Creado para incentivar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, el Programa de Primer Empleo ha entregado casi la mitad de sus subsidios a cuatro cadenas de tiendas de autoservicio: Wal Mart, Oxxo, Soriana y Chedraui. Tal concentración ha sido favorecida por el diseño del Programa, que no establece condiciones de los trabajos creados ni garantiza que éstos sean de calidad o estén bien remunerados, señalan especialistas.
El Programa de Primer Empleo (PPE) –pensado para incorporar a los jóvenes egresados de las universidades y centros educativos al mercado laboral formal– ha beneficiado principalmente a las cadenas de tiendas de autoservicio Wal Mart, Oxxo, Soriana y Chedraui. Éstas han recibido 61 millones 627 mil pesos, que equivalen al 45 por ciento de los subsidios entregados por el gobierno federal entre 2008 y 2010.
La trasnacional Wal Mart ha recibido la quinta parte del total de apoyos otorgados, aun cuando al Programa se han inscrito 1 mil 530 empresas, de acuerdo con los datos del Padrón de Beneficiarios del PPE, publicado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Creado en enero de 2007, el PPE fue la apuesta del gobierno federal para atender la demanda de empleo en el país, particularmente la de los jóvenes que, tras egresar de universidades y centros de educación superior, buscaran insertarse en el mercado formal de trabajo.
Sin embargo, el PPE no ha logrado detonar el empleo que pregonó. Muestra de ello es que de los 3 mil millones de pesos que se le presupuestaron para el pago de subsidios, hasta diciembre de 2010 había erogado apenas 136 millones 986 mil 212.84 pesos, es decir, menos del 5 por ciento.
De ese marginal monto, casi la mitad ha ido a parar a manos de cuatro cadenas de comercio detallista. El grupo Wal Mart es el que más se ha beneficiado, al recibir el 21.5 por ciento de los subsidios a través de sus subsidiarias Operadora Wal Mart, S de RL de CV; Servicios Administrativos Wal Mart, S de RL de CV; Restaurantes Vips, S de RL de CV; Operadora Suburbia, S de RL de CV; y Sawsa Adelante, S de RL de CV.
De acuerdo con el Padrón de Beneficiarios, el consorcio de origen estadunidense fue uno de los primeros en inscribirse al Programa. Hasta diciembre del año pasado, había recibido 29 millones 406 mil 421 pesos como reembolso del pago de las cuotas obrero-patronales de sus nuevos empleados ante el IMSS.
La cadena de tiendas de conveniencia Oxxo ocupa el segundo lugar de las empresas a las que más dinero se les ha otorgado –16 millones 286 mil 384 pesos– a través de sus subsidiarias Cadena Comercial Oxxo, SA de CV; Oxxo Servicios de Distribución, SA de CV; Oxxo Servicios, SA de CV; y Oxxo Servicios Gas, SA de CV.
A Organización Soriana, SA de CV, que opera la cadena de supermercados del mismo nombre, le fueron entregados 9 millones 388 mil 637 pesos mediante sus subsidiarias Administración Soriana, SA de CV, y Centros Comerciales Soriana, SA de CV.
La empresa Servigalas, SA de CV, dueña de las tiendas de autoservicio Chedraui, recibió subsidios por 6 millones 545 mil 585 pesos.
Empleos, sin garantía
Para el vicepresidente de la Comisión de Educación de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Francisco López Díaz, el que los mayores beneficiados del PPE sean cadenas de tiendas de autoservicio se debe únicamente a que “algunos sectores han comprendido las ventajas de este Programa”.
Cuestionado sobre si el tipo de empleos que podrían ofrecer estas empresas es el que se pensó como oferta para los jóvenes egresados de los centros educativos, López Díaz expresa que “no hay empleo malo”. Agrega que “todo empleo formal, dentro de la ley […] es un empleo. Es una persona que está dentro de la economía formal. Yo no le pondría una etiqueta”.
El representante de la Coparmex reconoce, sin embargo, que ha sido el dinamismo propio del Programa el que no ha favorecido la creación de otro tipo de vacantes; además de que el PPE no se ha orientado a las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 80 por ciento de la actividad laboral del país.
El doctor Gerardo González Chávez, del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el PPE no garantiza a los jóvenes trabajos de calidad o bien remunerados.
