El ex presidente "robó" cámara en el cierre de campaña de su hermana Luisa María en Morelia y se dedicó a defender sus "logros" en Michoacán
Morelia, Michoacán.- Arribó al lugar seguro de sí mismo, como si ya fuera consciente del éxito de su presencia. Caminó relajadamente, ya sin las presiones políticas e internacionales por un sexenio ensangrentado. Atendió a la prensa por unos minutos antes de dejarse adular por toda su militancia. Se trata de Felipe Calderón Hinojosa, a quien se le miró sonriente, satisfecho y tranquilo. Es la segunda ocasión que aparece en Michoacán durante este año, con el objetivo, dice, de acompañar a su hermana, Luisa María Calderón Hinojosa, en el camino rumbo a las elecciones del 7 de junio.
Pero Felipe Calderón poco habló del trabajo de su hermana. El escenario, su escenario, lo ha asumido como la trinchera idónea para justificar, defender, comparar y pedir un reconocimiento a su labor como presidente de México por seis años.
Pese a que se trataba del cierre de campaña de Cocoa Calderón, es Felipe quien se ha robado los reflectores. Los flash de las cámaras lo invadieron, la gran mayoría de los gritos iban dirigidos hacia él y más de alguno hizo hasta lo imposible para conseguir tenerlo cerca. Lo presentaron y el estallido de júbilo no se hizo esperar, pero al dirigente estatal del partido, Miguel Ángel Chávez Zavala, no le pareció suficiente y aprovechó su intervención para recordar que el ex presidente estaba en Morelia.
“¡Felipe, Felipe!”, se oyó retumbar al interior del Palacio del Arte, mientras éste saluda desde su lugar, como en sus mejores tiempos. Escuchó atento los discursos previos y aplaudió cuando finalizó cada uno de ellos. Tomó el micrófono: “¡Han dicho tonterías de mí y las voy aclarar de una vez!”, expresó tajante y orgulloso.
Por más de diez minutos, Calderón Hinojosa presumió los más de 350 mil millones de pesos que destinó a Michoacán, los 30 hospitales que construyó, las 60 preparatorias que instauró, las cuatro universidades que inauguró, las carreteras que logró establecer para conectar varios puntos del estado y el cuarto lugar en que dejó a México en el rubro de exportación de autos.
Ante los aplausos y la euforia, el ex presidente ya entrado en confianza se dio tiempo para delatar y acusar a Leonel Godoy Rangel y a Fausto Vallejo Figueroa como cómplices de la delincuencia organizada. Tardíamente, relató detalladamente que ambos, durante sus mandatos, se negaron a destituir a jefes policíacos que estaban involucrados con los Caballeros Templarios.
Pero…
De los 17 jóvenes masacrados en Ciudad Juárez en enero del 2010, los 72 migrantes encontrados en una fosa clandestina en Tamaulipas, la impunidad en el caso de los 49 niños muertos de la guardería ABC, los 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que fueron despedidos una mañana cualquiera del 2009, la polémica construcción de la Estela de la Luz en el marco del Bicentenario y Centenario de la Independencia y Revolución Mexicana respectivamente; pero sobre todo, de los más de 100 mil muertos, los “daños colaterales” y de todas las consecuencias físicas y sociales que se tuvieron a costa de una guerra contra el narcotráfico, nada dijo el ex presidente Calderón.
-¿Vino su hermano a lavarse las manos?- se le cuestionó a Cocoa Calderón en entrevista después de haber concluido el evento. – Venimos a cerrar campaña- respondió con risa nerviosa y cambiando de tema rápidamente.
A su salida, el ex mandatario recorrió el pasillo lentamente, entre empujones. Saludó de derecha a izquierda y sonrió de buena gana. Nerviosamente, sus seguidores le pidieron el “honor” de sacarse una selfie con él. Minutos después, por fin logró salir del lugar no sin antes esbozar la última sonrisa. Felipe Calderón está de regreso en Michoacán, como si fuera la primera vez.
Fuente: Mi Morelia| Por: Víctor Ruiz