Emite CNDH nueva recomendación a Sedena
Avala comandante abusos por parte de elementos de la Policía Militar
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) documentó un caso de tortura en contra de elementos del Ejército por parte de agentes de la Policía Judicial Militar (PJM), con el conocimiento y anuencia de sus superiores, un coronel de Infantería y un teniente coronel de Infantería.
En la recomendación 91/2011, emitida el 19 de diciembre, refirió que los hechos ocurrieron el 21 de agosto y el 10 de septiembre de 2009 en las inmediaciones del 76 Batallón de Infantería, en la ciudad de Hidalgo del Parral, Chihuahua.
Una de las víctimas, identificada como V1, indicó en su queja ante la CNDH que fue testigo de actos de tortura en contra de elementos de tropa en las instalaciones del batallón, cometidos por agentes de la PJM procedentes del DF, lo cual denunció ante sus superiores, quienes le ordenaron guardar silencio.
El denunciante fue posteriormente sometido a interrogatorios y torturas por parte de los mismos agentes de la PJM.
“El 21 de agosto del 2009, V1 fue llamado por cuatro policías militares, quienes lo trasladaron al dormitorio de oficiales de la Tercera Compañía del 76 Batallón, donde fue sometido a un interrogatorio (...). Durante las 12 horas que duró el interrogatorio, le preguntaron sobre conductas ilícitas de elementos militares con los que nunca trabajó o convivió.
Permaneció con los ojos vendados y las muñecas esposadas, fue golpeado en los genitales y espalda y le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza”, detalló la CNDH en la recomendación, la número 25 enviada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante este año.
La víctima promovió acciones legales para denunciar los hechos, lo que provocó que el comandante del batallón lo intimidara y amenazara.
De hecho, V1, a quién la Procuraduría Militar acusó de deserción, retiró su queja ante la CNDH, pero el organismo decidió continuar su investigación ante la gravedad de las violaciones a los derechos humanos que fueron denunciadas.
En tanto, un cabo del mismo batallón, identificado como V2, denunció haber sido torturado por agentes de la PJM en el Club de Oficiales.
“Le vendaron los ojos y brazos, lo esposaron y lo envolvieron en una cobija e interrogaron con violencia, golpeándolo en la cara y estómago, al tiempo que le hacían preguntas de asuntos que desconocía”, consignó la CNDH.
“Al no poder responder a las preguntas que le hacían, lo arrojaron sobre un colchón, mojándole el cuerpo, lo asfixiaron, le aplicaron descargas eléctricas en diversas partes del cuerpo y lo amenazaron con sembrarle armas y droga en su domicilio si se atrevía a denunciarlos o a quejarse ante la CNDH”.
Al igual que en el caso de V1, la víctima denuncia los hechos ante el comandante del batallón, quien le respondió con amenazas.
La Sedena aceptó que la PJM realizó una investigación el sobre el presunto involucramiento en actividades ilícitas de personal del 76 Batallón de Infantería, lo que en un principio negó, y rechazó que se haya torturado a los denunciantes.
“Las conductas que se despliegan al hacer uso de las técnicas de maltrato físico y psicológico, como las usadas en el presente caso, son objetivamente contrarias a los derechos humanos y constituyen una actuación ilegal de la autoridad”, remarcó la CNDH.
El organismo solicitó al titular de la Sedeña General Guillermo Galván Galván tomar las medidas necesarias para indemnizar y reparar el daño ocasionado a las víctimas de tortura incluyendo en su caso atención médica y psicológica apropiada se afirma en la recomendación.
Demandó además colaborar en el procedimiento administrativo de investigación que se inicie ante la Unidad de Inspección y Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana en la presentación y seguimiento de la denuncia de hechos ante la Procuraduría Militar.
Fuente: Reforma