La única salvaguarda que tienen los trabajadores contratados al amparo del Programa es la seguridad social durante el primer año de empleo, lapso durante el cual el gobierno federal se hace cargo de pagar la totalidad o parte de las cuotas obrero-patronales ante el IMSS, según lo estipulado en los Lineamientos operativos del PPE.
Dichos preceptos establecen que el monto del subsidio se determinará según el salario base de cotización de cada trabajador registrado en el PPE; de modo que entre menor es el salario, mayor es el porcentaje por subsidiar.
Así, a las empresas que inscriben a trabajadores cuyo salario base de cotización es menor a 10 salarios mínimos se les subsidia la totalidad de las cuotas; mientras que si la base de cotización es de más de 20 salarios mínimos, se reembolsa sólo la décima parte de las cuotas ante el IMSS.
Tal incentivo ha resultado atractivo, sobre todo para las grandes cadenas de tiendas de autoservicio. En el caso de Wal Mart, el investigador de la Unidad de Economía del Trabajo y de la Tecnología del Iiec recuerda que la empresa ha recurrido a contratos de protección patronal para emplear a su personal, como ha documentado el investigador Alfonso Bouzas Ortiz.
Por ello, González Chávez se muestra sorprendido con el “cambio de camiseta” de la trasnacional, que para aprovechar el estímulo económico del PPE, ha pasado de la simulación laboral a contratar formalmente personal y ofrecerle seguridad social.
El 23 de enero de 2007, a menos de dos meses de haber iniciado su gestión, Felipe Calderón Hinojosa promulgó un decreto que estableció las directrices generales del PPE, el cual empezó a operar el 1 de marzo de ese año.
Para diciembre siguiente –es decir, antes de que el PPE cumpliera un año de existencia–, éste tuvo que modificarse para hacerlo “más sencillo y atractivo”, ya que de los 3 mil millones de pesos que originalmente se le asignaron como presupuesto, únicamente había erogado 330 mil 600 pesos en el pago de subsidios, de acuerdo con el Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008 de la Auditoría Superior de la Federación.
Ello no sólo evidenció la escasa respuesta del sector patronal para acogerse al Programa, sino también la poca efectividad de la costosa difusión que ese año se le hizo, la cual implicó el desembolso de 59 millones 787 mil 700 pesos, es decir 180 veces más de lo que se pagó por concepto de subsidios.
Luego de casi cuatro años de su puesta en marcha, el pago de subsidios representa apenas el 4.6 por ciento del monto.
De acuerdo con el informe Servicio de evaluación de diseño del Programa de Primer Empleo –que antecedió a las modificaciones en el decreto original–, la meta de trabajadores inscritos para 2007 era de 49 mil 555, pero sólo se habían registrado 9 mil 577, es decir, el 19 por ciento.
Para el año siguiente, la meta era de 318 mil 116 trabajadores. Sin embargo, los datos más recientes del PPE, dados a conocer por el IMSS en febrero de 2011, indican que hay apenas 73 mil 347 trabajadores inscritos en el Programa.
Respecto del número de empresas, el IMSS informa que, en total, se han inscrito 20 mil 798. Mas esta cifra se refiere a la cantidad de registros patronales mensuales y no al número real de empresas, la cual llega apenas a 1 mil 530, de acuerdo con los datos del Padrón de Beneficiarios.
De este modo, los 2 mil 463 registros con los que cuenta Operadora Wal Mart de México, S de RL de CV, se cuentan como empresas distintas en el cálculo del IMSS.
El Padrón de Beneficiarios del PPE muestra también que entre las empresas que han recibidos subsidios, se encuentran, además de las cadenas de tiendas de autoservicio, algunas compañías dedicadas a la subcontratación, como F & R Outsourcing Corporativo y Outsourcing Personnel Services, así como la Arquidiócesis de Acapulco y la asociación religiosa Resurrección Ajusco Coyoacán.
De acuerdo con los Lineamientos de operación del PPE, para que un empleador pueda inscribirse al Programa, requiere contar con un registro patronal ante el IMSS, disponer de firma electrónica y dedicarse a actividades económicas cuyo ciclo de producción no sea menor de 12 meses.
Programa fracasado pero necesario
En opinión del doctor González Chávez, el fracaso del PPE se debe a que su instrumentación no atendió el problema de fondo: la situación actual del mercado de trabajo, donde alrededor del 60 por ciento de las personas trabaja en la informalidad.
