viernes, 2 de septiembre de 2011

Nada que festejar ni anunciar en este sexenio sobre educación pública: expertos

Se optó por crecer en infraestructura universitaria, pero sin calidad

Sin proyecto ni rumbo claro para impulsar su desarrollo y consolidación, la educación pública, y con ella la formación universitaria, “no tiene nada que festejar ni avances que anunciar en lo que va del sexenio calderonista”, afirmaron especialistas en el sistema educativo nacional y catedráticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Señalaron que en la administración del presidente Felipe Calderón se “optó por crecer en infraestructura universitaria, pero sin considerar las condiciones mínimas para garantizar calidad y pertinencia en la enseñanza”.

Los recortes presupuestales en el nivel superior –agregaron– han disminuido la capacidad financiera de las universidades federales y estatales, pues de 2001 a 2011 las administraciones panistas recortaron 54 mil millones de pesos en su proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el sector, los cuales tuvieron que ser reasignados por el Congreso de la Unión, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.

Este abandono presupuestal no sólo repercutió en la pérdida de autonomía de las universidades para la distribución de sus ingresos, pues los recursos extraordinarios “son etiquetados en bolsas que van a concursos de asignación”, sino también ha obligado a docentes e investigadores a convertirnos en cazadores de becas y financiamientos para nuestros proyectos, los cuales cada vez dependen más de los interéses y líneas de investigación que desea impulsar la iniciativa privada”.

Eduardo Rojas Bravo, experto en planeación e innovación de políticas públicas para el sector universitario, destacó que la actual administración federal “no tiene un proyecto nacional de futuro donde insertar a los jóvenes, y mucho menos sus opciones de educación. Ha dado muestras claras de que prefiere apoyar la educación privada antes que la pública. En este sexenio la enseñanza impartida por el Estado no tiene nada de qué estar feliz, pues sólo ha sufrido condiciones cada vez más restrictivas”.
El especialista de la UAM apuntó que los problemas de cobertua y calidad no han sido resueltos. Resulta “criminal” que cada año al menos 200 mil jóvenes de la zona metropolitana del valle de México se queden fuera de la universidad pública, pero tampoco se avanzó en cómo resolver el tema de la calidad.

“Ahora evaluamos todo: el número de doctores que graduamos, los programas académicos de calidad, los proyectos de investigación, la integración de redes científicas; pero no tocamos lo esencial: qué aprenden los jóvenes en el aula universitaria y si esto les sirve para desenvolverse en una sociedad cada vez más demandante.”

Al respecto, Teresa Farfán, catedrátrica de la UAM y experta en educación superior, explicó que la creciente reducción en los recursos del erario que se destinan a las universidades públicas en el país “nos ha obligado cada vez más, a profesores e investigadores, a buscar en otros sitios apoyos financieros por medio de becas y proyectos que están impactando en la elección de las líneas de investigación”.

Agregó que en la administración calderonista se optó por impulsar la construcción de universidades técnicas y politécnicas, pero sin “considerar si existen condiciones para garantizar una formación de calidad”. Cabe preguntarnos –indicó– si realmente tenemos una plantilla docente con las características necesarias para atender esta propuesta educativa, “si cuentan con una situación laboral digna o se trata de profesores contratados por tres meses, a lo sumo un año, quienes si no ofrecen los resultados esperados se van, como ocurre en muchos espacios educativos tecnológicos”.




Fuente: La Jornada