Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera en un acto público en diciembre de 2014. Foto: Octavio Gómez|
-Angélica, el 18 de julio voy a asumir una decisión muy importante. Públicamente admitiré mi error por la “Casa Blanca”. Y voy a pedirle perdón a los mexicanos. Es necesario hacerlo. Mi publicista me dijo que era el momento. El día que promulgue el nuevo sistema ese anticorrupción.
–¿Vas a pedir perdón? ¿De qué vas a pedir perdón si la que salió a tragar sapos fui yo? ¿No recuerdas que después de tu viaje a China me obligaste a salir en ese horrible video del 18 de noviembre de 2014? Desde entonces dejé de ser La Gaviota y me convirtieron en un meme en las redes sociales.
–La gente sigue percibiendo que la “Casa Blanca” es el peor escándalo de corrupción de mi gobierno. Y me achacan a mí la culpa. Siguen pensando que fue Televisa y Juan Armando Hinojosa quienes me la regalaron a cambio de todos esos contratos que ya conoces… incluyendo el tuyo.
–Ajá.
–Te informo para que también me apoyes. Y, por favor, de aquí al 2018 ya no vuelvas a salir fotografiada en ninguna casa en las portadas de Hola!, Caras, Gente, Quién y menos se te ocurra en TV y Novelas, después nos cobran muy caro estas apariciones.
Necesitamos dar una imagen de unidad familiar, de amor, de que somos el uno para el otro. Tú ya sabes cómo.
–Ay, Enrique, tú no me puedes prohibir salir en el Hola! Ellos son españoles. Y me han tratado muy bien. Recuerda que, gracias a ellos, dejé de ser un meme y me volvieron a ver como una mujer elegante, impactante, la primera dama que te acompañó al Reino Unido, a España, a Alemania, a Dinamarca, a Oriente Medio. Yo tengo una trayectoria que dejé por este proyecto. Mi hija Sofía necesita proyección, publicidad y yo necesito tener mis propios recursos para cuando todo esto se acabe.
–Angélica, entiéndeme. La “Casa Blanca” fue un escándalo que surgió por tus pinches fotos posadas. ¡Qué necesidad había de hacer público todo eso!
–¿Por mí? Ahora resulta que yo…
–Sí, recuerda que te tomaste esas fotos, presumiendo como si fueras la dueña… Luego tuvimos que inventar eso de que Televisa te pagó con la casa de Paseo de las Palmas el equivalente a 88.6 millones de pesos. Emilio no me perdona eso. Desde entonces, todos le piden una liquidación como a ti. Ya ves, a Chabelo con más años que tú en la empresa… le tendrían que haber dado todo el Bosque de Chapultepec por la terminación de su contrato.
–¡Enrique! No te hagas al chistoso. Todo mundo sabía que la “Casa Blanca” fue un regalo de Televisa para ti y otro una donación de Juan Armando Hinojosa por lo de los contratos. No me eches de nuevo la culpa a mí. Esa maldita metiche de Aristegui y sus reporteros le dieron un manejo perverso a mis fotos. Yo simplemente hice lo que me pidió tu área de comunicación: demostrar la vida exitosa de la primera dama.
–Bueno, bueno, olvídalo. Es hora de pedir perdón. Estamos muy mal en las encuestas. Ya menos de 20% aprueba mi gestión. Y no hay manera de que mejoremos en las redes sociales. El inútil de Eduardo Sánchez no entiende nada de eso. El Peje está imparable. Nos ganó la partida con los maestros. Perdimos siete gubernaturas por esos gobernadores bandidos que no me hicieron caso y los tuve que defender. Y voy a tener que despedir a Virgilio Andrade porque en lugar de ayudarnos, nos perjudicó. Le pedí que fuera eficiente y no servicial. Ni siquiera se cambió esos rizos de Harry Potter que trae.
–Está bien. Haz lo que quieras. ¿Y yo qué gano? Todo mundo recuerda que dije que era mi propiedad y salí a recibir los insultos de toda esa prole que te odia.
–Nos odia, querida. Nos odia, no lo olvides.
