jueves, 6 de diciembre de 2012

Mancera y el 1DMX. Silencio significativo. Continuismo y tutifruti. Fotógrafo pajarito

Miguel Ángel Mancera instaló ayer su primer borrador de gabinete. Lo hizo aún bajo el signo de la continuidad marcelista que lo llevó al poder y que ahora le obliga a retribuciones de tutifruti que lo exhiben como político de identidad ideológica difusa (es el menos izquierdista de quienes han llegado a ese puesto o, dicho de otra manera, el más cargado a la derecha de esa lista). El suyo es, desde luego, un equipo con más novedades y apertura que el de quien desde días atrás administra los Estados Unidos Mexiquenses (o mexico-hidalguenses, precisarían algunos), pero ese abanico no suministra elementos para pensar en que hay un sabio acomodo de piezas firmes y exactas para desarrollar un trascendente proyecto de trabajo capitalino bajo una conducción hábil y fuerte y por ello capaz de tener bajo su mando institucional a fichas que pertenecen a otros tableros y otras partidas.

Por principio de cuentas y para que no haya duda de que Marcelo Ebrard seguirá cogobernando, la segunda plaza en importancia en el organigrama fue mantenida sin cambios, tal como la dejó el jefe que ahora se lanza tempranamente por la candidatura presidencial de 2018. Héctor Serrano sigue siendo el secretario de Gobierno, al igual que Armando Ahued continúa en la Secretaría de Salud. El procurador marcelista de justicia, Jesús Rodríguez Almeida, encargado de supervisar la integración de las averiguaciones previas contra los detenidos del 1º de diciembre (1DMX), es propuesto para que Peña Nieto apruebe su traslado a la Secretaría de Seguridad Pública (del tolete jurídico al tolete directo). Y el secretario ebrardista de Educación, Salvador Pablo Martínez Della Rocca, conocido como El pino, da paso a Mara Robles, en una transferencia con acento personal y con dedicatoria al conflicto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Novedades también las hubo: Salomón Chertorivski apenas había dejado de ser secretario de Salud de Felipe Calderón y ayer fue designado secretario de Desarrollo Económico del gobierno capitalino. Carlos Navarrete, quien fue senador y buscó la candidatura perredista al DF, miembro distinguido de los Chuchos, va a la cartera de trabajo y fomento del empleo. Dos propuestas de Andrés Manuel López Obrador para su propio gabinete fueron asumidas por Mancera: el consuegro de Carlos Slim, Miguel Torruco Marqués, a Turismo, y René Drucker a Ciencia y Tecnología (¿podrá Morena decir que son piezas propias, que ganó presencia en este gabinete, o será que esas propuestas dentro del lopezobradorismo eran a su vez cuotas o arreglos de cúpula con un grupo económico y con otro universitario?). En Comunicación Social, Fernando Macías, quien estuvo cinco años como responsable de esa área en el SNTE y luego pasaría a la ALDF.

Y en un golpe político notable, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la Coordinación de Asuntos Internacionales. Gana Mancera un aval en la izquierda histórica y se hace de una especie de embajador. Otra designación interesante fue la de Rosa Icela Rodríguez a la Secretaría de Desarrollo Social: fue secretaria técnica del gabinete de seguridad con AMLO y directora de atención a adultos mayores con MEC.

Pero el escénico Mancera no fue capaz de fijar una postura respecto del problema mayor que vive la ciudad de México: el sábado recién pasado se vivió una gran violencia pública en el Centro Histórico, con destrozos en los que se combinaron provocación política y hartazgo juvenil, y con el actuar de policía capitalina que como si hubiese recibido la orden de exacerbar la situación o de cubrir cuotas de detenciones arremetió contra ciudadanos sin vinculación con las protestas o en respetable ejercicio de derechos cívicos, así fueran relacionados con denuncias electorales y políticas o con la defensa de personas agredidas a sus ojos.

Ese día quedó al descubierto el tamaño del peligro que para esta ciudad progresista representa el retorno del dinosaurismo represivo y la ambivalencia convenenciera de gobernantes como Marcelo Ebrard, quien en aras de su futuro electoral ha sostenido controvertidas alianzas de facto con la derecha calderonista y ahora con el atenquismo peñista. La crítica y las protestas públicas recibieron un golpe de dimensiones aún imprecisas ese sábado negro, pues a partir de las redadas ejemplarizantes, de las consignaciones por encargo y de la amenaza de estancias carcelarias prolongadas, se busca inhibir la participación política, la denuncia y la disidencia, de una población que es el mayor punto de resistencia contra el proyecto del pactismo con tolete (pactas o te la pacto). Frente a todo eso, Mancera prefirió guardar silencio.

(Por cierto, un pajarito fotográfico asomó el sábado negro al centro de mando de la Secretaría de Seguridad Pública en el DF. Vio a Marcelo Ebrard, Héctor Serrano, Jesús Rodríguez Almeida y Julio César Sánchez Amaya –éste, coordinador de asesores de Manuel Mondragón y Kalb en SSP-DF–. El pajarito asegura que en ese momento se tomó la decisión de limpiar el Centro Histórico. Y empezaron las detenciones.)

Astillas

En Gobernación se produjeron nombramientos que dan cuenta de nuevas relaciones políticas del peñismo, por ejemplo con Roberto Campa Cifrián como subsecretario, en otro guiño adverso a Elba Esther Gordillo a cuyo grupo pertenecía el ahora funcionario... Nombres femeninos también destacaron: Paloma Guillén Vicente; Lía Limón, quien renunció al PAN al no ser postulada candidata... Al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Eugenio Imaz Gispert y a la subsecretaría de normatividad y medios el que fue beligerante vocero de la campaña peñista, Eduardo Sánchez... Y, mientras cae con pesadez la evidencia de que los pactos felices firmados por opositores al PRI bajo el señuelo de reformas profundas necesitan un financiamiento que sólo podrá provenir de aumentos a los impuestos o recortes que hagan hoyos en algunos lados para tapar otros, ¡hasta mañana, con la Casa de Gobierno de Tamaulipas como muestra de que sigue adelante y se agrava la violencia entre cárteles, y algunos de estos contra ciertos funcionarios!




Fuente: La Jornada