jueves, 25 de agosto de 2011

Billonarias burlas del gabinete de Calderón

Los reportes económicos del gabinete calderonista simplemente no cuadran. Apenas hace un par de días, la empresa Merrill Lynch le otorgó a nuestro país una altísima calificación de su manejo económico que alcanzó a las finanzas públicas, aunque sabedores de que el papel aguanta todo no están en este material, sino que deambulan por todo el territorio, 30 millones de mexicanos en extrema pobreza, 20 millones más de pobres, otro tanto de desempleados, millones de jóvenes “ninis” y, sin embargo, Felipe Calderón negocia que puedan conocerse públicamente estos reportes que no se enfrentan a una duda sino a la realidad.

También tenemos ese endeudamiento billonario y ese otro, también billonario, Presupuesto de Egresos que sólo podría concebirse en un país con altos índices de productividad y empleo. Por si fuera poco, la Secretaría de Hacienda se pavonea señalando que han logrado cifras históricas de recaudación y que, en tanto que hace una década contaban con un registro de 8 millones de contribuyentes, actualmente éstos suman 33 millones. Si hay una recaudación con una base tan amplia, ¿a qué se debe el endeudamiento? Pero no podemos limitarnos sólo a ese renglón ya que en estos 33 millones contemplan a los de las bases de datos de los bancos y el 2 por ciento de impuesto que retienen a los que manejan efectivo por más de 15 mil pesos. En estos 33 millones están todos los causantes cautivos de bajo salario; y en estos 33 millones están los que pagan IVA por los servicios básicos como el agua, el teléfono, la luz.

Porque nada dicen de los impuestos mínimos que les son cobrados a los grandes empresarios, a los grandes inversionistas, a los capitalistas extranjeros, a los banqueros, y menos aún revelan la cifra exacta de adeudo que los de esta “especie” se niegan a pagar pese a contar con envidiables descuentos que los llevan a liquidar cuando más el 3 por ciento que a otros se les convierte en más del 40 por ciento.

José Antonio González Anaya, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, también eludió el tema del jineteo del IVA en las grandes empresas y por supuesto que nada informan del cobro de ese 2 por ciento que, suponemos, las grandes tiendas de autoservicio deben pagar por sus depósitos en efectivo. Afirmó, para no quedarse atrás con lo orquestado con el PAN, que en el caso de la reducción de participaciones a los estados los gobernadores cuentan con un fondo de estabilización que se ha venido utilizando a lo largo de este año para que no se vean afectados. Lo cual significa dos cosas: primero, que en efecto han hecho recortes importantes y han aceptado que existe un fondo del que a nadie le rinden cuentas y, segundo, que son tales los retrasos que debe llegarse al extremo de recurrir a otras partidas para irle “tapando el ojo al macho”. Así las cosas, si este funcionario presume tanto de fuertes recaudaciones, ¿por qué tanta deuda?; ¿por qué recortar tantas participaciones federales?; ¿por qué cancelar inversiones y generación de obra pública?; ¿por qué y para qué seguir vendiendo petróleo, plata y cobre?

Al parecer les pasaron de noche las declaraciones de Warren Buffett exigiendo que a los multimillonarios dejen de tratarlos como “especie en extinción”, pero también todo apunta a que nada harán ni los ricotes ni el gobierno para emular al primer ministro francés, Francoise Fillon, quien para recortar el déficit público de su país en 11 mil millones de euros incluyó un nuevo impuesto a los ricos que alcanza un 6 por ciento, además de un endurecimiento de las plusvalías inmobiliarias. Hay un impuesto extraordinario del 3 por ciento sobre las rentas superiores a 500 mil euros, buscando que los hogares más acomodados contribuyan a la salida de la crisis. Para Francia fue más sano reconocer que su endeudamiento público ha superado ya el limite tolerable que negociar con las calificadoras de “prestigio” reportes que sólo benefician a grupos políticos.

Empresas importantes como Danone, Orange o L´Oréal han mostrado su aceptación a estos paquetes tributarios y también su visto bueno a que se adopte el sistema alemán de contabilización de pérdidas a efecto del impuesto sobre sociedades.




Fuente: Revista Emet