En seis años de éxitos” –según idílica auto calificación–, el calderonato habrá incrementado la deuda pública federal en el equivalente a más de 11 puntos porcentuales del producto interno bruto, mientras la tasa anual promedio de “avance” en materia económica a duras penas llegaría (en caso de que los pronósticos 2011 y 2012 se cumplan, lo que difícilmente sucederá) a 1.8 por ciento, el peor resultado en 30 años de gobiernos neoliberales, y aún por debajo de lo reportado (1.9 por ciento anual) en la tristemente célebre primera década perdida (la de los años 80 del siglo pasado). A pesar de ese raquitismo, con Calderón en Los Pinos el débito del sector público (interno y externo) habrá crecido 162 por ciento con respecto al primero de diciembre de 2006.
De ese tamaño es el “éxito” obtenido por el susodicho en el renglón mencionado, es decir, el que utilizó en su campaña para defenestrar a sus rivales en la contienda electoral de 2006. Pero todo termina, y felizmente el calderonato a punto está de cerrar la tienda. En este contexto, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas analizó temáticamente la sexta y última propuesta económica del todavía inquilino de Los Pinos, y algunos de sus balances se registrarán en este espacio. Así, dos de los aspectos desmenuzados fueron el déficit público y la deuda federal propuestos para 2012.
De acuerdo con la propuesta calderonista, en 2012 nuevamente se registrará déficit público. Este indicador –sin incluir la inversión de Pemex– pasará de 0.5 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2011 a 0.2 por ciento. Esto es, de 70 mil 176 millones de pesos aprobados para el presente año a 36 mil 689.5 millones el siguiente, monto inferior en 33 mil 486.5 millones. El dato relevante para evaluar el estado que guarda el balance público es el que incluye la inversión de Pemex. Bajo esta premisa, la Secretaría de Hacienda estima que los déficit públicos para 2011 y 2012 sean de 2.5 y 2.2 por ciento del PIB, respectivamente.
El objetivo planteado en los Criterios Generales de Política Económica para 2010 consideraba lograr el equilibrio presupuestario en 2012. Sin embargo, en la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el próximo año se establece que el equilibrio presupuestario se logrará en 2013 y no en el periodo originalmente comprometido. En los CGPE 2012 no se prevén componentes cíclicos ni estructurales en su estimación como sí se hizo para 2010, pese a las condiciones internacionales sobre una posible recesión mundial, lo que implica mayor rigidez en la política fiscal propuesta para 2012.
Por lo que respecta al techo de endeudamiento público propuesto por el inquilino de Los Pinos, en la iniciativa de Ley de Ingresos para 2012 se expone: un monto de endeudamiento neto interno hasta por 395 mil millones de pesos, cifra superior en 20 mil millones a lo aprobado en 2011, y un endeudamiento externo neto del sector público hasta de 7 mil millones de dólares, (85 mil 400 millones de pesos), superior en 2 mil millones de dólares (o bien 25 mil 900 millones de pesos) respecto a lo aprobado en 2011.
Dado lo anterior, y si se cumplieran las estimaciones de la Secretaría de Hacienda para el cierre de 2011, la deuda pública alcanzaría un monto de 4.7 billones de pesos (33.6 por ciento del PIB) y de 5.2 billones de pesos (34.6 por ciento del PIB) para 2012. Del mismo modo, en la citada iniciativa se contempla un endeudamiento neto para el Distrito Federal de 5 mil millones de pesos para financiar el presupuesto de egresos del Distrito Federal del ejercicio fiscal 2012, cifra superior en mil millones de pesos a lo aprobado por el Congreso para 2011.
Para 2012, la SHCP propone que el costo financiero de la deuda del sector público ascienda a 322 mil 195.8 millones de pesos (2.1 por ciento del PIB), cifra superior en 30 mil 59.1 millones con un crecimiento real de 6.6 por ciento respecto a la cifra de cierre para 2011. A pesar de que el costo financiero mantiene una tendencia de relativa estabilidad, su peso es significativo si se compara con algunas variables de las finanzas públicas propuestas por el inquilino de Los Pinos para el próximo año. Por ejemplo, el costo financiero representa 57.8 por ciento de la recaudación estimada del impuesto al valor agregado (IVA) y 43.3 por ciento de la recaudación del impuesto sobre la renta (ISR). Asimismo, equivale a 132 por ciento del presupuesto propuesto a la Secretaría de Educación Pública, casi tres veces el presupuesto de la Secretaría de Salud, y casi ocho tantos más que el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública.
La Secretaría de Hacienda prevé disminuir gradualmente los requerimientos financieros de 2.6 por ciento del PIB en 2012, a 2 por ciento en 2017; estos requerimientos del sector público muestran un indicador más amplio del balance público tradicional que mide las necesidades de financiamiento que enfrenta el sector público para alcanzar sus objetivos de política. Tal dependencia pública estima que al cierre de 2012 el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, o deuda ampliada, se ubique en 36.4 por ciento del PIB, 0.2 puntos por debajo de lo estimado para el cierre de 2011.
A pesar de que el endeudamiento público estimado para 2011 se encuentra en niveles inferiores respecto a otros países, como por ejemplo Estados Unidos, Grecia o Italia, hay que subrayar que para el periodo 2008-2010 la deuda bruta del sector público creció en términos reales a una tasa promedio anual de 12.9 por ciento, que contrasta con el sostenido decrecimiento de la economía mexicana, que fue de -0.5 por ciento en términos reales para ese mismo periodo. Con respecto al PIB, la deuda pasó de 22.1 por ciento en 2000 a 33.1 por ciento en 2010, un incremento de 11 puntos porcentuales.
En 2008 existieron mayores necesidades de financiamiento para hacer frente a la crisis financiera internacional; en ese año se modificó la ley del ISSSTE, con lo que el gobierno federal reconoció pasivos laborales equivalentes a 1.8 por ciento del PIB, más 0.6 por ciento por concepto de costos de transición, dando como resultado el 2.4 por ciento del producto. De igual forma, los Pidiregas de Pemex se reconocieron como deuda pública.
Las rebanadas del pastel
De los dorados tiempos de la campaña electoral 2006: “hay formas de que México avance sin deudas… ¡Felipe Calderón te dirá cómo!”… Enorme abrazo, con beso tronado, a la comunidad jornalera (accionistas, trabajadores y lectores) por el 27 aniversario de la más bella del periodismo.
Fuente: La Jornada