Los buenos tiempos de América Latina han terminado. El año pasado logró un crecimiento de apenas 1.3 por ciento y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima para este 2015 sólo 0.9 por ciento, lo que significaría el quinto año consecutivo de desaceleración. Además, América Latina ha disminuido más que cualquier otra región emergente, alerta The Economist.
Durante los últimos 15 años, sólo un país de América Latina ha resaltado en el sistema de comercio mundial, afirmó al semanario británico Augusto de la Torre, economista en jefe del Banco Mundial para la región. Se trata de México. Se ha unido a las cadenas de valor globales, diversificado sus exportaciones y trasladándose a productos más complejos.
Sin embargo, dijo, ha decepcionado su crecimiento económico (con un promedio de 2.4 por ciento al año durante 20 años) y la productividad.
“Una razón es que México tiene demasiados monopolios, especialmente en los servicios”. Aunque, asegura, “las reformas emprendidas por el Presidente Enrique Peña Nieto podrían remediar eso, otros factores que disuaden la inversión –y con ello la competencia– pueden ser una cultura jurídica débil y la violencia generada por el crimen organizado”.
“El problema de fondo es la brecha de productividad entre las grandes empresas modernas, principalmente en el norte del país, y los productores pequeños e informales en el sur”, afirma The Economist.
AL DEBE ABORDAR SUS DEBILIDADES ESTRUCTURALES
Para volver a un crecimiento más rápido, sugiere The Economist, América Latina debe abordar sus debilidades estructurales.
“En pocas palabras, lo que exporta, ahorra e invierte es demasiado poco. Sus economías no se diversifican lo suficiente y muchos de sus empresas, y de los trabajadores son improductivos”.
Para empeorar las cosas, el ascenso de China y de los países emergentes en general en los últimos 15 años ha agravado algunos de estos problemas. El Banco Mundial (BM) concluyó en un informe publicado en mayo que China reforzó el papel de América Latina como un exportador de materias primas, mientras que el peso relativo de sus exportaciones de manufacturas disminuyó.
América Latina tiene grandes empresas modernas, algunas de las cuales han evolucionado hasta convertirse en multinacionales exitosas. Pero, enfatiza la publicación británica, el negocio latinoamericano típico carece de escala, tecnología y gestión profesional.
Hay varias razones por las que a las empresas latinoamericanas les resulta difícil ser más productivas. En primera, para Andrés Velasco, ex Ministro de Hacienda de Chile, hay falta de competencia.
“Lograr una mayor escala es vital para aumentar la productividad, y eso significa ir al extranjero. Crecer más allá de la región es difícil, dada la ubicación de América del Sur”. Además, agrega Velasco, “para vender a Asia se tiene que vender todo el producto, no sólo una parte”.
Otra explicación para la baja productividad es que la mitad de los latinoamericanos trabajan en empresas informales, que luchan por obtener tecnología y capital. Santiago Levy del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirma que los gobiernos han fomentado la economía informal mediante la creación de las pensiones no contributivas y el seguro médico gratuito.
Un freno aún más potente en la productividad es la falta de carreteras, puertos y demás en la región. Mientras que China invierte el 9 por ciento de su PIB en infraestructura y la India 6 por ciento, Latinoamérica gestiona sólo el 3 por ciento, de acuerdo con El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). La falta de dinero no es el principal problema, sino la dificultad en construir, dice el semanario.
En las grandes ciudades de América Latina las carreteras son de mala calidad y el transporte público tienen efectos graves: los latinoamericanos a menudo se enfrentan a un viaje diario de dos horas por trayecto en autobuses atascados.
Una explicación más a la baja productividad es una fuerza de trabajo mal educada. América Latina ha hecho grandes progresos en la ampliación de la cobertura educativa. Pero la calidad de la enseñanza en las escuelas es pobre: los ocho países de América Latina que participaron en las pruebas internacionales PISA de jóvenes de 15 años todos vinieron en el tercio inferior de la clasificación.
En cuanto a la innovación, The Economist asegura que el futuro de América Latina está en el aprovechamiento de los recursos naturales a través de la tecnología. Pero la región también necesita desarrollar nuevos negocios, en la industria y los servicios.
A pesar del crecimiento lento, muchos países de la región se han adaptado gracias a mejores políticas macroeconómicas. Chile, Colombia y Perú, dice el semanario, han manejado sus asuntos de manera responsable. En tanto, México, América Central y la República Dominicana, importadores netos de materias primas, mejorarán más que el promedio en los próximos años.
Los más afectados son los países que echaron a perder sus políticas en diferentes grados. Después de un derroche fiscal inflacionario, Brasil se enfrenta a un ajuste inevitable: su economía se contraerá un 1.2 por ciento este año, de acuerdo con el gobierno, y el desempleo está aumentando. Argentina está soportando un prolongado estancamiento y la inflación de dos dígitos. Venezuela este año enfrenta una contracción dolorosa de 7 por ciento y una inflación de 95 por ciento, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el mercado negro, desde enero el valor de su moneda se ha reducido a la mitad frente al dólar.
Por el contrario la expansión de Asia ha sido impulsada por las exportaciones de manufacturas, la inversión y el gasto en infraestructura, lo que aumenta su potencial de crecimiento futuro.
Fuente: Sin Embargo| La Redacción