Davos. Aumentar la producción de alimentos, mejorar su distribución y reducir los precios al tiempo que se respeta el medio ambiente son los grandes desafíos para erradicar el hambre y alimentar a una población que crece exponencialmente, advirtieron expertos este jueves.
Cuarenta por ciento de los alimentos que se producen en el planeta se pierde o se desperdicia, y no sólo en los países en desarrollo, recordó la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran.
Para alimentar a la creciente población mundial –7 mil millones actualmente– se necesita elevar la producción de alimentos 70 por ciento hacia 2050, apuntó.
Por eso, más que en ningún otro sector, se requieren nuevos modelos que alíen a productores con empresas distribuidoras, planteó el presidente de Unilever, Paul Polman, quien recordó que en los próximos 30 años se consumirán tantos alimentos como en los últimos 10 mil.
Polman participó en un debate –durante el Foro Económico Mundial, que se celebra aquí– junto al empresario estadunidense Bill Gates y el director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el brasileño José Graziano da Silva, entre otros expertos.
Señalaron que a largo plazo es necesario invertir 80 mil millones de dólares anuales para aumentar la producción 30 por ciento, pero el gran desafío es cómo combinar ese incremento y la mejora en la distribución con la reducción de emisiones de dióxido de carbono (causantes del calentamiento del planeta), y garantizar el acceso al agua.
Para empezar, se necesita voluntad política, aseguraron los expertos, que confían en que este año la presidencia de México del Grupo de los 20 (G-20), que reúne a las potencias emergentes y desarrolladas del planeta, dé un fuerte espaldarazo a la definición de una política en ese terreno.
El ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire, cuyo país logró poner en la agenda del G-20 el tema de la seguridad alimentaria, aseguró que actualmente existe voluntad política de hacer frente a este desafío, para lo cual es necesario inventar nuevas herramientas financieras que apoyen las medidas prácticas.
Así, además de créditos a los pequeños productores, se hacen imprescindibles los seguros contra los desastres climáticos, señaló Stefan Lippe, presidente de la reaseguradora suiza Swiss Re.
El presidente de la multinacional suiza Nestlé, Peter Brabeck-Letmathe, advirtió que la falta de agua se acentuará en las próximas dos décadas, lo que reducirá, agregó, la producción cerealera en un tercio y podría alimentar las revueltas sociales.
Para el magnate Gates, fundador de Microsoft, lo más interesante del G-20 es que en él se sientan Brasil y China, dos de las grandes potencias agrícolas.
Además se da una dinámica de toma de conciencia de las urgencias en los países pobres que, conjugada al interés del sector privado, podrían aumentar la producción considerablemente, señaló Gates, quien recordó que el capitalismo no lo resuelve todo.
África, el continente más afectado por la hambruna, se presenta como la gran reserva de tierras cultivables del planeta, codiciadas en especial por China, que está haciendo enormes inversiones allí, recordó la ministra de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, y reconoció que su país importa alimentos que se podrían producir localmente.
Para José Graziano, inicial responsable del exitoso programa Hambre Cero en Brasil, actualmente el problema no es tanto la producción, sino garantizar acceso a los alimentos a los más pobres.
Fuente: La Jornada