viernes, 2 de septiembre de 2011

Amarga historia de la industria azucarera

Privatizaciones y expropiaciones dejan mal sabor de boca

Persisten problemas financieros por un mala administración

Todavía nueve son manejados por el gobierno federal

A una década de la expropiación de 27 ingenios azucareros, que representaban el 47.1 por ciento de la producción nacional, se reconocen ciertos avances en cuanto a la competitividad, pero persisten algunos problemas financieros.

La historia de los ingenios mal administrados comienza en 1974, cuando el entonces presidente Luis Echeverría expropia 67 ingenios, muchos de los cuales presentaban problemas financieros, controlando desde ese momento la producción y cuestiones financieras.

En 1991, cuando los ingenios se encontraban completamente saneados, Carlos Salinas decide privatizar los 52 ingenios existentes en ese momento.

En 1996, en plena crisis después del error de diciembre de 1994, los ingenios reestructuraron sus pasivos, pero fue insuficiente, por lo que en 1999 comenzó otro proceso de saneamiento.

La deficiente atención que pusieron los industriales a sus fábricas provocó que el esfuerzo del gobierno federal fuera inútil, ya que en el 2000 los industriales adeudaban dos mil 500 millones de dólares al gobierno, señalan especialistas.

Un año después, el 3 de septiembre del 2001, el gobierno del entonces presidente Vicente Fox publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el cual se expropiaban 27 ingenios propiedad de Grupo Azucarero México, Grupo Santos, Grupo Machado y Consorcio Azucarero Escorpión, con el argumento de que estaba en peligro el abasto nacional, la viabilidad de la industria y los empleos de miles de trabajadores.

La medida que había sido bien tomada por los productores de caña, porque les había dado la oportunidad de cobrar sus cosechas, fue revocada tres años más tarde por el Poder Judicial, que en 2004 obligó al gobierno a regresar cuatro ingenios al Grupo Azucarero México.

Posteriormente, en enero de 2006 la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió regresar a sus dueños otros diez, mientras que a nueve se les negó la revocación del decreto expropiatorio, otros cuatro fueron vendidos.

Sector rentable, pero no competitivo: Mayorga

Diez años después de la expropiación de 27 ingenios, México cuenta por fin con una industria azucarera rentable y con futuro al tener fábricas modernizadas, eficientes y con un mercado ordenado que permite buenos precios, además de la exportación de excedentes al país consumidor más grande del mundo, consideró el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga Castañeda.

Sin embargo, admitió que el sector está lejos de ser competitivo pues su rentabilidad se debe a que goza de condiciones de privilegio al no estar sujeto al mercado internacional, pues si se bajaran los aranceles del azúcar y se abriera a la libre competencia con países como Colombia, Brasil, Costa Rica o incluso Guatemala, la industria se encontraría en serios problemas.

A pesar de ello, consideró que el objetivo de la expropiación se cumplió porque se logró salvar los adeudos con los cañeros que en algunas ocasiones eran de dos zafras, se han modernizado los ingenios en infraestructura, la tecnificación del campo cañero se ha incrementado y el sector ahora cuenta con acceso al financiamiento.

"Sin decir que no haya problemas o que vayamos bien, todavía falta, pero el sector tiene un rumbo y se lograron los principales objetivos de la expropiación".

Mayorga Castañeda defendió las razones por las que se decretó la expropiación de los ingenios y aseguró que se ha logrado eliminar las prácticas indebidas de grupos dedicados a esta agroindustria, que afectaron profundamente al sector.

"Desafortunadamente la Suprema Corte dio para atrás el proceso de expropiación porque sostuvo un nuevo criterio, no porque haya estado mal planteada la expropiación".

Aseguró que los mecanismos que se han creado en los últimos años para evitar un nuevo rescate al sector han dado ya sus primeros resultados con la creación de la Comisión Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar; el sistema de investigación y desarrollo de la actividad que ya está en proceso y la creación de una comisión de arbitraje que en breve se presentará.

Además se avanzó en la parte ambiental de los ingenios y la del riego en el campo que se ha ido modernizando. Todos estos puntos favorables se han ido logrando con la participación de todo el sector.

Pulverización

Para el encargado de las políticas agropecuarias del país, el problema que se sigue teniendo en el sector es la pulverización en la tenencia de la tierra, pues el promedio de superficie cañera es de sólo tres hectáreas por productor, lo que hace muy costosa la operación de la industria al no lograrse la economía de escala como en otros países con los que México compite, en donde los ingenios son dueños de grandes extensiones.

