Se complican las cosas para Don Beltrone. Tiene la encomienda de Calderón y Peña Nieto de sacar adelante la reforma laboral en la Cámara de Diputados, pero se está topando con la oposición de algunos líderes del sindicalismo oficial, de los sindicatos independientes y de los legisladores de los partidos de izquierda.
Don Beltrone quisiera dar buenas cuentas a sus jefes este fin de semana, antes de que expiren los 30 días de límite que tiene la iniciativa preferente –otra turbiedad de sus autores a fin de que no haya tiempo de que su contenido se discuta públicamente. Sin embargo, no será tán fácil. Mañana tendrá lugar la primera marcha de los grupos independientes, del Ángel de la Independencia al Zócalo, a partir de las 5 de la tarde. Y se prepara otra, que tendrá lugar la semana venidera. Para efectos prácticos, tal vez sea más efectiva la tarea en corto que realiza el cetemista Carlos Aceves del Olmo.
El oficialismo sindical resiente que quieran transparentar el modo en que los líderes manejan el dinero. No les parece lógico que, habiendo sido leales al priísmo los 12 años de secas, al volver a Los Pinos lo primero que se haga sea asestarles un golpe bajo.
Fuente: La Jornada