viernes, 2 de septiembre de 2011

Grupos católicos salen del templo para hacer política

Encabezados por el empresario Lorenzo Servitje, lanzaron ayer un manifiesto. Harán desplegados, campañas de firmas, movilizaciones y oración conjunta.

Los movimientos católicos mexicanos han decidido salir de los templos para pugnar por plataformas políticas acordes a su conciencia de fe; reunidos bajo la iniciativa Juntos por México y arropados bajo la figura del empresario Lorenzo Servitje, lanzaron un manifiesto donde reclaman un viraje hacia los valores.

La labor, reconocen los líderes de las 500 organizaciones católicas que se aliaron, “no es sencilla, demanda empezar cuanto antes, por eso estamos dando el primer paso para construir consensos y trabajar unidos como una sola roca”.

Esas organizaciones que agrupan alrededor de 8 millones de fieles, consideraron que deben unirse para cumplir con la responsabilidad democrática, mediante un voto informado, consciente, comprometido y vigilante, influyendo además, en el ámbito legislativo

En el ámbito social trabajarán en la defensa del derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, para lo que han establecido actividades prioritarias como inculcar desde la familia la cultura de la vida y su defensa activa en todos sus ámbitos.

Asimismo, realizarán movilizaciones, desplegados, campañas de firmas y oración en forma conjunta. Promover el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural para colaborar en la realización de estas acciones.

Y se unificarán para “ejercer plenamente el derecho de educar a nuestros hijos conforme a nuestra fe, tanto en el ámbito público como en el privado, e influir directamente en los planes educativos con acciones cívicas, políticas y culturales”. Además de llevar a cabo una campaña masiva de lo que es “ser católico”.

A su vez, el arzobispo Carlos Aguiar Retes, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, afirmó que en la actualidad existe una fractura cultural. “Hoy se percibe en el seno de las familias, de los ambientes culturales y de los sectores sociales esta fragmentación de la cultura. Es una crisis que afecta a toda la sociedad. Cuando hay una crisis cultural que se rompe, que se fractura, una generación ya no le puede pasar a la siguiente los valores, ya no se hace en automático, ya hay que explicar cuales son nuestros valores”.

Ejemplificó que para los abuelos o los padres de las actuales generaciones no era necesario explicar que el matrimonio entre un hombre y una mujer era un valor, pues la conducta social ya no es orientada por una cultura aceptada por todos como sucede con el matrimonio entre personas del mismo sexo que pretendan formar una familia, considerado para unos como un antivalor.




Fuente: Milenio