A decir del investigador del Iiec, lo que el PPE no advirtió fue que un subsidio a las empresas en el rubro de la seguridad social no necesariamente compensa los beneficios que tiene para los patrones contratar trabajadores informales, ya que con ello se ahorra no sólo el pago de posteriores cuotas ante el IMSS, sino también prestaciones, como aguinaldos y primas de antigüedad.
López Díaz disiente de esta postura, pues señala que, para el sector empresarial, la propuesta del PPE fue bienvenida desde que inició operaciones.
Sin embargo, el representante de la Coparmex reconoce que el Programa no ha dado los resultados que se esperaban. Esto lo atribuye a su diseño actual, que está coordinado por una instancia recaudatoria –el IMSS– en lugar de ser dirigido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), con la participación de los sectores empresarial y educativo en su operación y difusión.
López Díaz considera necesario que el PPE pase de ser un mero programa sexenal a una política pública, ya que, como está planteado actualmente, su vigencia terminará con el sexenio.
En opinión de Alfredo Sánchez Castañeda, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y especialista en asuntos laborales, la propuesta de subsidios a los empresarios del PPE es apenas uno de muchos mecanismos para fomentar el empleo de los jóvenes, “pero no necesariamente es el que detone la creación o conservación de empleos”.
El investigador advierte que las experiencias de programas de apoyo al empleo en otros países han mostrado que éstos siempre tendrán un costo para el Estado “porque los empleadores difícilmente van a poner dinero de su bolsillo”.
Para la elaboración de este trabajo, Contralínea buscó conocer la postura de la STPS y del IMSS. El director de información de la STPS, Norberto Miranda, respondió que la dependencia no podía emitir una opinión sobre la efectividad del PPE debido a que no contaban con información al respecto y a que la instancia encargada de su ejecución es el IMSS. Al cierre de esta edición, no se tuvo respuesta de éste.
Ley de Fomento al Primer Empleo, el PPE priista
A finales del año pasado, la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de la República presentó un proyecto de decreto para expedir la Ley de Fomento al Primer Empleo, que plantea otorgar una deducción adicional al impuesto sobre la renta y al impuesto empresarial a tasa única a los patrones que creen nuevos puestos de trabajo.
La llamada Ley Beltrones –por ser el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera su principal impulsor– critica en su iniciativa al Programa Primer Empleo (PPE) porque sus resultados han estado muy por debajo de los objetivos planteados y son “irrelevantes ante las necesidades del mercado laboral”.
Contrario al esquema de subsidios a través del cual opera el PPE, la propuesta priista plantea deducciones adicionales, con lo que pretende ser más ágil y asegura que será más atractivo a los patrones al plantear incentivos a cambio de la creación de puestos de trabajo.
En opinión del doctor Gerardo González Chávez, especialista en economía del trabajo del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la propuesta priista “tiene una estructura muy parecida a la del PPE”, fundamentalmente porque ambos proyectos ubican el problema del desempleo en la falta de motivación de los empresarios para generar empleos formales y no se sitúan en la realidad del mercado laboral actual.
Por tanto, González Chávez considera que la Ley de Fomento al Primer Empleo, que entró en vigor a partir de este año, avanzará en la misma dirección que el PPE, con resultados igualmente marginales.
Las cadenas Wal Mart, Oxxo, Soriana y Chedraui han recibido el 45 por ciento de los subsidios del PPE entre 2008 y 2010
La concentración de los beneficios del PPE se debe a que sólo algunos sectores han sabido aprovechar las ventajas del programa: Coparmex
El PPE no garantiza empleos de calidad ni bien remunerados: Gerardo González Chávez, investigador de la UNAM
En su primer año de operaciones, el PPE gastó 180 veces más en publicidad que en el pago de subsidios
En casi cuatro años de operación, el PPE ha entregado apenas 4.6 por ciento de su presupuesto en subsidios, y los trabajadores inscritos están por debajo de lo planteado
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2011/03/23/programa-de-primer-empleo-beneficios-millonarios-a-supermercados/?tfb
Para el vicepresidente de la Comisión de Educación de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Francisco López Díaz, el que los mayores beneficiados del PPE sean cadenas de tiendas de autoservicio se debe únicamente a que “algunos sectores han comprendido las ventajas de este Programa”.
Cuestionado sobre si el tipo de empleos que podrían ofrecer estas empresas es el que se pensó como oferta para los jóvenes egresados de los centros educativos, López Díaz expresa que “no hay empleo malo”. Agrega que “todo empleo formal, dentro de la ley […] es un empleo. Es una persona que está dentro de la economía formal. Yo no le pondría una etiqueta”.
