lunes, 28 de mayo de 2012

Se tolera el fraude al IMSS mediante subregistros de los trabajadores


Afilian empresas sólo a una parte mínima de los empleados, señala estudio de Manuel Fuentes

Cifras oficiales muestran que hay cerca de 420 mil accidentes laborales anuales; como los obreros no están registrados en el Seguro Social no pueden recibir atención médica

Hay un fraude cotidiano y tolerado de las empresas hacia el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por el grave subregistro de trabajadores ante el Instituto, ya sea porque las compañías afilian sólo a una parte mínima de los contratados, o porque alteran sus registros y los dan de alta con un salario de cotización de apenas uno o dos mínimos, ocultando las remuneraciones reales, lo cual ahorra cientos de millones de pesos a los patrones por pago de cuotas.

Cifras oficiales señalan que anualmente hay cerca de 420 mil accidentes de trabajo, y como obreros y empleados no están registrados, cuando solicitan la atención en el IMSS no tienen acceso a los servicios aun cuando tengan años laborando en la empresa en la que puntualmente se les descuenten sus cuotas.

Este fraude está provocando graves problemas a los trabajadores, no sólo cuando requieren atención médica, sino en el momento de tramitar su pensión, pues cuando ésta es otorgada se estima con base en la cotización de uno o dos salarios mínimos, no con las percepciones reales, en menoscabo de la economía de los trabajadores, señaló el experto en derecho laboral, Manuel Fuentes, integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD).

En una amplia investigación sobre seguridad social, señala que la práctica de maquillar los registros se ha generalizado entre empresas mexicanas al grado de que ya son mayoría las que mienten y prefieren pagar las sanciones en vez de respetar el derecho de seguridad social para sus trabajadores. Pero además significa un grave quebranto económico para el organismo.

La situación es muy delicada, ya que el abuso empresarial y la tolerancia que ha habido hacia esta práctica, ha desvirtuado el pago de pensiones. En el caso Pasta de Conchos sorprendió encontrar que gran parte de los mineros siniestrados ni siquiera estaban registrados ante el IMSS, porque eran de empresas subcontratistas; en tanto que los inscritos ante el Seguro tenían un salario irreal y con base a éste se les fijaron pensiones irrisorias. Algunas viudas y huérfanos recibieron pensiones de hasta 20 pesos diarios, lo que es una suma de injusticias, dijo Fuentes.

En el siniestro del pocito 3, de Coahuila, donde fallecieron 13 mineros y uno de 14 años perdió un brazo, apenas estaban dados de alta seis trabajadores y a los otros siete muertos, corrupción de por medio, les fueron alterados los registros para que tuvieran su inscripción tres días antes de su fallecimiento.

Hay en el IMSS falta de control de altas y bajas, expuso el abogado; otra práctica común es que inscriban a trabajadores tres o cuatro meses y luego los dan de baja sin que éstos se enteren. Sin embargo, no hay modo de sancionar ese fraude; las pocas veces en que son sorprendidos les imponen multas bajas y laxas. Además, es lamentable el papel de ministerios públicos y tribunales en torno a accidentes laborales, porque nunca consignan ni penalizan al patrón. La impunidad es casi absoluta, dijo.

Puso de ejemplo el caso de un trabajador que ganaba 200 pesos diarios, inscrito ante el IMSS con un salario de 80 pesos. El Instituto toma como base para la pensión 70 por ciento del salario, que en ese caso serían 56 pesos, y de ahí se daría a la viuda 40 por ciento, por lo que ella recibiría 24 pesos diarios de pensión, lo que da cuenta de la grave afectación que sufre el trabajador.




Fuente: La Jornada