En medio de irregularidades derivadas de la falta de quórum, presuntas violaciones al reglamento del Senado y la ausencia de uno de los tres presidentes de comisiones, el panista Raúl Gracia, reinició este martes la discusión del tercero de los cuatro dictámenes de la reforma energética que le corresponde analizar y aprobar a la Cámara alta.
Los senadores del PT, encabezados por Manuel Bartlett, abandonaron la discusión que se reinició a las dos de la tarde –cuando se restableció el quórum con la senadora panista Sonia Mendoza Díaz– y señalaron que este proceso se trataba de “una farsa”.
“No tiene ningún sentido lo que están haciendo, es una vergüenza para el Senado, y no quiero ser cómplice de esa farsa”, afirmó Bartlett Díaz.
El coordinador de la bancada del PT argumentó que apenas un día antes recibieron el tercer paquete de leyes secundarias, con más de 100 modificaciones “hechas por el gobierno federal”, fuera del Senado.
A su vez, la bancada del PRD también se deslindó de esta sesión. El senador Zoé Robledo fue el primero en romper el quórum como integrante de la Comisión de Estudios Legislativos, quien consideró necesario reordenar el procedimiento.
“Creo que esta es una convocatoria que se acomoda al día de hoy por una razón y que no queremos mencionar y que tiene que ver con la homologación de la reforma política en otros estados”, afirmó Robledo.
El legislador evidenció que la convocatoria a la sesión de comisiones unidas fue también irregular, ante la ausencia del senador panista Raúl Gracia, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos.
En medio de la crisis, el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa, negó que se tratara de un procedimiento irregular. En cambio, admitió que sólo hubo falta de quórum y estimó que el periodo extraordinario llegará hasta finales de julio.
“Si el PRD se levanta y no quiere –como lo hizo ya el senador Bartlett–, en el pleno se van a reservar todo lo que quieran, y ahí estaremos discutiendo y debatiendo con ellos”, justificó Gamboa.
Fuente: Proceso| JENARO VILLAMIL