Podría tener cambios, pero no reversa, señala Magdalena Gómez
Algunas comunidades se han independizado como alternativa al clima de violencia en el país
San Cristóbal de Las Casas, Chis. La autonomía que se construye en los municipios soberanos de Chiapas es “la más avanzada y la de mayor simbolismo, porque aquí es la cuna del movimiento zapatista”, afirmó la académica Magdalena Gómez.
Si no fuera por “los golpes del Estado con el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés –firmados el 16 de febrero de 1996–, el zapatismo tendría una construcción social independiente que no imaginamos”, dijo en entrevista la estudiosa del tema.
Opinó que esta autonomía “ya no tiene reversa, aunque tenga contradicciones, problemas y conflictos, muchos de ellos motivados por la misma política del Estado de querer utilizar los apoyos oficiales como vía para cooptar y debilitar.
“Creo que en la hipótesis, la ilusión y la esperanza de que llegarán a cambiar las cosas en este país, podría tener cambios, pero no significa que se cancelan las autonomías construidas de manera integral”.
Consideró que la independencia en las comunidades rebeldes “va consolidándose en la medida en que permanece en medio de todas las tensiones y embates y, sobre todo, de la política del actual gobierno de aparentemente plantear un proyecto basado en los derechos humanos y contar con una amplia cobertura de agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU)”.
Gómez, quien fue entrevistada en días pasados cuando participó en la presentación del informe anual del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, titulado Late la tierra en las veredas de la resistencia, manifestó que “en términos de las experiencias que hay en el país, la autonomía zapatista sigue siendo la más integral, la que tiene juntas de buen gobierno, porque tenemos la de Guerrero, que es muy importante, y aunque ha ido ampliando su acción sigue siendo muy centrada en la policía comunitaria, en la impartición de justicia, pero no cuenta con la integralidad que se tiene con las juntas en Chiapas”.
Señaló que la autonomía rebelde “se ha mantenido como respuesta frente al gobierno, a un costo muy alto. Insisto en que (los zapatistas) mantienen la autonomía frente al Estado cuando éste tendría la obligación de apoyarla y aportarla si las cosas se hubieran dado en términos del ejercicio de derechos”.
La también colaboradora de La Jornada y docente universitaria subrayó que es alto “el costo que pagan las comunidades zapatistas por no recibir los apoyos del gobierno a que tienen derecho, porque el Estado tiene la obligación de apoyar y financiar las autonomías que ha reconocido”.
–¿Esta autonomía puede ser una salida frente la violencia que padece el país?
–En algunas comunidades la están utilizando como alternativa ante el fracaso del Estado. Dicen: ‘ahora nos vamos a autodefender, autorganizar’, pero yo digo: si el Estado no sirve para eso, ¿para qué sirve? Si no sirve para garantizar la seguridad y los derechos del pueblo que se supone creó, ¿para qué sirve? Hoy tenemos un Estado absolutamente desviado”.
Fuente: La Jornada