miércoles, 17 de agosto de 2011

“Su único pecado, ayudar a migrantes”

TULTITLÁN, Méx.— Josefina y María Luisa dejaron sus casas e hijos abandonados, al ser detenidas por prestar apoyo a migrantes que llegan a Lechería, las acusaron de tráfico de indocumentados y lavado de dinero, señaló un numeroso grupo de mujeres, vecinas y familiares que afirman que ambas son inocentes, “el único pecado que cometieron fue abrir la puerta de su casa”.

Han pasado seis meses de “una detención ilegal, su casa ubicada en el número 53 de la avenida 11 de Julio en Lechería y la orden de cateo de los agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) traía una dirección de San Francisco Chilpa”, señaló Guadalupe Anaya, hermana e hija de las detenidas.

Josefina Vela Torres, de 53 años, vecina de Lechería, abrió su casa a los migrantes que llegan sedientos, con hambre y lesiones luego de recorrer más de 2 mil kilómetros desde Centroamérica, por eso fue acusada de “tráfico de indocumentados” al igual que su hija María Luisa Ayala, quien en el momento del cateo se encontraba con su madre.

El polvo, el abandono y la miseria quedaron en los hogares de ambas mujeres donde tres pequeños esperan a su madre y abuela, en un deseo que se aleja pues ambas fueron trasladadas a un penal de Mexicali, en la frontera con EU.

“¿Es legal un arraigo de 160 días?”, que fue el tiempo en que Josefina y María Luisa permanecieron en las instalaciones de la SIEDO en la colonia Doctores en el DF, cuestiona Guadalupe.

Mientras, “nuestras esperanzas, dinero y fuerzas se agotan”, señala Guadalupe, acompañada de un numeroso grupo de mujeres de Lechería que reclama justicia




Fuente: El Universal