El representante de la Coparmex reconoce, sin embargo, que ha sido el dinamismo propio del Programa el que no ha favorecido la creación de otro tipo de vacantes; además de que el PPE no se ha orientado a las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 80 por ciento de la actividad laboral del país.
El doctor Gerardo González Chávez, del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el PPE no garantiza a los jóvenes trabajos de calidad o bien remunerados.
La única salvaguarda que tienen los trabajadores contratados al amparo del Programa es la seguridad social durante el primer año de empleo, lapso durante el cual el gobierno federal se hace cargo de pagar la totalidad o parte de las cuotas obrero-patronales ante el IMSS, según lo estipulado en los Lineamientos operativos del PPE.
Dichos preceptos establecen que el monto del subsidio se determinará según el salario base de cotización de cada trabajador registrado en el PPE; de modo que entre menor es el salario, mayor es el porcentaje por subsidiar.
Así, a las empresas que inscriben a trabajadores cuyo salario base de cotización es menor a 10 salarios mínimos se les subsidia la totalidad de las cuotas; mientras que si la base de cotización es de más de 20 salarios mínimos, se reembolsa sólo la décima parte de las cuotas ante el IMSS.
Tal incentivo ha resultado atractivo, sobre todo para las grandes cadenas de tiendas de autoservicio. En el caso de Wal Mart, el investigador de la Unidad de Economía del Trabajo y de la Tecnología del Iiec recuerda que la empresa ha recurrido a contratos de protección patronal para emplear a su personal, como ha documentado el investigador Alfonso Bouzas Ortiz.
Por ello, González Chávez se muestra sorprendido con el “cambio de camiseta” de la trasnacional, que para aprovechar el estímulo económico del PPE, ha pasado de la simulación laboral a contratar formalmente personal y ofrecerle seguridad social.
El 23 de enero de 2007, a menos de dos meses de haber iniciado su gestión, Felipe Calderón Hinojosa promulgó un decreto que estableció las directrices generales del PPE, el cual empezó a operar el 1 de marzo de ese año.
Para diciembre siguiente –es decir, antes de que el PPE cumpliera un año de existencia–, éste tuvo que modificarse para hacerlo “más sencillo y atractivo”, ya que de los 3 mil millones de pesos que originalmente se le asignaron como presupuesto, únicamente había erogado 330 mil 600 pesos en el pago de subsidios, de acuerdo con el Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008 de la Auditoría Superior de la Federación.
Ello no sólo evidenció la escasa respuesta del sector patronal para acogerse al Programa, sino también la poca efectividad de la costosa difusión que ese año se le hizo, la cual implicó el desembolso de 59 millones 787 mil 700 pesos, es decir 180 veces más de lo que se pagó por concepto de subsidios.
Luego de casi cuatro años de su puesta en marcha, el pago de subsidios representa apenas el 4.6 por ciento del monto.
De acuerdo con el informe Servicio de evaluación de diseño del Programa de Primer Empleo –que antecedió a las modificaciones en el decreto original–, la meta de trabajadores inscritos para 2007 era de 49 mil 555, pero sólo se habían registrado 9 mil 577, es decir, el 19 por ciento.
Para el año siguiente, la meta era de 318 mil 116 trabajadores. Sin embargo, los datos más recientes del PPE, dados a conocer por el IMSS en febrero de 2011, indican que hay apenas 73 mil 347 trabajadores inscritos en el Programa.
Respecto del número de empresas, el IMSS informa que, en total, se han inscrito 20 mil 798. Mas esta cifra se refiere a la cantidad de registros patronales mensuales y no al número real de empresas, la cual llega apenas a 1 mil 530, de acuerdo con los datos del Padrón de Beneficiarios.
De este modo, los 2 mil 463 registros con los que cuenta Operadora Wal Mart de México, S de RL de CV, se cuentan como empresas distintas en el cálculo del IMSS.
El Padrón de Beneficiarios del PPE muestra también que entre las empresas que han recibidos subsidios, se encuentran, además de las cadenas de tiendas de autoservicio, algunas compañías dedicadas a la subcontratación, como F & R Outsourcing Corporativo y Outsourcing Personnel Services, así como la Arquidiócesis de Acapulco y la asociación religiosa Resurrección Ajusco Coyoacán.
