de la TAR de Ciudad Juárez para suministrar combustible a Nogales y Magdalena de Kino, Sonora, debieron redirigirse a Rosarito, Baja California. La TAR de Ciudad Juárez también debe entregar 4 mil barriles diarios para cubrir la demanda de diesel en Chihuahua, que esperan alcance con envíos de balance desde Gómez Palacio, Durango.



La junta de gerentes también decidió importar 250 mil barriles de diesel por Lázaro Cárdenas, Michoacán, para apoyar al centro del país; además, por Ciudad Madero se importarán 220 mil barriles antes de que concluya el mes. Lázaro Cárdenas también atenderá la demanda de hidrocarburos en Aguascalientes y Zacatecas, según el documento.



Del diesel que se transporta por el poliducto Madero-Cadereyta, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, se están extrayendo 10 mil barriles diarios para abastecer a Gómez Palacio, Durango. La TAR de Ciudad Madero, que está aportando mayor cobertura territorial, atiende además la demanda de Saltillo, Coahuila, y Matehuala, San Luis Potosí, lo que implica que deje de atender a clientes y los traspasos a Poza Rica, Veracruz.



Para que Madero pueda cumplir la demanda en Saltillo y Matehuala, la refinería de Tula debe producir 20 mil barriles diarios de turbosina y maximizar la producción de Pemex Diesel, y así apoyar el desabasto del Bajío y San Luis Potosí. Además, el buquetanque Sonia, que transporta 215 mil barriles de Duba por el Golfo de México, descargará 115 mil barriles en Pajaritos, Veracruz, y 100 mil barriles en Madero. En tanto, la demanda de gasolina magna en el Bajío y los estados del centro-norte del país se atiende desde Lázaro Cárdenas, Michoacán.


Convenientes contingencias
En su edición del domingo 15, el reportero Ricardo Ravelo escribió sobre las operaciones de Pemex Refinación, en especial de la subdirección corporativa de Producción, cuyo titular es Bernardo de la Garza Hesles: “Además de su inexperiencia en el ramo –es un abogado que ha mantenido en el estancamiento el Sistema Nacional de Refinación, según datos de un informe interno de Pemex–, De la Garza creó la estrategia ideal para otorgar contratos sin licitación con el argumento de que son urgentes” (Proceso 1802).
Además de evitar la licitación, especialistas empleados de la paraeastatal consultados por este semanario afirman que las compras urgentes implican una serie de sobregastos que elevan el precio de la gasolina casi al doble y que en el sector se denomina “precio de oportunidad”.



El precio de oportunidad es elevado, pues el vendedor –sea quien sea– tiene vendido su producto a otros compradores con anticipación, que en el medio se denomina “precio slot”. Por lo tanto, el vendedor debe incumplir con el comprador de precio slot; la práctica es tan común, que aun con producto en inventarios, el impacto es el mismo en una compra contingente. De hecho, es inusual que una refinería suspenda sus trabajos, como ocurre actualmente en Cadereyta, pues los gastos de arranque son tan altos que lo normal es que el mantenimiento se realice por partes.



Además, para evitar desabasto y una movilización como la que se realiza hoy en casi todo el país,las refinerías realizan paros parciales diferidos y programados al menos con un año de anticipación. Tan es así, que no cuentan con inventarios para más de tres días. Además de los 15 acuerdos para la contingencia de combustibles, se fijó una nota que implica un gasto no especificado: “Los movimientos por A/Ts (autostanque) que se generan por esta contingencia se mantendrán por lo que resta del mes”. Las compras y movimientos están decididos, aunque entre los acuerdos tomados en la reunión de gerentes del viernes 13 no existe ninguno relativo a investigación ni auditoría por la forma anómala en que se tomó la decisión de parar los trabajos de refinación, so pretexto de darles mantenimiento.


Fuente: Revista Proceso