Mientras que para la mayoría de la sociedad la madrugada del 1 de enero del 2011 fue un festejo, para la familia de Sergio García de 46 años, fue de tragedia, pues su vivienda ubicada en Torreón quedó destrozada.
Torreón • Mientras que para la mayoría de la sociedad mexicana la madrugada del 1 de enero del pasado 2011 fue un festejo, para la familia García fue de tragedia inmediata y futura, en virtud de que unos viejos cables de luz al hacer corto circuito, provocaron un incendio en una palma ubicada afuera de su hogar, el cual terminó por propagarse hacia su vivienda que acabó envuelta en llamas, derrumbando todo y comenzando de menos cero.
Uno de los afectados de la familia, Sergio García Rosales de 46 años, compartió que no es y será fácil olvidar esa madrugada que se volvió eterna cuando las llamas envolvieron su casa mientras dormía, por lo que tuvo que saltar del segundo piso para ponerse a salvo, sin embargo, fue sometido a cirugías sin mejorar.
Ante lo expuesto, relató que hoy día ni la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les atiende en su llamado y evade la responsabilidad que debe compartir por mantener su infraestructura obsoleta.
En la vivienda ubicada en la avenida Uruguay 1032 entre las calles de Acuña y Rodríguez en Torreón, a escasos metros del bulevar Constitución, la algarabía de los festejos de Año Nuevo se trasformaron en gritos desesperados, al ver como el incendio de una palma datilera de gran altura, llevó a que parte de sus ramas incendiadas cayeran en el techo y otras áreas de la casa.
Tras varias horas de trabajo de los bomberos del municipio, su casa quedó en ruinas y a partir de ahí comenzaron su peregrinar en dependencias, instituciones e incluso en la misma CFE, pues apoyados con las firmas de sus vecinos plasmadas en un oficio, en el cual señalan que el accidente ocurrió debido a la vieja instalación de la luz, al no tener ninguna protección los cables cercanos a la palma.
Según una copia de este documento en poder de Milenio, el oficio emitido y presentado el pasado 4 de enero del 2011, se establece con claridad tres factores que provocaron el suceso: mal estado de las instalaciones, baja calidad de las reparaciones efectuadas y falta de previsión al mantener los conductores por las trayectorias libres de obstáculos que puedan provocar accidentes.
Sergio refirió que a consecuencia de ese salto que dio desde el segundo piso de su casa, para salvar su vida de las llamas, sufrió una lesión en la cadera que lo imposibilitó a seguir trabajando en la ferretería en la que se mantuvo laborando por varios años y que hoy tras una cirugía y apoyado con un bastón de aluminio, espera el dictamen de su pensión ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por invalidez.
Sin embargo, lamentó que en este tiempo ninguna otra oficina de gobierno ni estatal o municipal se haya atrevido a auxiliarlos, pues no han recibido de estas ni una sola despensa para alimentarse, como tampoco les han ofrecido alguna alternativa de vivienda.
A dos años cuatro meses de la tragedia, que si bien no enlutó a su familia, sí la dejó en la calle, demanda de la CFE corresponsabilidad y que asuma los daños ocasionados, pues luego de la evaluación técnica hecha por esa institución, es fecha que aún no se tiene un dictamen.
Dejó en claro que no quiere lucrar con lo acontecido, sino que la dependencia asuma su compromiso y los daños que esta mala estructura generó con ese incendio y mientras tanto, se le ayude a demoler las ruinas que quedaron de su hogar y le entreguen materiales para levantar aunque sea unos dos cuartos, pues en este momento viven de renta y con su incapacidad le resulta reunir el dinero suficiente para cubrir el pago, para lo cual realiza labores de pepena de aluminio y cartón para ayudarse a sobrevivir.
Fuente: Milenio | LUIS ALATORRE ESCOBEDO