De acuerdo con los Lineamientos de operación del PPE, para que un empleador pueda inscribirse al Programa, requiere contar con un registro patronal ante el IMSS, disponer de firma electrónica y dedicarse a actividades económicas cuyo ciclo de producción no sea menor de 12 meses.
Programa fracasado pero necesario
En opinión del doctor González Chávez, el fracaso del PPE se debe a que su instrumentación no atendió el problema de fondo: la situación actual del mercado de trabajo, donde alrededor del 60 por ciento de las personas trabaja en la informalidad.
A decir del investigador del Iiec, lo que el PPE no advirtió fue que un subsidio a las empresas en el rubro de la seguridad social no necesariamente compensa los beneficios que tiene para los patrones contratar trabajadores informales, ya que con ello se ahorra no sólo el pago de posteriores cuotas ante el IMSS, sino también prestaciones, como aguinaldos y primas de antigüedad.
López Díaz disiente de esta postura, pues señala que, para el sector empresarial, la propuesta del PPE fue bienvenida desde que inició operaciones.
Sin embargo, el representante de la Coparmex reconoce que el Programa no ha dado los resultados que se esperaban. Esto lo atribuye a su diseño actual, que está coordinado por una instancia recaudatoria –el IMSS– en lugar de ser dirigido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), con la participación de los sectores empresarial y educativo en su operación y difusión.
López Díaz considera necesario que el PPE pase de ser un mero programa sexenal a una política pública, ya que, como está planteado actualmente, su vigencia terminará con el sexenio.
En opinión de Alfredo Sánchez Castañeda, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y especialista en asuntos laborales, la propuesta de subsidios a los empresarios del PPE es apenas uno de muchos mecanismos para fomentar el empleo de los jóvenes, “pero no necesariamente es el que detone la creación o conservación de empleos”.
El investigador advierte que las experiencias de programas de apoyo al empleo en otros países han mostrado que éstos siempre tendrán un costo para el Estado “porque los empleadores difícilmente van a poner dinero de su bolsillo”.
Para la elaboración de este trabajo, Contralínea buscó conocer la postura de la STPS y del IMSS. El director de información de la STPS, Norberto Miranda, respondió que la dependencia no podía emitir una opinión sobre la efectividad del PPE debido a que no contaban con información al respecto y a que la instancia encargada de su ejecución es el IMSS. Al cierre de esta edición, no se tuvo respuesta de éste.
Ley de Fomento al Primer Empleo, el PPE priista
A finales del año pasado, la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Senado de la República presentó un proyecto de decreto para expedir la Ley de Fomento al Primer Empleo, que plantea otorgar una deducción adicional al impuesto sobre la renta y al impuesto empresarial a tasa única a los patrones que creen nuevos puestos de trabajo.
La llamada Ley Beltrones –por ser el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera su principal impulsor– critica en su iniciativa al Programa Primer Empleo (PPE) porque sus resultados han estado muy por debajo de los objetivos planteados y son “irrelevantes ante las necesidades del mercado laboral”.
Contrario al esquema de subsidios a través del cual opera el PPE, la propuesta priista plantea deducciones adicionales, con lo que pretende ser más ágil y asegura que será más atractivo a los patrones al plantear incentivos a cambio de la creación de puestos de trabajo.
En opinión del doctor Gerardo González Chávez, especialista en economía del trabajo del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la propuesta priista “tiene una estructura muy parecida a la del PPE”, fundamentalmente porque ambos proyectos ubican el problema del desempleo en la falta de motivación de los empresarios para generar empleos formales y no se sitúan en la realidad del mercado laboral actual.
Por tanto, González Chávez considera que la Ley de Fomento al Primer Empleo, que entró en vigor a partir de este año, avanzará en la misma dirección que el PPE, con resultados igualmente marginales.
Las cadenas Wal Mart, Oxxo, Soriana y Chedraui han recibido el 45 por ciento de los subsidios del PPE entre 2008 y 2010
La concentración de los beneficios del PPE se debe a que sólo algunos sectores han sabido aprovechar las ventajas del programa: Coparmex
El PPE no garantiza empleos de calidad ni bien remunerados: Gerardo González Chávez, investigador de la UNAM
En su primer año de operaciones, el PPE gastó 180 veces más en publicidad que en el pago de subsidios
En casi cuatro años de operación, el PPE ha entregado apenas 4.6 por ciento de su presupuesto en subsidios, y los trabajadores inscritos están por debajo de lo planteado
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