"El problema estará ahí mientras no se hagan las reformas en el sistema de la propiedad rural".

Por otro lado, si bien el contrato ley ha tenido muchos avances se han ido acumulando prestaciones para los trabajadores que difícilmente una empresa puede dar.

A diferencia de 2001, cuando se decretó la expropiación, actualmente la mayoría de los ingenios está en números negros y sólo en dos administrados por el gobierno persisten las pérdidas.

Pese a ello, advirtió, difícilmente se podrán cerrar los ingenios debido a su importancia social, pues la suspensión colapsaría comunidades enteras y eso ha obligado a lo largo de la historia a estar rescatando los ingenios, "si fuera una economía de mercado, los ingenios sustentables sobreviven y los que no son rentable se cierran".

Destacó que si el gobierno se ha tardado más de la cuenta en la privatización de los ingenios es por cuestiones jurídicas, aunque el objetivo es que antes de que concluya la presente administración se haya enajenado el total de ellos.

Pendientes

Mayorga Castañeda desmintió que los ingenios devueltos a sus dueños por mandato judicial se hayan entregado saneados, pues se expropiaron los activos, las acciones y los títulos de la representación social, pero los empresarios tuvieron que cumplir con sus deudas fiscales, laborales y financieras.

Y a pesar de que los ingenios ya están en manos de sus propietarios, persisten pendientes que esperan sean solucionados en los próximos meses; por ejemplo, al grupo Machado se le entregaron las instalaciones, pero falta el finiquito del ingenio José María Morelos.

Con el Grupo Santos todavía hay algunos litigios y algunas reclamaciones, pero se está en proceso de negociación, y si bien el grupo tiene la operación de los ingenios, las acciones están en disputa, por lo que falta definir la propiedad de los activos, la resolución de sus deudas con Financiera Nacional Azucarera (FINA), algunos adeudos fiscales, con la Comisión Nacional del Agua y el Seguro social.

Con el Consorcio Azucarero Caze, propietario de los nueve ingenios actualmente administrados por el gobierno federal, la situación es más compleja, pues se trata de fábricas que estaban prácticamente quebradas, por lo que el gobierno ha tenido que mandarlas a concurso mercantil, precisamente para pagar a sus acreedores, entre los cuales está el mismo gobierno.

El secretario de Agricultura reconoció que el costo fiscal por la expropiación de los ingenios azucareros a la fecha podría superar los 40 mil millones de pesos, si se toma en cuenta que tan sólo al cierre de FINA en 2001, la deuda de los ingenios era de más de 18 mil millones de pesos, sin embargo, si se le incrementan intereses y el gasto que se destina cada año a FEESA, la operación podría llegar a 40 mil millones de pesos.

Pese a ello, "si hacemos un corte de la inversión hasta el 2010, se podría decir que en el balance entre costo y beneficio estaríamos tablas".

Batalla

En mayo de 2001, Grupo Azucarero México (GAM) se declara en suspensión de pagos. La deuda principal era con tenedores de bonos estadounidenses, mil 550 millones de pesos.

El 12 de mayo entra en vigor la Ley de Concurso Mercantiles. El 3 de septiembre de 2001, en el DOF se publica el decreto por el cual el gobierno federal expropia 27 ingenios propiedad de GAM, Grupo Santos, Grupo Machado y Consorcio Azucarero Escorpión.

El 25 de septiembre, Grupo Azucarero México inicia el juicio de amparo contra la expropiación azucarera en el Juzgado Décimo de Distrito en materia administrativa. Los otros grupos hacen lo propio, antes de concluir el año.

En noviembre de 2002, el Juzgado Décimo otorga el amparo contra la expropiación de ingenios azucareros.

En febrero de 2004, el Tribunal Colegiado ratifica el amparo a GAM. En septiembre el gobierno federal le regresa sus ingenios.

En octubre de 2005, Grupo Machado también gana la batalla legal en los tribunales. El gobierno deberá devolverle los cuatro ingenios expropiados y las utilidades generadas por la venta del azúcar en los últimos cuatro años.

Grave error del gobierno de Fox

A diez años de la expropiación de 27 ingenios azucareros, Juan Cortina Gallardo evalúa que fue una medida errónea del gobierno de Vicente Fox, que no atendió los puntos estructurales que se tenían que modificar en la industria para que funcionara. Prueba de ello fue la resolución de la Suprema Corte a favor de los dueños de las fábricas del ramo.

