OAXACA, Oax.- “Los disparos eran a matar. Nos cazaron como perros, como si fuéramos peor que unos delincuentes”, relató un estudiante de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.
El compañero de estudios de Christian Tomás Colón Garnica, de 18 años, quien se encuentra en la lista de los 43 normalistas desaparecidos, recuerda la pesadilla que vivió el 26 de septiembre, cuando fueron sometidos a balazos por policías municipales de Iguala, Guerrero.
El delito de Christian, dice, “fue ir a pedir cooperación”, y por ese motivo “fuimos sometidos a balazos el día viernes. El primer atraco fue a las ocho y media de la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando regresábamos de ir a botear para sostener las prácticas docentes y demás cosas que en la escuela nos hacen falta, ya que por parte del gobierno de Guerrero no es suficiente”.
Esa noche, cuenta, “varios compañeros quedaron heridos y los policías se llevaron a otros en sus patrullas”.
Cerca de las 11 y media de la noche, cuando se daba la conferencia de prensa, vino el segundo ataque, donde quedó herido gravemente el indígena huave Edgar Andrés Vargas, originario de San Francisco del Mar, Oaxaca. Una bala le impactó en la boca, quedando gravemente lesionado.
En ese segundo ataque murieron dos jóvenes, y un tercero, apodado El Chilango, fue encontrado degollado al otro día, cerca del lugar donde sucedieron los hechos.
Entre los estudiantes que los policías se llevaron se encuentra Christian Tomás Colón Garnica, quien continúa desaparecido, junto con otros 42 normalistas.
“Cómo puede ser posible que no se sepa dónde están los estudiantes, si los policías municipales se los llevaron. Vivos se los llevaron y vivos los queremos. Seguimos con la fe de que los 28 cuerpos encontrados en las fosas clandestinas no sean de ninguno de los estudiantes y mucho menos el de Christian”, dice el muchacho, quien prefirió omitir su nombre.
Por otra parte, el gobernador Gabino Cué Monteagudo sostuvo que su gobierno brindó apoyo económico a la señora Lucina Garnica, madre de Christian, para que se traslade al estado de Guerrero con el fin de que le realicen los estudios de ADN para compararlos con las muestras de los cadáveres localizados en las fosas en Guerrero.
El mandatario estatal también adelantó que brindarán asesoría legal a la madre del joven oaxaqueño desaparecido en Ayotzinapa.
Normalistas reparten fotos de sus compañeros desaparecidos en la Autopista del Sol
Familiares y compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, tomaron las casetas de la autopista del Sol donde repatieron fotografías de los jóvenes a los automovilistas.
Los manifestantes levantaron las plumillas y permitieron el libre paso de los automovilistas, en demanda de que se esclarezca la desaparición de los 43 normalistas. Horas antes, unos 300 estudiantes y familiares colocaron fotografías de sus compañeros desaparecidos en las oficinas de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero (PGJE) para exigir su localización. “26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa”, dice una manta que portaban los normalistas.
Horas antes se informó que lo jóvenes tomaron dos emisoras de radio locales y advirtieron que continuarán radicalizando sus acciones hasta encontrar a sus compañeros.
Los manifestantes protestaron de manera pacífica y sólo pegaron imágenes de sus compañeros en las paredes, ventanales, computadoras, televisiones y vehículos oficiales de la dependencia.
Por la misma demanda, otro grupo de normalistas tomó una caseta de peaje en San Pablo Huitzo, Oaxaca. Los manifestantes pidieron cooperación a los automovilistas y posteriormente liberaron la vía. El día de ayer, los padres de los 43 normalistas de la escuela de Ayotzinapa dijeron que los 28 cuerpos hallados este fin de semana en Iguala no corresponden a los de sus hijos desaparecidos desde el 26 de septiembre.
En conferencia de prensa, los familiares de los estudiantes insistieron en que agentes de la Policía de Iguala fueron quienes secuestraron a sus hijos, por lo que exigieron al Estado mexicano que presente con vida a los jóvenes.“Vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
La familias lamentaron que el Procurador de Guerrero, Iñaky Blanco Cabrera, “esté dando a entender que los cuerpos hallados en una fosa clandestina sean de los estudiantes”. “Todos los comentarios que ha hecho la Procuraduría General de Justicia del Estado no los creemos, todavía esperamos que nuestros hijos aparezcan con bien, porque se los llevaron vivos y vivos nos los deben regresar, esta es una masacre que no debemos permitir”, dijo uno de los familiares. Por su parte, Amnistía Internacional (AI) solicitó al gobierno mexicano que los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal sean tratados con respeto y se les mantenga informados antes que a los medios de comunicación de la evolución en la búsqueda permanente de sus familiares, así como del proceso de identificación de los cuerpos que han sido descubiertos.
