El aumento en los precios al consumidor se originó por un mayor costo de las verduras y por las tarifas de energéticos.
En el último mes de 2011, los precios en México registraron un repunte como consecuencia del encarecimiento de los productos agropecuarios.
Esto porque el Índice Nacional de Precios al Consumidor de diciembre, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), registró un incremento de 0.82 por ciento, la cifra más alta observada para el mismo mes desde el año 2000.
Lo anterior llevó a que la inflación se ubicara en 3.82 por ciento al cierre del 2011 dentro del rango estimado por el Banco de México para ese periodo y por debajo del cierre del año anterior.
Dicho comportamiento se debió a que casi todos los componentes del índice de precios registraron un repunte, sobresaliendo los productos agropecuarios, explicó Samuel Moreno, analista de Invex.
“El incremento en precios fue impulsado principalmente por las difíciles condiciones climáticas que se vivieron durante el año”, afirmó el especialista.
La mitad del año las plantaciones en los estados del centro y norte del país se vieron afectadas por una sequía, la peor en 70 años, mientras que a finales de 2011 se presentaron heladas.
Asimismo, los precios de los energéticos se incrementaron de 0.57 por ciento en diciembre debido a las tarifas aprobadas por el Congreso de la Unión, por lo que la inflación no se ve beneficiada por la caída en los precios internacionales de petróleo y gasolina.
Moreno consideró que los productos comerciables distintos de alimentos pudieron verse contagiados “parcialmente” por la depreciación del peso.
Ante este escenario, Rafael Camarena, analista de Santander, dijo que los principales riesgos para la inflación en este año son la volatilidad internacional que puede originar un comportamiento adverso en el tipo de cambio.
Fuente: La Razón