Es aberrante que una paraestatal nacional comprometa su voto con una firma privada española, sostiene el ex subdirector comercial de la petrolera mexicana
La decisión de Petróleos Mexicanos (Pemex) de aumentar su participación en la firma española Repsol YPF cae en el terreno de la ilegalidad y compromete su gestión a futuro, aseguró Javier Jiménez Espriú, ex subdirector comercial de la paraestatal y ex director de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Veo el tema terriblemente confuso, totalmente opaco”, declaró Jiménez Espriú a La Jornada. “El director de Pemex (Juan José Suárez Coppel) justificó la decisión de aumentar la participación en Repsol como una forma de tener una mejor posición en el consejo de administración y mejorar las prácticas corporativas de la firma española, cosa que me parece una aberración.
“Sería muy interesante que el funcionario mejor tratara de mejorar las prácticas corporativas de Pemex, que está hundido en la corrupción y la pereza, en lugar de ir a tratar de desfacer entuertos en una empresa petrolera española.”
El lunes pasado, Pemex anunció que aumentará de 4.8 a 9.8 por ciento su participación en Repsol YPF, a la vez que se comprometió a sumar sus votos a las decisiones que tome la constructora española Sacyr Vallehermoso, que posee otro 20 por ciento de los títulos de Repsol.
Para esa operación, que involucra utilizar recursos propios y contratar deuda por unos 20 mil millones de pesos, Petróleos Mexicanos se servirá de una empresa que tiene establecida en Holanda, no sujeta a las leyes mexicanas y que no puede ser auditada por el órgano de fiscalización del Congreso.
Entre 1990 y 1992, como sub- director comercial de Pemex, Jiménez Espriú fue el representante de la paraestatal mexicana en el consejo de administración de Repsol, en un momento en que Petróleos Mexicanos poseía 2.5 por ciento del capital de la firma española.
En la entrevista con este diario, Jiménez Espriú se preguntó a cambio de qué Pemex aceptó aumentar su participación en Repsol y, sobre todo, obligarse a votar en todo momento en el mismo sentido en que lo haga Sacyr Vallehermoso en el consejo de administración de la petrolera ibérica.
“Un absurdo terrible”
“Veo absolutamente ilógico, aberrante, que una empresa petrolera de México, una empresa estatal, se asocie, comprometa su voto con una empresa privada de construcción en España para votar en las mismas condiciones en los próximos años. Con qué derecho el señor Suárez Coppel está comprometiendo a Pemex”, cuestionó.
Una de las consecuencias que podrían darse del pacto entre Pemex y Sacyr es la remoción de la actual dirección de Repsol, encabezada por Antonio Brufau, quien ha tomado cartas en el asunto para tratar de impedir el acuerdo, como reportó La Jornada.
En ese contexto, explicó Jiménez Espriú, el director general de Pemex está comprometiendo el voto de la paraestatal para apoyar una decisión política interna de una empresa que, como lo es Repsol, está vinculada al negocio del gas.
“Se me hace un absurdo terrible. Tenemos que obligar a las autoridades mexicanas, al consejo de administración de Pemex, donde están secretarios de Estado, a que expliquen por qué autorizaron, si es que fue el caso, a Suárez Coppel a realizar esta inversión y a tomar esa decisión de inversión, que me parece una barbaridad.”
Consideró “inaceptable” que se pretenda eludir una auditoría a la compra de acciones de Repsol, por el hecho de que la paraestatal mexicana la pretende hacer a través de una subsidiaria, llamada PMI Holdings VB, establecida en Holanda y no sujeta a las leyes mexicanas.
“Toda inversión que haga Petróleos Mexicanos está sujeta a que la revise la Auditoría Superior de la Federación (el órgano de fiscalización del Congreso). Entonces, la Auditoría también tiene que exigir una explicación”, aseveró.
“Lo que es obvio es que (la dirección actual de Pemex) está apoyando los intereses empresariales del grupo constructor español. Lo que ya no es tan obvio, pero está en el fondo de la cuestión, es cuáles son los compromisos que está adquiriendo. Ya hay en España una posición de cómo es posible que Pemex quiera hacer esto cuando su capital está blindado y no hay correspondencia en las acciones.”
–¿No estarán buscando que haya esa correspondencia y que puedan llegar capitales de fuera a Pemex?
–Creo que además están buscando la correspondencia de las acciones. Allá están acusando que esto puede ser un fraude a la ley, que ellos están usando este mecanismo y no debieran permitirlo. Bueno, para Pemex eso es pan de todos los días. Aquí Pemex hace fraude a la ley todos los días.
“Véalo si no: a una empresa de Pemex le dieron el contrato de construir la (inacabada todavía) estela del bicentenario. Esta empresa contrató a otra firma privada y esto es un fraude a la ley. A la empresa de Pemex le dieron el contrato directo porque es del Estado y luego ya le transfirió el contrato a otra firma privada y esto es un fraude a la ley.”
–¿Cree que la dirección de Pemex se saltó al consejo de administración?
—No podría especular al respecto. Puede ser que no porque hoy (ayer) el secretario de Energía (José Antonio Meade), que es el presidente del consejo, dijo que Pemex tiene unas finanzas maravillosas y eso le permite mirar hacia fuera. Quiere decir que es un asunto consentido por el consejo de administración.
“Lo que se debe determinar es cuáles son los límites del consejo de administración y los argumentos que se tienen para autorizar una inversión de esta naturaleza, pero sobre todo para aprobar un acuerdo de unir los votos con esta empresa privada de construcción.
“Eso me parece absolutamente aberrante y está muy confuso y cuando está confuso uno tiene derecho a pensar lo peor, y pensando lo peor, como dice el filósofo, acertamos.”
Petróleos Mexicanos, aseguró Jiménez Espriú, se está manejando en “forma indebida, se están brincando los preceptos legales y malinterpretando las leyes. Es la impunidad total y aparentemente el consejo de administración dio a Suárez Coppel una patente de corso para que haga lo que le dé en gana con el dinero de Pemex, que es dinero de la nación”.
Fuente: La Jornada