sábado, 13 de junio de 2015

En un Estado de derecho funcional el caso Iguala sería inimaginable: Especialista

Familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala y alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa que se dirigían a Chilpancingo se enfrentan con la policía que bloqueaba el paso de los manifestantes el pasado 6 de junio. Foto: EFE

El abogado alemán Wolfgang Kaleck es fundador del Centro Europeo para los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), una organización para la defensa legal de los derechos humanos. Kaleck ha trabajado como Secretario General de la organización. Su actividad como ponente en diversos eventos le ha llevado recientemente a América Latina, India, China y Filipinas. Es miembro del Consejo Asesor del Centro de Derecho y Política Europea de la Universidad de Bremen (ZERP, por sus siglas en alemán) y del Foro de Derecho Penal y Humanitario Internacional (FICHL, por sus siglas en inglés), así como escritor.

La siguiente crónica titulada “Las confesiones dudosas de Iguala” es su experiencia en México, por considerarla de interés para nuestros lectores y gracias al acuerdo con eldiario.es, SinEmbargo le ofrece el siguiente texto…

Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo/Eldiario.es).– “Después de los acontecimientos desgraciados de Iguala, las autoridades mexicanas debieron haber hecho algo, por lo menos algo. En un estado de derecho más o menos funcional este tipo de violencia sería inimaginable”, expresa Wolfgang.

México no me suelta. Durante mis últimas horas en la capital disfruto de su lado hermoso en el parque Alameda de Santa María, en el barrio antiguo, idílico de Santa María la Ribera. De los problemas causados por las drogas en los alrededores no se nota nada aquí: skaters y futbolistas, en el fondo un guitarrista y a mi altura, en una banca, José María Fuentes. Él lleva 15 años sin hogar, no obstante es un gran optimista, ha vivido muchas cosas bonitas, dice, solo pocas cosas malas, está satisfecho con su vida.

Poco después me encuentro, aún de buen humor, en el avión dirección a París, cuando los periódicos mexicanos me devuelven a la realidad oscura del país. En un día absolutamente normal, La Jornada, un medio inclinado algo más a la izquierda, viene llena de barbaridades: periodistas perseguidos, autoridades racistas, violencia contra inmigrantes centroamericanos, arrestos arbitrarios y reproches de torturas contra la policía. Y luego un largo artículo de los reporteros investigadores de la revista Proceso sobre la masacre y los estudiantes de Iguala en el estado de Guerrero, quienes desde septiembre de 2014 aún están “desaparecidos”. Los actores principales de esta obra, demasiado parecida a la última novela de Don Winslow, El Cartel, son un fiscal general, un montón de policías arrestados y las llamadas “fuerzas de seguridad”, así como una empresa productora de armas alemana.

En México, después del 26 de septiembre fueron arrestadas en total 99 personas, muchas confesaron, y el fiscal general Murillo Karam se detuvo el 27 de enero de 2015 frente a la prensa y presentó, nada más y nada menos, que la “verdad histórica”.





Fuente: Sin Embargo| La Redacción