–Como quieras, pero yo no vuelvo a salir en otro video con esas horrendas flores disecadas.
–Bueno, a cambio de que te quedes calladita ya giré instrucciones para que emitan un comunicado muy sencillo: tú e Hinojosa Cantú o su empresa Ingeniería Inmobiliaria del Centro celebraron un convenio de terminación del contrato de compra-venta con reserva de dominio. Tú regresaste la propiedad y la inmobiliaria te va a reintegrar los pagos que realizaste entre el 12 de enero de 2012 y el 11 de diciembre de 2014 más los intereses respectivos.
–¡Pero yo no hice ningún pago!
–Ya lo sabemos, Angélica. Pero eso es lo que vamos a decir. Te va a tocar una buena lana. Ya le dije a Videgaray que te compensen bien con algunas acciones o algo así. Él es muy generoso contigo.
–¿Y a poco él también va a pedir perdón por su casa de Malinalco?
–No, él no. Recuerda que dijo que ya finiquitó los pagos. Ya nadie se acuerda de esa casa.
–¿Y también vas a “devolver” la casa de Ixtapan de la Sal?
–Esa no. Tranquila. Recuerda el trato con los San Román. Mientras, puedes ir a bañarte a las aguas termales para que te baje el estrés.
–No me quieras ver la cara de tonta, Enrique. No lo soy. A ti sólo te interesa que te quieran a ti y que a mi me sigan odiando.
–Yo soy el presidente, Angélica. Tú eres La Gaviota. La gente te va a volver a querer. Ya ves qué bien te fue con la visita del Papa. Lo que tuvimos que hacer para que ese argentino te saludara y aceptara estar contigo. Todo lo de la anulación de la boda con El Güero salió mal. Nos falló Norberto. Y ahora anda muy bravo contra mis reformas.
–Ya, ya, no me recuerdes eso.
–Bueno, Gaviotita. Ahora a volar. Por favor, recuerda: ninguna foto más en Hola! en ninguna casa de ningún color.
–¿Me vas a tener aquí encerrada?
–No. Tienes que acompañarme a nuestro próximo evento.
–¿Y cuál es?
–La entrega de escrituras de la Sedatu de casas de interés social para parejas del mismo sexo. Recuerda que ahora somos gay friendly.
–Así, cómo no.
Y terminó este diálogo recordando que la realidad siempre supera a la ficción.
–La gente sigue percibiendo que la “Casa Blanca” es el peor escándalo de corrupción de mi gobierno. Y me achacan a mí la culpa. Siguen pensando que fue Televisa y Juan Armando Hinojosa quienes me la regalaron a cambio de todos esos contratos que ya conoces… incluyendo el tuyo.
–Ajá.
–Te informo para que también me apoyes. Y, por favor, de aquí al 2018 ya no vuelvas a salir fotografiada en ninguna casa en las portadas de Hola!, Caras, Gente, Quién y menos se te ocurra en TV y Novelas, después nos cobran muy caro estas apariciones.
Necesitamos dar una imagen de unidad familiar, de amor, de que somos el uno para el otro. Tú ya sabes cómo.
–Ay, Enrique, tú no me puedes prohibir salir en el Hola! Ellos son españoles. Y me han tratado muy bien. Recuerda que, gracias a ellos, dejé de ser un meme y me volvieron a ver como una mujer elegante, impactante, la primera dama que te acompañó al Reino Unido, a España, a Alemania, a Dinamarca, a Oriente Medio. Yo tengo una trayectoria que dejé por este proyecto. Mi hija Sofía necesita proyección, publicidad y yo necesito tener mis propios recursos para cuando todo esto se acabe.
–Angélica, entiéndeme. La “Casa Blanca” fue un escándalo que surgió por tus pinches fotos posadas. ¡Qué necesidad había de hacer público todo eso!
