sábado, 24 de septiembre de 2011

Desempleo evidencia que la actividad económica se desacelera: analistas

“Difícil”, que se reacomode a niveles previos a la crisis, señalan

La tasa de desocupación en México en agosto, que alcanzó 5.79 por ciento de la población económicamente activa (PEA), puede interpretarse como una nueva evidencia de que la actividad económica de México tiende a desacelerar su ritmo de expansión, consideraron analistas financieros. Samuel Moreno, especialista del grupo financiero Invex, aseguró: “Es extremadamente difícil que el nivel de empleo se reacomode a los niveles previos a la crisis, porque el crecimiento de la actividad económica no ha sido suficiente”.

Por su parte, los analistas de Banamex, Arturo Vieyra y Sonia Machain, estimaron que durante todo 2011 la tasa de desempleo abierto promedie 5.36 por ciento de la PEA, nivel similar al alcanzado en 2010 (5.4 por ciento) y muy por arriba todavía de los niveles previos a la crisis.

Explicaron: “La desaceleración en la creación de empleos es un factor limitante para una reducción de la tasa de desempleo en lo que resta del año. El incremento de la tasa de desempleo responde parcialmente a un dinamismo menor de la generación de empleos formales”.
Cifras del IMSS señalan que la creación de empleos formales se ha desacelerado en los últimos meses al pasar de una tasa de crecimiento anual de 4.91 por ciento en el primer trimestre a 4.27 en el segundo trimestre y 4.10 por ciento en el promedio de julio y agosto. Este comportamiento responde directamente a la desaceleración de la economía mexicana.

La tasa de desempleo parece apuntar hacia una tendencia ascendente. El comportamiento del desempleo en el trimestre junio-agosto revierte la ligera tendencia a la baja del desempleo en los primeros cinco meses del año.

“De hecho, prevemos un mayor desempleo en lo que resta del año. Nuestras estimaciones apuntan a un nivel de 5.5 por ciento de la tasa de desocupación abierta (TDA) en el segundo semestre, superior a 5.19 del primer semestre”.




Fuente: La Jornada