sábado, 29 de octubre de 2011

“Destruir Wirikuta es dejar sin brújula al pueblo huichol”

Genocidio, la explotación que hacen mineras canadienses, sostiene artista

El gobierno mexicano no conoce la historia ni la Constitución, señala

Guanajuato, Gto. “Destruir el sitio sagrado de Wirikuta es algo grave porque se está destruyendo la brújula de un pueblo”, afirma el artista huichol Álvaro Ortiz López.

El también pianista se encuentra en Guanajuato como parte de la delegación de Nayarit, estado invitado a la edición 39 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

La explotación por mineras canadienses en la zona de Real de Catorce, en San Luis Potosí, donde se localiza Wirikuta, lugar hacia el cual el pueblo wixárika (huichol) ha peregrinado desde hace cientos de años, es “un genocidio”, añade tajante, en entrevista con La Jornada, “porque dentro de nuestra cosmogonía ahí es donde nuestro pueblo recibe su orientación. Entonces, es como si nos estuvieran matando la brújula, y nos quedaremos nadando a la deriva”.

Álvaro Ortiz está al frente de un proyecto que tiene encantados a los visitantes cervantinos, nacionales y extranjeros, pues cubre un piano de cola “con la piel de nuestra cultura”: miles de chaquiras de colores.

El instrumento estará totalmente cubierto de chaquira, excepto las teclas, y en la tapa superior el motivo principal será la cara de un jaguar.

Con la ayuda de los artesanos Emilio González y Manuel Díaz González, Ortiz crea un pianol, o pihanuwixa, que en huichol significa “tiempo de maniobrar sobre el piano”.

Los tres empezaron a trabajar un día antes de que comenzara el festival cervantino. Es una labor meticulosa que concluirán en diciembre. Se encuentran en el vestíbulo del edificio que ya es conocido como Casa Nayarit, al cual acuden los turistas, que se sorprenden por la dedicación y el arte de esos jóvenes.

Concierto en la presa de la Olla

Con el pianol a medio decorar, Álvaro Ortiz ofreció hace una semana un concierto en la presa de la Olla. Su idea era llevar después el pihanuwixa a San Luis Potosí, para protestar por la intromisión de las mineras en el lugar en que según su cultura se encuentra la matriz de la lluvia y de la fertilidad, porque es el sitio “en que nació el sol, pero resultaba muy complicado transportar el instrumento”, lamenta.

El artista considera que existe una confusión en este conflicto: “se culpa a Canadá de lo que ocurre, cuando es el presidente de México el que debe entender, analizar, tomar conciencia y decidir si es necesario desorientar a un pueblo de esa manera.

“Los huicholes hemos convivido siempre en equilibrio con la naturaleza. En este sentido, la amenaza no son los canadienses, sino el gobierno mexicano, que desconoce su historia, desconoce a su pueblo y el artículo segundo de la Constitución, donde se dispone que la nación es pluricultural, sustentada originalmente en sus pueblos indígenas.”

Denuncian discriminación

Los jóvenes artesanos que trabajan en el pianol fueron invitados el jueves a San Miguel de Allende para realizar un ritual, al término del cual pidieron respeto por su tierra y su cultura, y denunciaron que se les ha discriminado.

Álvaro Ortiz dijo que mientras a otros artistas y a los funcionarios de Nayarit, así como a los participantes de los países nórdicos –invitados al Festival Internacional Cervantino–, se les hospeda en cómodas habitaciones de hotel, a los organizadores del encuentro “se les olvida que los indígenas también necesitamos una habitación”.

Así que ellos pernoctan en un pequeño cuarto, con catres y colchones inflables en el piso, al que van a llegar otras cuatro personas.
Allí pasarán las noches que restan al festival, hacinadas, al menos nueve personas.

Otra manera de discriminarlos, afirmó Ortiz López, fue presionarlos para reducir 30 por cierto el presupuesto para elaborar el pihanuwixa.

“El costo de los proyectos siempre es la parte triste, pues en general en México muchos consideran que el trabajo de un artista no debe tener valor monetario, sino que se nos debe dar algo ‘simbólico’. Uno trata de defenderse, pero quienes toman las decisiones siempre nos arrinconan de tal manera que no hay otra opción para desarrollar las propuestas más que bajo sus condiciones”, detalla el artista.

Lo mismo ocurrió cuando le propusieron hacer el vochol, automóvil Volkswagen decorado en el exterior y el interior con motivos huicholes en chaquira.

La pieza se exhibe actualmente en Guadalajara con motivo de los Juegos Panamericanos. Fue realizada por artesanos nayaritas y jaliscienses, quienes trabajaron durante 2010 por espacio de nueve meses, con el apoyo de la sociedad de amigos del Museo de Arte Popular, así como de los gobiernos de Jalisco y Nayarit.

El auto se cotiza en este momento en más de 3 millones de pesos, aunque se espera que suba de precio, pues será subastado cuando concluya un largo itinerario por museos de arte contemporáneo de Francia y Alemania. Se informó que la totalidad de los fondos recaudados se destinará a resguardar e impulsar los talleres artísticos y el trabajo en las comunidades de la sierra huichola.

“Pero cuando me llamaron para trabajar en el auto me confronté con los patrocinadores. Me hicieron ver que mi opinión no contaba en sus terrenos. Me decían: ‘el gobernador ya nos dijo que si no lo quieres hacer, pues van a traer a otro artesano’. O sea, lo hacía como ellos querían o me sacaban de la jugada. Para un artista esas actitudes son muy impresionantes, pues uno tiene proyectos que requieren cierto presupuesto que uno determina, pero ellos se ponen a regatear sobre nuestro trabajo.

“Otro factor es que, de manera inevitable, uno es indígena y siempre piensan que nuestro trabajo vale menos que el del artista que no lo es. Esta es una discriminación que hacen los gobiernos en todos lados. Ellos creen que uno no se da cuenta, pero lo vemos.

“Por ejemplo, en esta ocasión tuvimos que bajar nuestro presupuesto 30 por ciento, y eso es triste, pero no hay otra opción si queremos estar en este proceso; ya llegarán otras circunstancias, de eso estoy seguro”, agrega.

Por abrir caminos

Álvaro Ortiz explica que cuando trabajaba elaborando artesanías con chaquira, ya sea en la decoración de cabezas de jaguar o máscaras, “tenía una sensación de saturación, debido a la explotación comercial de esas piezas; entonces pensé en abrir caminos para no estancarme, para fluir, y desarrollé otras propuestas, llevé este arte a los cuadros”.

Luego de realizar el vochol y el pianol, el artista señala que ya no se va a limitar en cuanto a los materiales de los objetos que tenga oportunidad de intervenir, “porque lo que no cambia es el arte, que siempre se basará en los patrones de la cosmovisión de mi pueblo, la cultura wixárica”.

El pihanuwixa pertenecerá al Teatro del Pueblo de Tepic. “Se quedará en Nayarit para que sea parte del acervo del pueblo del estado y de la cultura huichola. Espero que viaje por todo el país, adonde ofreceré conciertos, porque también se conjuga aquí la oralidad, pues canto canciones en mi lengua materna y eso es lo que espero compartir con todas las personas”, concluye.




Fuente: La Jornada