sábado, 24 de septiembre de 2011

Confiesa Vázquez Mota que hubo fraude en 2006: AMLO

Revela que habló con Ugalde cuando el conteo no era oficial, dice

Presenta a empresarios de Veracruz el plan económico de Morena
Jalapa, Ver. Todos los que participaron en el fraude electoral de 2006 ya “están confesando cínicamente que nos robaron la Presidencia, aunque es algo que ya todo el mundo sabía”, señaló Andrés Manuel López Obrador al comentar la revelación hecha por Josefina Vázquez Mota sobre sus conversaciones telefónicas con Luis Carlos Ugalde, quien presidía aquel año el Instituto Federal Electoral (IFE).

Según Vázquez Mota, quien era coordinadora de campaña de Felipe Calderón Hinojosa, el entonces titular del IFE le llamó la noche del 2 de julio de 2006 para informarle que el candidato panista a la Presidencia había ganado los comicios, cuando aún no se realizaba el conteo oficial ni había cifras preliminares sobre los resultados de la votación.

“Ya confesó (Vicente) Fox de manera cínica que había cargado los dados (en favor de Calderón); confesó quien era presidente del PAN, Manuel Espino, que gobernadores priístas les ayudaron en el fraude; ahora confiesan Vázquez Mota y el que estaba de presidente del IFE (Ugalde). Yo les puedo decir que la señora Josefina también manipuló el padrón de los beneficiarios de la Sedeso (Secretaría de Desarrollo Social) para ayudar al PAN en 2006 (pues fue titular de la dependencia con Fox)”, dijo.

Pero el problema principal es el daño que se causó al país y al pueblo, dada la actual decadencia, fruto de la crisis económica, política, social, de violencia e inseguridad, porque “no estaría así el país si no nos hubieran robado la Presidencia”, aseveró al ser entrevistado tras un desayuno en Jalapa con 150 empresarios de Veracruz, a los que presentó la propuesta económica del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que encabeza.

Sus anfitriones brindaron fuerte aplauso a López Obrador cuando llamó a rescatar a los jóvenes “casa por casa” para evitar que terminen en la calle, en la cárcel o muertos, por ser enganchados por la delincuencia, y también cuando afirmó que gran parte de la solución para lograr la oferta educativa total es quitarle el control de la Secretaría de Educación Pública a Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, premiada por Calderón con dicha dependencia por su participación en el fraude electoral de 2006.
El tabasqueño fustigó la iniciativa del gobierno para reformar el Código Federal de Procedimientos Penales con el fin de legalizar las detenciones y cateos sin mediar órdenes judiciales. “Ahora los policías, sin ningún tipo de orden, podrán secuestrar prácticamente a la gente”, dijo.

Manifestó que la propuesta para facilitar las llamadas “detenciones urgentes” y la grabación de comunicaciones telefónicas entre particulares es “retrógrada e inútil”, pues el problema de la inseguridad y la violencia no se resuelve con medidas coercitivas ni “con salir a la televisión diciendo que no le temblará la mano. La paz y la tranquilidad son fruto de la justicia”.

Tanto con los empresarios como en la asamblea informativa efectuada en Martínez de la Torre –a la que asistieron unos 3 mil simpatizantes del Morena–, propuso imitar las medidas que adoptó durante la crisis de 1929 el presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt con la intención que su nación superará el severo deterioro económico: crear un ambiente de empleo pleno, generar fuentes de trabajo para que la gente tenga ingresos y a la vez, detener la espiral de violencia.

En el parque José María Morelos, López Obrador aseguró que las elecciones presidenciales de 2012 serán una especie de referéndum sobre el futuro del país. “El pueblo, no los poderosos, sino los ciudadanos, decidirán si quieren ser dueños de su propio destino, si quieren un cambio o si se quedan con el masoquismo colectivo al votar por más de lo mismo”.

Por la noche, López Obrador visitó Teziutlán, en la Sierra Norte de Puebla, donde criticó que los altos niveles de inseguridad del país destruyeron la economía de las ciudades fronterizas y turísticas, las cuales padecen el cierre de empresas y elevados niveles de desempleo, cuando en el pasado eran polos de desarrollo.

Es grave la inestabilidad que impera en esas urbes, pues dejaron de producir las fuentes de trabajo que garantizaban ingresos tanto a sus habitantes como a mexicanos de las regiones sur-sureste. “México es de los países del mundo con menos crecimiento, y si no hay crecimiento no hay empleos ni bienes ni tranquilidad ni paz social”, manifestó.




Fuente: La Jornada