Para el presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), la medida nunca fue justificada y constituyó uno de los más grandes errores del expresidente y su secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, quienes hicieron creer que a los industriales se les habían regresado los ingenios completamente saneados.

"El gobierno simplemente trató de patear el problema hacia adelante, asumiendo una responsabilidad que no le tocaba."

La decisión tomada el 2 de septiembre de 2001, lo único que hizo fue dilatar los cambios de fondo que necesitaba la industria y que se habían venido aplazando durante 20 años, generando problemas recurrentes que se trataba de solucionar sólo con aspirinas, y al paso de seis meses nuevamente resurgían debido a que los intereses no estaban alineados.

"La problemática que habíamos tenido entre la industria, cañeros y gobierno había perdurado porque nadie había querido entrarle al fondo del tema, que era muy escabroso y politizado.

"Desde que se privatizó la industria, a finales de los ochenta, ésta era compleja, politizada, y al PRI le traía votos, y las decisiones que se debían tomar para arreglarla estructuralmente iban en contra de los interese políticos y las necesidades del momento."

Ocho años después, los actores involucrados en la agroindustria lograron acuerdos con el gobierno federal para realizar cambios en el sector.

Con la puesta en marcha del Programa Nacional Azucarero, anunciado por el presidente Calderón a principios de su sexenio, la posterior formación del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña, donde participan cinco secretarías de Estado (Agricultura, Medio Ambiente, Economía, Hacienda y del Trabajo), y la participación de legisladores, industria y productores de caña, se ha logrado la modernización del sector.

Así se ha conseguido aumentar su productividad e incorporarla al comercio exterior con más de un millón de toneladas de endulzante en los últimos dos años.

Esto ayudó a estabilizar el mercado interno de edulcorantes y ha permitido a la industria su diversificación, en particular con la cogeneración de energía eléctrica por parte de los ingenios azucareros, como ya sucede en Guatemala, Brasil y Australia.

Acuerdo tripartita

Tras recordar que el último gasto que hizo el gobierno federal en la industria azucarera fue en 2008, por mil 600 millones de pesos, que tuvo que aportar para pagar la liquidación final a los cañeros del país, aseguró que entrar a resolver los problemas de fondo evita que tenga que haber rescates recurrentes.

Sin embargo aclaró que lo de 2008 no fue rescate. El gobierno se vio obligado a poner recursos para el pago de caña que era impagable, al haber establecido un precio muy por encima de los precios del mercado en ese momento.

Destacó que en ese año, en que la crisis se había vuelto sumamente grave y amenazaba con quebrar a la industria del azúcar, se logró por fin un acuerdo tripartita donde gobierno federal, cañeros e industria convinieron cambios en las reglas del pago de la vara y contratos laborales acordes a la realidad.

"Hoy en día la caña está totalmente atada al pago del azúcar, es un método totalmente trasparente que viene de un Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), que publica la Secretaría de Economía (SE) todos los días, y al final del día el cambio ha sido muy exitoso, y no veo por qué tenga que haber otro rescate."

Sin embargo, no descarta que en un futuro el gobierno tenga que apoyar al sector cañero, pero por cuestiones sociales, ya que los precios, al tratarse de commodities, suben y bajan, "como en su momento lo ha hecho con el precio del maíz, con un precio objetivo para mantener el nivel de subsistencia en el campo".

El presidente de la CNIAA asegura que una gran parte de los ingenios que en el pasado se habían considerado como poco productivos, actualmente son exitosos, aunque reconoce que hay algunos a los que les convendría fusionarse para ser más eficientes.

Además hay interés de empresas extranjeras de entrar al sector. Por ejemplo, en Veracruz una empresa brasileña muy grande pretende hacer inversiones importantes, "entonces las cosas han cambiado de manera positiva.

"Creo que con las condiciones que hay de mercado, con las reglas claras y la certidumbre hay espacio para que estos ingenios pequeños, que en algún momento estaban en duda, puedan transformarse y crecer, y se vuelvan eficientes."

Pero también hay dos o tres que están al borde de la quiebra, porque no han hecho las cosas que tenían que hacer.

No obstante, "hoy en día están los elementos para que los 54 ingenios que están operando sean exitosos, cosa que hace tres años no la había".

Fábricas, lejos de lograr una mayor productividad

Aunque en principio la expropiación de ingenios azucareros hace diez años benefició a los productores para poder recibir el pago de su caña, actualmente las fábricas continúan mostrándose insolventes y lejos de lograr una mayor productividad, coinciden representantes del sector.

