Con otras ONG, recorre comunidades para informar sobre el "ecocidio en 45 municipios"
Legisladores, cómplices de la devastación de cerros, presencia de minas ilegales y huachicoleros, dicen
Texcoco, Méx. Durante más de siete horas, integrantes de organizaciones sociales y ambientalistas, y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) formaron una caravana que recorrió pueblos y colonias de cinco localidades de la ribera del ex Lago de Texcoco para denunciar ante sus habitantes la devastación territorial y ecológica que están sufriendo 45 municipios de la cuenca del Valle de México a raíz de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Como no se había visto desde hace casi dos décadas, este sábado líderes sociales, académicos, profesores, ambientalistas y defensores de derechos humanos, así como vecinos, se reunieron en la puerta uno de la zona arqueológica de las Pirámides de Teotihuacán.
Encabezados por Ignacio del Valle Miranda, líder del FPDT, iniciaron con un mitin ante el turismo nacional y extranjero que ingresaba por las puertas uno y dos de esta zona declarada patrimonio de la humanidad. A los visitantes les informaban de los daños ambientales, sociales, hídricos y económicos que ya son visibles y que afectan a los pobladores de 45 municipios.
América del Valle, integrante del FPDT, entre otros oradores, aseveraron que el daño ambiental es evidente en Tenango del Aire, Amecameca, Tezoyuca, Chalco, Ecatepec, Acolman, Texcoco y Atenco, donde varias empresas sobrexplotan ilegalmente materiales pétreos; y al acabarse los cerros está desapareciendo la fauna y la flora nativa, rompiendo el equilibrio ecológico.
La caravana –integrada por más de 20 automóviles, un camión urbano de pasajeros y al menos 10 ciclistas– se enfiló hacia comunidades del municipio de San Juan de Teotihuacan. Visitaron San Lorenzo Tlalmililolpan, San Lucas y San Miguel Xometla; frente al palacio municipal protestaron contra las autoridades.
Tanto alcaldes como legisladores, sin distinción de partido político, dijeron, son parte de la corrupción que ha permitido la devastación de cerros, la innumerable presencia de minas clandestinas, robo y venta de combustible, exterminio de flora nativa, desplazamiento y exterminio de fauna nativa y crecimiento de asentamientos irregulares en torno a la zona del ex Lago de Texcoco, donde el gobierno federal licitó a la iniciativa privada la construcción del NAIM.
Tras horas de caminatas por comunidades, entre otras San Pedro Tepetitlán, Chipiltepec, Pilares, San Francisco Zacango y los alrededores de la cabecera municipal de Tezoyuca , tomaron la carretera federal Texcoco-Lechería y en algunos tramos ingresaron a los pueblos de Acuexcomac y San Salvador, en Atenco, así como en los alrededores de la Magdalena Panoaya y Tocuila, en Texcoco.
En todo el trayecto, los representantes del FPDT y de las agrupaciones no gubernamentales realizaron al menos cuatro paradas para efectuar mítines y bloquearon por algunos minutos dos caminos rurales para entregar a los habitantes sus denuncia por la devastación territorial que ha provocado la construcción del megaproyecto impulsado por el presidente Enrique Peña Nieto.
Durante el recorrido hubo respaldo de conductores y vecinos que viven en condiciones de pobreza. El mayor respaldo lo recibió de la gente de Acuexcomac, comunidad que entre 2001 y 2006 participó activamente en el movimiento de resistencia hasta que ocurrieron los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006.
Paso libre en caseta Peñón-Texcoco
Luego de seis horas, el contingente abandonó la zona de Atenco y después de una hora arribó a la caseta de cobro de la autopista Peñón- Texcoco, donde liberaron las plumas y permitieron el paso libre a automovilistas, operadores de autobuses y de transporte de carga.
Durante cinco minutos, la Policía Federal cerró la autopista para impedir que los conductores cruzaran la garita sin pagar, pero una vez que la gente afectada denunció la acción, los agentes reabrieron la circulación con dirección a Ciudad de México.
Ignacio del Valle aseguró que la devastación de los cerros para rellenar con materiales pétreos los predios para el NAIM es un ecocidio, un acto criminal en perjuicio de estas comunidades. El aeropuerto ha creado una situación inestable, caos social. Estamos hartos, son 17 años de resistencia. América del Valle sostuvo que la caravana fue el fiel reflejo de que sí hay resistencia dentro de nuestros pueblos, aunque medios y autoridades digan lo contrario.
Fuente: La Jornada