sábado, 27 de agosto de 2011

Campesinos viven “el peor de 14 años”

Por falta de lluvia en San Martín de las Pirámides la tuna no creció

SAN MARTÍN DE LAS PIRÁMIDES, Méx.— Trabajaron todo el año, pero esta vez la cosecha no creció. La falta de lluvia provocó que la tuna se abanara, es decir, que se quedara muy pequeña, lo que hizo que éste fuera el peor de los últimos 14 años.

Productores de tuna de los municipios de San Martín de las Pirámides, Teotihuacán, Otumba y Axapusco aseguran que debido al retraso de la temporada de lluvias este año les fue muy difícil recuperar la inversión de sus cosechas. Ellos tienen que trabajar prácticamente todo el año para que en la temporada de esta fruta —de julio a septiembre— logren ganar lo que gastaron en el manejo de la tierra.

Desde marzo, muchos comienzan a fumigar los nopales, a deshierbar para que desde julio empiecen a cosechar el fruto, y así poderlo colocar en los diferentes tianguis del municipio o exportarlo al resto del Estado de México, el DF o el interior de la república.

Desde la primera semana de julio es común ver cómo las carreteras de la zona se comienzan a llenar de puestos que venden nopales, tunas, xoconostle y gusanos de maguey. Para los productores, se podría decir que es la mejor época del año ya que es cuando logran colocar sus mercancías sin intermediarios. Sin embargo, esta vez no fue así.

Para los minoristas, quienes apenas poseen ocho o 10 hectáreas de terreno, les es difícil vender toda la tuna que cosechan en los dos meses que dura la temporada.

Por ejemplo, Fernando González, campesino de Santiago Tolman, Otumba, tiene ocho hectáreas de terreno, cada una le da aproximadamente 500 cajas de tunas, las cuales apenas puede colocar, en promedio, en 70 pesos cada una.

Él tiene que cosechar los frutos, o bien debe pagar por hacerlo, lo cual es obligatorio pues junto con su familia, de cinco personas, no le daría tiempo de hacerlo, ya que la fruta comenzaría a cocerse demasiado, se haría amarilla y se echaría a perder.

Para que le junten la tuna Fernando paga a una persona 10 pesos por caja y para venderla también debe comprar el huacal, que también cuesta 10 pesos.

Entonces, si cada caja la vende en promedio en 70 pesos, menos 20 pesos que tuvo que invertir en el momento, la ganancia neta por caja sería de 50 pesos. Eso en promedio, ya que la fruta muy pequeña a la gente no le gusta y esa se tiene que ofrecer en 40 pesos la caja, ahí, la ganancia es básicamente nula.

Para vender, Fernando debe colocar sus puestos en las orillas de las carreteras México-Pirámides o Pirámides-Tulancingo, y ahí viene otro reto, ya que por ser minoristas apenas pueden vender máximo 10 cajas al día, pues les es difícil colocarla en los tianguis de la región o exportarla.

Debido a ello, mucha fruta se echa a perder, 50 cajas de 500 se pudren. “Nosotros somos poquiteros, es en el tianguis de San Martín donde se vende mejor la fruta, pero como los compradores son mayoristas se les tiene que dar más barata la caja, es ahí donde no nos conviene, no recuperamos nada de lo invertido, este fue un año muy malo”, dice.

Contrastes en la venta

El tianguis de San Martín es un espacio libre, cualquier productor de la región puede llegar a ofertar su mercancía. Ahí llegan compradores de casi todo el Estado de México, principalmente de las centrales de abasto de Ecatepec, y la de Iztapalapa, en el Distrito Federal.

En el lugar los compradores llegan desde las 12 del día a esperar a los productores. Ellos llegan a comprar hasta 500 cajas diarias cada uno, sin embargo, muchos agricultores apenas llegan con 80 o 100 cajas.

Fuente: El Universal
Allan López Sosa Enviado | El Universal