Carlos Blackaller Ayala, presidente de la Unión Nacional de Cañeros, observa que si bien la decisión no fue la idónea, sí era necesaria para que la industria "saliera del bache que en ese momento era muy profundo".

Sin embargo, cuando teóricamente el gobierno debía haber resuelto esta situación en 18 meses, como lo planteaba el Decreto de Expropiación publicado el 3 de septiembre de 2001 en el Diario Oficial de la Federación (DOF), han pasado diez años y aún operan nueve en manos del gobierno de los 27 ingenios expropiados.

Pese a todas las adversidades, la expropiación funcionó y generó un nuevo cimiento en la agroindustria que siete años después, en 2008, permitió que la producción de azúcar en México desarrollara un potencial de crecimiento, aprovechando las ventajas que le da en materia comercial el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Para Blackaller Ayala la industria azucarera ha logrado por fin contar con algunos ingenios que son competitivos respecto a cualquier otro del mundo, además de que en México se procesa la mejor calidad de endulzante que se comercializa a escala mundial

"Tenemos una agroindustria que se ha vuelto competitiva, el campo cañero, a pesar de los pesares climatológicos, se encuentra dentro de las medias mundiales y tenemos muchas regiones del país que podremos ponerlas a competir en términos de productividad de campo y de calidad de caña con regiones como Colombia y una buena parte de la producción nacional en niveles parecidos a los que tiene Brasil."

Recordó que desde el 2000 industriales y productores de caña se acercaron al equipo del entonces candidato presidencial electo Vicente Fox para hacerle un planteamiento concreto e integral de una problemática que se estaba viviendo en ese momento, pero la respuesta fue que México tenía una agroindustria obsoleta, lo que derivó en una crisis mayor que llevó a la expropiación.

"Nos dieron en las narices con la puerta y pasaron los meses y llegó la crisis que ya conocemos."

Por su parte, Lázaro Arias Martínez, secretario de Finanzas de la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar de la CNC, consideró que en México al menos el 90 por ciento de los ingenios que operaron durante la zafra 2010-2011 requiere inversión, y advirtió que el 30 por ciento estaría en peligro de desaparecer al ser considerados como chatarra.

Si se logra la aplicación real del Programa Nacional Azucarero, con la misma superficie de 700 mil hectáreas que se tienen actualmente, se podría incrementar la producción de 44 millones de toneladas de caña a por lo menos 60 millones y con ellas superar los seis millones de toneladas de azúcar, comentó.

Además, consideró que el gobierno debe establecer un plan integral para poder sustituir todas las plantaciones que tienen más de 25 años de antigüedad, e incrementar la tecnificación de riego que actualmente sólo llega al 30 por ciento de la superficie.

"Con la modernización en cinco años, México tendría una de las mejores industrias de acuerdo con su capacidad para poder competir con el mundo."

Fallida expropiación de ingenios

A pesar de que con la expropiación de 27 ingenios azucareros en 2001 -de 59 que existían-, se logró que los productores recibieran el pago por su caña, al paso de los primeros ocho años se demostró que no fue la mejor decisión para resolver los problemas financieros, de productividad y rezago tecnológico que presentaba el sector, plantean diversos especialistas.

En la zafra 2008-2009, el gobierno tuvo que rescatar, una vez más, a la industria, al tener que aportar dos mil cien millones de pesos para el pago de las liquidaciones a los cañeros, lo que demostraba que la industria seguía descapitalizada.

De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su Informe de Resultados de la Fiscalización de la Cuenta Pública, "el costo fiscal total a cargo del gobierno federal por la expropiación de los ingenios azucareros, al 31 de diciembre de 2009 ascendía a 18 mil 177.2 millones de pesos".

Estos recursos, que se pueden considerar como perdidos, al final han logrado revertir los estados financieros de los ingenios expropiados, que en 2003 ya presentaba una mejoría, al registrar una disminución de sus pérdidas netas de 58.8 por ciento y 48.8 en relación con los ejercicios de 2001 y 2002, respectivamente.

Así, a partir de la expropiación se ha observado una mejoría en la situación financiera de los ingenios, pues para 2003 de los 27 ingenios expropiados, siete registran un déficit, mientras que 20 reportan un superávit.

Más caro el remedio

La realidad es que a lo largo de 20 años, la industria azucarera mexicana ha sido rescatada en al menos tres ocasiones, luego de haber sido privatizada por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, lo que demuestra que "el remedio ha salido más caro que la enfermedad", señala Gisela Espinosa, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Lo más grave es que, aunque el Estado convierta en deuda pública los pasivos de los ingenios, "su salud financiera no estará garantizada, pues el sector sigue sin contar con un plan integral y los cañeros se debaten periódicamente entre la privatización y las expropiaciones".

