Los indígenas se instalaron hace tres meses; huían de la violencia paramilitar en Copala
El gobierno fue tolerante y sensible; quisimos encauzar sus demandas pero se negaron: Gabino Cué
Oaxaca, Oax. Unos 300 policías estatales y municipales desalojaron la madrugada de ayer el campamento de indígenas triquis desplazados de San Juan y San Miguel Copala, quienes mantenían un plantón desde hace tres meses en el palacio de gobierno estatal debido a la violencia generada por grupos paramilitares en su región.
El gobernador Gabino Cué Monteagudo señaló que el grupo de inconformes condicionó el retiro del plantón a la entrega de 15 mil pesos mensuales para 200 familias, y su administración no aceptará ningún chantaje, por lo que agentes estatales realizaron el desalojo.
El plantón fue reinstalado en octubre pasado, 10 meses después de retirarse con la promesa de que sus demandas serían atendidas. En esta ocasión, el secretario general de gobierno, Jesús Martínez Álvarez, aseguró que los inconformes no eran desplazados y sólo querían sacar provecho.
Sin embargo, el pasado 21 de diciembre autoridades estatales y representantes de los triquis iniciaron una mesa de diálogo a fin de que los indígenas se retiraran. Hubo tres mesas, pero sin resultados y esa noche llegaron los policías.
El día 22 reiniciaron las pláticas en cuatro ocasiones, la última se dio a las 21 horas y estuvo encabezada por la comisionada de Derechos Humanos, Eréndira Cruz Villegas. A esa hora los agentes se colocaron frente a palacio.
Una hora despúes, Lorena Merino, vocera de los desplazados, dijo que no se moverían del sitio, pues les ofrecían irse a un albergue y una mesa (de diálogo) para los primeros días de enero, situación que rechazaron.
El comisionado de la Policía Estatal, César Cruz Alfaro, ordenó a sus elementos desplegarase a lo largo del edifico de gobierno; un representante de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, junto con un camarógrafo de la Secretaría de Seguridad Pública. revisaban que los agentes no portaran armas.
A las 23 horas inspectores de vía pública municipal empezaron a retirar las lonas, mantas, cartones, plásticos y objetos personales, mientras los desplazados intentaron recuperar lo que pudieron. Las triquis se tomaron de las manos para formar una valla humana e impidieron que los inspectores ingresaran al corazón del plantón. Mujeres policías con escudo en mano entraron por la esquina de las calles Guerrero y Bustamante para replegar a las mixtecas. Algunas triquis cargaban a sus hijos en la espalda.
Entre llantos de niños y mujeres ataviadas con sus tradicionales trajes rojos, reprocharon al gobierno de Gabino Cué: Así nos sacaron de nuestro pueblo, ¿ahora nos sacan de aquí?, ¿este es el gobierno del cambio?.
Hubo empujones entre los bandos, hasta golpes, pero no se desató la violencia. Lorena Merino hablaba por teléfono y gritaba: Ya saben en la Comisión Interamericana (de Derechos Humanos) que nos están reprimiendo, les decía a los uniformados, quienes seguían avanzando.
Las triquis terminaron sentadas a los pies de los uniformados, quienes les pedían levantarse o saldrían lastimadas. Finalmente dejaron de poner resistencia y tomaron sus pocas pertenencias y se retiraron. Los agentes colocaron vallas de metal para impedir el reingreso de los manifestantes.
Luego de encabezar la ceremonía de preliberación de presos, el gobernador Gabino Cué dijo que su gobierno ha sido tolerante y sensible, pues habló con ellos (triquis) en diferentes ocasiones, tratando de encauzar sus demandas, pero se han negado.
Agregó que hay intereses de gente ajena que pretende beficiarse con el plantón de los originarios de San Miguel Copala, y dudó que sean de esa comunidad (los desalojados).
Fuente: La Jornada