jueves, 24 de octubre de 2013

Terrorismo laboral en el sindicato de burócratas

Ayer se vivió en Puebla, de manera inédita, una jornada de auténtico terrorismo de Estado en materia laboral, ya que el gobierno de Rafael Moreno Valle, sin la menor justificación, rescindió a un grupo de casi 30 trabajadores entre los que se encontraba la mayoría de los 15 aspirantes a ser candidatos a la secretaría  general del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado y Organismos Descentralizados. Con ello se ha vapuleado a esta organización y se le ha negado el derecho a los burócratas de elegir libremente a sus representantes gremiales.

Nunca en la historia, de por lo menos los últimas tres décadas y media, el gobierno del estado había intervenido en el también llamado Sindicato de Burócratas de manera tan abierta y descarada para eliminar a los aspirantes a ser candidatos a la secretaría general, tanto a los oficiales como a los opositores,  y solamente dejar a uno o dos de los contendientes para decir quién será el nuevo dirigente, sin que se tome en cuenta la opinión de la base trabajadora.

Se dice que esta determinación se tomó en la oficina del titular de la Secretaría de la Contraloría, Eukid Castañón, luego de que se examinaron los expedientes de los 15 trabajadores que buscaban ser candidatos a la dirigencia del sindicato y que estaban conformando tres bloques de contendientes.

Que la decisión de correrlos se tomó luego de que se efectuó un sondeo en el cual se indicaba que el grueso de los más de 3 mil trabajadores sindicalizados no estaban dispuestos a votar en la elección de la nueva dirigencia, como reacción al clima de terror laboral que priva en los tres poderes públicos del estado.

Y que podía ganar –también arrojó ese sondeo– cualquier candidato que se erigiera como opositor al grupo del actual secretario general, Héctor Posadas Manzano, o que utilizara un discurso crítico contra los atropellos laborales del gobierno del estado.

Ante el escenario de que ni el gobierno del estado ni Héctor Posadas iban conseguir llevar un proceso electoral controlado, para que el nuevo dirigente sea a modo del Poder Ejecutivo, se decidió rescindir al grueso de los contendientes y evitar cualquier riesgo. Es decir, no se guardaron las mínimas formas y exterminó cualquier posibilidad de una competencia real.

El pasado fin de semana los aspirantes a ser candidatos habían formado tres bloques. Por un lado Héctor Posadas logró unir a nueve participantes y buscaba que el candidato fuera su compadre, un trabajador llamado Francisco Valencia.

Un segundo bloque lo formaron Martha Rodríguez Salinas, Laureano Galindo, Miguel Ángel Carreón Barranco y Víctor Hugo Valencia Fernández, quienes era un grupo contrario a la corriente de Héctor Posadas, pero sin mucha fuerza en la base trabajadora.

Y de manera solitaria estaba Leticia Margarita Sánchez Estévez, quien se le veía como la aspirante con más fuerza y que podía derrotar a los dos anteriores bloques. Esta mujer el martes había expuesto la posibilidad de sumarse a una planilla de unidad.

Ayer las aspiraciones de esos tres bloques se vieron truncadas, ya que al mediodía un grupo de notificadores del gobierno del estado empezaron a llegar a las domicilios particulares de varios aspirantes para notificarles que están rescindidos porque no hay recursos presupuestales para seguir manteniendo abiertas sus plazas.

Primero les notificaron a Martha Rodríguez Salinas, Laureano Galindo y Miguel Ángel Carreón Barranco, quienes eran opositores a Héctor Posadas y se destacaban porque en procesos electorales anteriores ya habían participado.

En la tarde, pasó lo mismo con Leticia Margarita Sánchez Estévez, a quien le dejaron la notificación de su cese en la casa de su mamá.

Tales movimientos provocaron que unos 200 trabajadores llegaran a protestar a la sede del sindicato en donde abuchearon a Héctor Posadas, quien para eso de las 7 de la noche se sentía beneficiado por la acción represiva del gobierno y quiso justificar el comportamiento del Poder Ejecutivo indicando que eran procedentes los despidos.

El gusto a Posadas Manzano le duró poco, ya que luego de las 8 de la noche los despidos se extendieron en contra de su gente, incluido su compadre y “delfín” Francisco Valencia.

Hasta el cierre de la edición de La Jornada de Oriente había confusión y no se sabía bien quienes, de los 15 aspirantes, no habían sido despedidos y por ende son quienes podrían ser candidatos. El rumor es que salvaron el “pellejo” Carlos Castro Díaz, José Ricardo Arauz Lara y Víctor Hugo Valencia Fernández.

El resto de los contendientes empezaron a buscar asesoría para proceder legalmente contra el gobierno del estado o el Poder Judicial, pero ayer mismo los abogados les informaron, que si bien les va, sus recursos se podrían resolver una vez que ya haya terminado el proceso electoral del sindicato.

En una situación normal, este día los burócratas tendrían que estar protestando y parando labores por el atropello cometido contra su organización gremial. Pero el miedo que ha implantado el gobierno de Moreno Valle impide a los trabajadores de los poderes públicos intentar defender sus derechos, empezando por Héctor Posadas, quien es un cero a la izquierda.




Fuente: La Jornada de Oriente | Fermín Alejandro García