A través de un comunicado, la organización expresó su preocupación por el destino de los estudiantes desaparecidos luego de exhumaciones en fosas comunes encontradas en el municipio de Iguala, Guerrero. Indicó que en tanto persistan las dudas acerca de si los cuerpos hallados en una fosa común pertenecen o no a los jóvenes desaparecidos en Iguala, las autoridades federales deben poner en marcha una investigación completa y exhaustiva sobre la desaparición de los 43 normalistas.
“La búsqueda de estos estudiantes desaparecidos debe continuar con toda seriedad. Este horrendo crimen ha conmocionado al mundo, y la verdad sobre lo sucedido debe salir a la luz. Los próximos días serán de mucha importancia para poder conocer lo que realmente pasó, estas investigaciones tan sensibles deben ser realizadas por personal del más alto nivel, en el ámbito federal, incluyendo el apoyo de expertos forenses internacionales que ya están asistiendo a los investigadores, señaló Erika Guevara Rosas, directora del Programa Regional para América de Amnistía Internacional.
Precisó que es el momento para que el Presidente Enrique Peña Nieto acelere y garantice una investigación rápida y exhaustiva sobre estos terribles abusos, y que se llegue a fondo sobre lo ocurrido a las víctimas. Es imperativo que las promesas de México acerca del respeto a los derechos humanos no queden solo como un lugar común del gobierno, detrás del cual puedan ser cometidos una serie de abusos con total impunidad.
Fuente: Proceso| PEDRO MATÍAS| Sin Embargo| La Redacción
Los manifestantes levantaron las plumillas y permitieron el libre paso de los automovilistas, en demanda de que se esclarezca la desaparición de los 43 normalistas. Horas antes, unos 300 estudiantes y familiares colocaron fotografías de sus compañeros desaparecidos en las oficinas de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero (PGJE) para exigir su localización. “26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa”, dice una manta que portaban los normalistas.
Horas antes se informó que lo jóvenes tomaron dos emisoras de radio locales y advirtieron que continuarán radicalizando sus acciones hasta encontrar a sus compañeros.
Los manifestantes protestaron de manera pacífica y sólo pegaron imágenes de sus compañeros en las paredes, ventanales, computadoras, televisiones y vehículos oficiales de la dependencia.
Por la misma demanda, otro grupo de normalistas tomó una caseta de peaje en San Pablo Huitzo, Oaxaca. Los manifestantes pidieron cooperación a los automovilistas y posteriormente liberaron la vía. El día de ayer, los padres de los 43 normalistas de la escuela de Ayotzinapa dijeron que los 28 cuerpos hallados este fin de semana en Iguala no corresponden a los de sus hijos desaparecidos desde el 26 de septiembre.
En conferencia de prensa, los familiares de los estudiantes insistieron en que agentes de la Policía de Iguala fueron quienes secuestraron a sus hijos, por lo que exigieron al Estado mexicano que presente con vida a los jóvenes.“Vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
La familias lamentaron que el Procurador de Guerrero, Iñaky Blanco Cabrera, “esté dando a entender que los cuerpos hallados en una fosa clandestina sean de los estudiantes”. “Todos los comentarios que ha hecho la Procuraduría General de Justicia del Estado no los creemos, todavía esperamos que nuestros hijos aparezcan con bien, porque se los llevaron vivos y vivos nos los deben regresar, esta es una masacre que no debemos permitir”, dijo uno de los familiares. Por su parte, Amnistía Internacional (AI) solicitó al gobierno mexicano que los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal sean tratados con respeto y se les mantenga informados antes que a los medios de comunicación de la evolución en la búsqueda permanente de sus familiares, así como del proceso de identificación de los cuerpos que han sido descubiertos.
A través de un comunicado, la organización expresó su preocupación por el destino de los estudiantes desaparecidos luego de exhumaciones en fosas comunes encontradas en el municipio de Iguala, Guerrero. Indicó que en tanto persistan las dudas acerca de si los cuerpos hallados en una fosa común pertenecen o no a los jóvenes desaparecidos en Iguala, las autoridades federales deben poner en marcha una investigación completa y exhaustiva sobre la desaparición de los 43 normalistas.
“La búsqueda de estos estudiantes desaparecidos debe continuar con toda seriedad. Este horrendo crimen ha conmocionado al mundo, y la verdad sobre lo sucedido debe salir a la luz. Los próximos días serán de mucha importancia para poder conocer lo que realmente pasó, estas investigaciones tan sensibles deben ser realizadas por personal del más alto nivel, en el ámbito federal, incluyendo el apoyo de expertos forenses internacionales que ya están asistiendo a los investigadores, señaló Erika Guevara Rosas, directora del Programa Regional para América de Amnistía Internacional.
Precisó que es el momento para que el Presidente Enrique Peña Nieto acelere y garantice una investigación rápida y exhaustiva sobre estos terribles abusos, y que se llegue a fondo sobre lo ocurrido a las víctimas. Es imperativo que las promesas de México acerca del respeto a los derechos humanos no queden solo como un lugar común del gobierno, detrás del cual puedan ser cometidos una serie de abusos con total impunidad.
Fuente: Proceso| PEDRO MATÍAS| Sin Embargo| La Redacción