jueves, 31 de mayo de 2012

Cargan a Lozano desastre económico en la Sierra Norte

De los cuatro candidatos al Senado que este día debatirán, el único que llega a la cita con un alto grado de vulnerabilidad y amplias posibilidades de ser derrotado, es el panista Javier Lozano Alarcón, por enfrentar una larga lista de yerros y abusos cuyas secuelas siguen vigentes, como es tener a la región de Nuevo Necaxa deprimida económicamente y sin ocupación a más de mil 300 trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC); además de que es el autor de la fallida política laboral del actual sexenio que tiene en el desempleo a unos 8 millones de mexicanos.

El debate que habrá hoy a partir de las 19 horas tendrá un minúsculo impacto en el electorado, ante la insignificante difusión que le dieron los protagonistas y el Consejo Coordinador Empresarial. Por lo que la mayoría de los ciudadanos ignoran que habrá esa discusión pública. Sin embargo, la mayoría de los candidatos que acudirán tiene una alta expectativa de que con esta confrontación puedan repuntar en sus índices de preferencias.

Por sus trayectorias y experiencias, todo indica que el único que llega en condiciones difíciles es Lozano Alarcón. Los demás no tienen nada que perder y difícilmente podrán sufrir un descalabro. Veamos por qué:

En el caso de Manuel Bartlett Díaz, ¿de qué se le puede cuestionar? De nada reciente y de alto impacto para el electorado. Todo lo negativo que puede tener en contra son asuntos viejos que se ha repetido hasta el cansancio desde hace 20 años, como es: la caída del sistema de 1988, la muerte del periodista  Manuel Buendía, la crisis económica en el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, un supuesto escándalo de unos sobrinos y de las acusaciones que la DEA hizo en su contra. Y desde que Manuel Bartlett Díaz fue candidato a gobernador de Puebla se ha encargado de refutar sistemáticamente.

Acerca de su desempeño como gobernador de Puebla, aunque Manuel Bartlett tuvo episodios en que actuó con mano dura, resulta que quienes podrían cuestionarlo por ese comportamiento ahora son sus aliados en la causa electoral de la izquierda, como es el caso de grupos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) o la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre. Además, durante las dos últimas décadas en la opinión pública ha dominado la idea de que fue el mejor jefe del Poder Ejecutivo que el estado ha tenido en las últimas tres décadas.

Blanca Alcalá Ruiz, por ir en el primer lugar de las preferencias electorales, por ser mujer y no ser querida en el círculo político cercano del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas seguramente será el contendiente más atacado, principalmente por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Nueva Alianza (Panal). Sin embargo la priista se ha curtido en los últimos meses en responder todo tipo de cuestionamientos, sobre todo algunos relacionados con su vida personal y el uso que dio al erario cuando fue edil de la capital.

Trascendió que Blanca Alcalá utilizará la estrategia de emplazar a sus críticos a acudir a una cita específica, en una fecha posterior al debate, a que presenten pruebas documentales de que se ha enriquecido inexplicablemente. Sobre todo en el tema de que supuestamente compró una casa en La Vista. Y si no le demuestran las acusaciones podría recurrir a la vía legal para acusar por difamación a sus detractores.

¿De Víctor Hugo Islas, el aspirante del Panal, qué se puede decir? La respuesta es sencilla: No se puede decir nada, ya que es un político que no ha hecho nada trascendente. Siempre brinca de un cargo a otro, y es un mercenario, que siempre que puede olvida su militancia priista y se pone a las órdenes de otras fuerzas políticas. Tal como lo hizo a favor del PAN en Chiapas y ahora del partido de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, la presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

En cambio del ex priista y ahora panista  Javier Lozano Alarcón hay mucho que decir, cuestionar, denunciar y condenar.

Veamos  algunos ejemplos:

De todos los candidatos, solamente Lozano Alarcón carga con la culpa de haber contribuido de manera decisiva al empobrecimiento de una prospera región de la Sierra Norte de Puebla, por una decisión autoritaria y de la que todavía se ignora cuáles son los beneficios para la población.

Con el proyecto de Javier Lozano de cerrar la Compañía de Luz y Fuerza del Centro cuando era titular de la Secretaría del Trabajo, se dejó las siguientes secuelas:

En Nuevo Necaxa están actualmente sin empleos directos unos 700 trabajadores que laboraba  en esa comunidad en la LFC.

Y a otros 600 les pasó lo mismo. Pero ellos eran obreros que viviendo en la región que va de Huauchinango, Juan Galindo, Xicotepec de Juárez y hasta Tulancingo, Hidalgo, estaban empleados en la Luz y Fuerza del Centro pero en el Distrito Federal, a donde iban a trabajar de lunes a viernes.

Como consecuencia del cierre de dicha empresa pública, el grueso de las familias de Juan Galindo y Nuevo Necaxa sobreviven en mucho, por las pensiones que reciben unos 800 trabajadores jubilados. Pero en general la economía se vino abajo cuando más de mil familias se quedaron sin ingresos fijos. Dichos efectos se sientan en por los menos en 10 municipios de la región.

A lo anterior se debe sumar la represión que hubo y por la cual 11 obreros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que son oriundos de Nuevo Necaxa, están presos en la ciudad de México por el absurdo cargo de que supuestamente se robaron una computadora lap top.

Y otro dirigente del SME, Miguel Márquez Ríos, está en el penal de San Miguel y le siguen un proceso penal –por supuesto sabotaje contra la Comisión Federal de Electricidad— lleno de anomalías para que avance lento y el sindicalista salga de prisión hasta que haya terminado el actual sexenio federal.

A nivel general la actuación de Javier Lozano Alarcón en el gabinete de Felipe Calderón Hinojosa fue desastrosa, razón por la cual el actual mandatario federal no pudo ser “el presidente del empleo” tal como lo ofreció en su campaña electoral.

Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi) en México hay 2.4 millones de desempleados, pero el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM indica que en realidad son 8.7 millones de mexicanos que no están ocupados. Ello como consecuencia de que el gobierno federal utiliza una metodología para ocultar las cifras reales, ya que solamente se mide a la gente que buscó una fuente laboral en el último mes, pero no a los jóvenes y adultos que ya se cansaron  en sus intentos de conseguir un trabajo.




Fuente: e-consulta