Advirtió que "la expropiación fue un parche para salvar a un puñado de industriales y no ha tenido consecuencias de ninguna índole".

Por su parte, Luis Ramiro García Chávez, investigador del departamento de ingeniería agroindustrial de la Universidad Autónoma de Chapingo (Uach), reconoce que diez años después de la expropiación se han estado recobrando las funciones operativas de los ingenios, en buena parte por la necesidad de seguir abasteciendo el mercado nacional, aun con las necesidades de seguir otorgando subsidios, aunque éstos han seguido permeando a la industria.

"Si bien no se logró que la industria azucarera pudiera empezar a trabajar en números negros desde su expropiación, la situación ha cambiado, pues en los últimos tres años está pasando por una época que nadie la imaginó en términos de precios muy altos del azúcar, y eso hace que esta actividad sea muy atractiva", apuntó.

Pese a los avances, la industria azucarera mexicana no está todavía plenamente preparada para enfrentar la competencia de otros países, pues si bien en los ámbitos de productividad se tienen indicadores similares, los ingenios nacionales tienen costos de producción más altos, que es lo que hace sensible a este sector.

Fallas

Para los investigadores, los costos de producción elevados por las características del minifundismo, donde prevalecen superficies muy pequeñas, no permiten tener costos accesibles de producción y de materia prima, debido a que no se han podido conformar economías de escala, y en donde es muy complicado incorporar la tecnología.

García Chávez aseguró que estudios realizados por la Uach, a petición del propio Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, han demostrado que la organización de los productores para la compra de insumos y maquinaria reduciría los costos de producción entre 30 y 40 por ciento, lo que permitiría que los ingenios fueran más competitivos.

En ese mismo estudio se señala que las metas del Programa Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar (Pronac) 2006-2012 del presidente Felipe Calderón se han quedado cortas, es decir, no se ha avanzado en los propósitos.

Sin embargo, ha permitido una mayor coordinación e integración entre productores de caña, los ingenios azucareros y las mismas políticas impulsadas por el gobierno federal, y eso es un gran avance.

La realidad es que al paso de los años y a pesar de los importantes recursos que ha inyectado el gobierno federal para hacer al sector viable, en México se tiene una industria heterogénea, en donde sólo 18 de los 57 ingenios son de primer nivel, con tecnología que les permite ser competitivos con cualquier otro país.

En contraste, se tienen ingenios que, podría decirse, están en transición, que eventualmente tienen resultados positivos en términos de eficiencia, pero que no son sostenibles y, peor aún, al menos 20 ingenios en el país están en condiciones críticas, que por sus altos costos e ineficiencias tienen muchas pérdidas, que no ha recibido los mantenimientos necesarios.

"Hay factores que se conjuntan y que hacen a un sector muy débil, pero que se sostienen porque el precio del azúcar es suficiente para tener cobertura, aunque tienen costos elevados."

Estimó que en los últimos diez años los ingenios que ha administrado el gobierno federal, entre ellos el Atencingo, Emiliano Zapata, El Potrero y El Plan de San Luis, se han mantenido en buen nivel trabajando a la altura de los de la iniciativa privada.

El problema, consideró el investigador, es que en el ámbito comercial se siguen teniendo fallas, pues el gobierno ha utilizado estas plantas como reguladoras de mercado y cuando los precios del endulzante se disparan, el gobierno hace una labor compensatoria de los precios, vende su azúcar a precios más bajos que la iniciativa privada para controlar el mercado.

"Justamente ésa es la parte de la función que podríamos pensar que está realizando ese grupo de ingenios, un poco de regulador de mercado que no sólo es bien visto por el resto de la industria, sino que genera pérdidas a los ingenios administrados por el gobierno federal."

Círculo vicioso

Para el dirigente de productores en Morelos y también diputado federal, Luis Félix Rodríguez Sosa, la situación no ha cambiado mucho, pues aún persisten las malas prácticas industriales, en donde los cañeros siguen recibiendo tarde el pago por su producto, lo que hace ver que los empresarios ya se acostumbraron a que el gobierno les da dinero para evitar problemas sociales.

"Es un círculo vicioso, la expropiación que hizo el gobierno para nosotros fue positiva y hoy los ingenios que recuperaron están en la misma, nosotros, los que entregamos caña a los ingenios del Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA), estamos contentos así.




Fuente: El Financiero p.14