–¿Por mí? Ahora resulta que yo…
–Sí, recuerda que te tomaste esas fotos, presumiendo como si fueras la dueña… Luego tuvimos que inventar eso de que Televisa te pagó con la casa de Paseo de las Palmas el equivalente a 88.6 millones de pesos. Emilio no me perdona eso. Desde entonces, todos le piden una liquidación como a ti. Ya ves, a Chabelo con más años que tú en la empresa… le tendrían que haber dado todo el Bosque de Chapultepec por la terminación de su contrato.
–¡Enrique! No te hagas al chistoso. Todo mundo sabía que la “Casa Blanca” fue un regalo de Televisa para ti y otro una donación de Juan Armando Hinojosa por lo de los contratos. No me eches de nuevo la culpa a mí. Esa maldita metiche de Aristegui y sus reporteros le dieron un manejo perverso a mis fotos. Yo simplemente hice lo que me pidió tu área de comunicación: demostrar la vida exitosa de la primera dama.
–Bueno, bueno, olvídalo. Es hora de pedir perdón. Estamos muy mal en las encuestas. Ya menos de 20% aprueba mi gestión. Y no hay manera de que mejoremos en las redes sociales. El inútil de Eduardo Sánchez no entiende nada de eso. El Peje está imparable. Nos ganó la partida con los maestros. Perdimos siete gubernaturas por esos gobernadores bandidos que no me hicieron caso y los tuve que defender. Y voy a tener que despedir a Virgilio Andrade porque en lugar de ayudarnos, nos perjudicó. Le pedí que fuera eficiente y no servicial. Ni siquiera se cambió esos rizos de Harry Potter que trae.
–Está bien. Haz lo que quieras. ¿Y yo qué gano? Todo mundo recuerda que dije que era mi propiedad y salí a recibir los insultos de toda esa prole que te odia.
–Nos odia, querida. Nos odia, no lo olvides.
–Como quieras, pero yo no vuelvo a salir en otro video con esas horrendas flores disecadas.
–Bueno, a cambio de que te quedes calladita ya giré instrucciones para que emitan un comunicado muy sencillo: tú e Hinojosa Cantú o su empresa Ingeniería Inmobiliaria del Centro celebraron un convenio de terminación del contrato de compra-venta con reserva de dominio. Tú regresaste la propiedad y la inmobiliaria te va a reintegrar los pagos que realizaste entre el 12 de enero de 2012 y el 11 de diciembre de 2014 más los intereses respectivos.
–¡Pero yo no hice ningún pago!
–Ya lo sabemos, Angélica. Pero eso es lo que vamos a decir. Te va a tocar una buena lana. Ya le dije a Videgaray que te compensen bien con algunas acciones o algo así. Él es muy generoso contigo.
–¿Y a poco él también va a pedir perdón por su casa de Malinalco?
–No, él no. Recuerda que dijo que ya finiquitó los pagos. Ya nadie se acuerda de esa casa.
–¿Y también vas a “devolver” la casa de Ixtapan de la Sal?
–Esa no. Tranquila. Recuerda el trato con los San Román. Mientras, puedes ir a bañarte a las aguas termales para que te baje el estrés.
–No me quieras ver la cara de tonta, Enrique. No lo soy. A ti sólo te interesa que te quieran a ti y que a mi me sigan odiando.
–Yo soy el presidente, Angélica. Tú eres La Gaviota. La gente te va a volver a querer. Ya ves qué bien te fue con la visita del Papa. Lo que tuvimos que hacer para que ese argentino te saludara y aceptara estar contigo. Todo lo de la anulación de la boda con El Güero salió mal. Nos falló Norberto. Y ahora anda muy bravo contra mis reformas.
–Ya, ya, no me recuerdes eso.
–Bueno, Gaviotita. Ahora a volar. Por favor, recuerda: ninguna foto más en Hola! en ninguna casa de ningún color.
–¿Me vas a tener aquí encerrada?
–No. Tienes que acompañarme a nuestro próximo evento.
–¿Y cuál es?
–La entrega de escrituras de la Sedatu de casas de interés social para parejas del mismo sexo. Recuerda que ahora somos gay friendly.
–Así, cómo no.
Y terminó este diálogo recordando que la realidad siempre supera a la ficción.
Fuente: Proceso| JENARO VILLAMIL