Se han formado nuevos coros equiparando modernización, productividad, capacidad de inversión y tecnológica con participación del capital privado en Pemex y en CFE (privatización, todavía mayor de la existente).
Argumentan que ya no necesita demostración, que se explica por sí mismo y que sólo los enemigos del progreso y nostálgicos delirantes no lo quieren entender, pero nosotros los invitamos a usar su inteligencia, en un breve comparativo simple de los logros de Petrobras y Statoil.
Petrobras y Statoil consideran su mayor riqueza a su personal técnico altamente calificado, ya que son empresas operadoras, no meras administradoras de contratos. ¿Y Pemex?, desde el sexenio flagelo de Fox se dedicó a dilapidar su patrimonio tecnológico corriendo, jubilando y obligando a renunciar a más de cinco mil ingenieros altamente calificados que sobrevivían en las áreas de ingeniería y producción, así lo ordenaban los dogmas neoliberales que dictan adelgazar las empresas públicas y transformarlas de empresas productivas a empresas administradoras del negocio.
Qué lejos están Petrobras y Statoil de padecer regímenes fiscales confiscadores como lo padece Pemex, pero el priísmo y panismo sí están dispuestos a ofrecerles estas jugosas regalías a la inversión extranjera, ¿o aceptarán esos nuevos inversionistas una tasa cercana al 70 por ciento de sus ventas?
Petrobras y Statoil cuidan celosamente el desarrollo de su propia base tecnológica. Aquí, en cambio, se apuesta a su liquidación.
En Brasil y Noruega, Petrobras y Statoil contratan con sindicatos combativos, independientes y democráticos y son empresas con corresponsabilidad y productividad laborales; en México gobierno y PRI cobijan la corrupción, el entreguismo, la represión y el gangsterismo charros.
Exigimos debate público en los medios duopólicos de estas reformas estructurales.
Comité Nacional de Estudios de la Energía AC (www.cnee-sur.net), Mario Galicia Yépez y Francisco Javier Carrillo Soberón, coordinación nacional (gsilber24@yahoo.com.mx y franciscojcarrillo@hotmail.com)
Fuente: La Jornada
