En tarjetas de crédito hay tasas de 102%; el rédito a cuentahabientes es de 4 por ciento
Entre menor es la cantidad depositada, los rendimientos se reducen al mínimo de 0.69% anual
Las tasas de interés que cobran los bancos en una tarjeta de crédito llegan a ser, en algunos casos, de al menos más de 20 veces de lo que un ahorrador puede recibir por mantener sus depósitos en una institución bancaria que opera en México. En otros créditos como los de automóviles e hipotecarios, donde la garantía es el propio bien que se adquirió, los intereses por esa deuda llegan a representar entre cuatro y cinco veces más de lo que pudiera recibir el cuentahabiente por sus ahorros, según revelan informes oficiales.
Este enorme diferencial entre las llamadas tasas activas, entendidas como las que cobran los bancos a sus acreditados, y las tasas pasivas, que son las que se pagan a los ahorradores por sus depósitos, inhiben los tan necesarios hábitos para incentivar el ahorro.
Mientas un banco paga tasas de interés, en el mejor de los casos de 4 por ciento anual por los depósitos de un cuentahabiente con mayor capacidad de ahorro, ese mismo banco cobra por una deuda en tarjeta bancaria hasta 102 por ciento anual.
Por ejemplo, para obtener una tasa de rendimiento de 4.17 por ciento anual en términos nominales, es decir, sin descontar la inflación, deberá de invertir entre 10 mil y 100 mil pesos en un pagaré que ofrece el Banco Inbursa mediante el instrumento denominado CT.
Pero si se quiere acceder a una tasa de interés mayor de 4.81 por ciento anual deberá de tener un capital de 5 millones de pesos para depositarlo a un plazo mínimo de 28 días, como lo ofrece CI Banco.
Scotiabank tiene instrumentos de ahorro que pagan una tasa de 4.17 por ciento para depósitos que van desde 50 mil a 5 millones de pesos.
Entre la tasa más atractiva que ofrece el sistema financiero mexicano destaca la fijada por VW Bank, que paga 4.77 por ciento a partir de un depósito de un millón de pesos. Otra alternativa es la de Autofin que paga 5 por ciento anual por un depósito a partir de 100 mil pesos a un plazo mínimo de seis meses.
Si los ingresos no permiten realizar importantes montos de ahorro, las tasas de interés que pagan los bancos se reducen al mínimo. Bancomer paga 0.81 por ciento anual por un depósito de 5 mil pesos, mientras que Banamex otorga un rendimiento de apenas 0.69 por ciento anual por un depósito de 10 mil pesos.
Pero si el propósito es adquirir un automóvil, Banorte cobra una tasa de interés de las más bajas del mercado ubicada en 14.50 por ciento anual, en tanto que Bancomer cobra el interés más elevado para ese tipo de créditos con 17.50 por ciento anual, esto sin considerar otros costos asociados al crédito. Si se incluyen estos gastos adicionales el costo anual total (CAT) se eleva en Banorte a 17.2 por ciento y en Bancomer hasta 20.3 por ciento. Lo anterior, pese a que la inflación anual prevista para 2011 será de alrededor de 3.5 por ciento.
Las estadísticas del Banco de México, de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Condusef y las propias instituciones bancarias revelan que para los créditos hipotecarios donde el banco posee la garantía del bien inmueble, la situación no se modifica mucho.
En este caso, Santander, que es el banco que ofrece las mejores condiciones por un crédito hipotecario de unos 500 mil pesos y un enganche adicional de 20 por ciento del valor del inmueble, a un plazo de 15 años, el costo total anual del crédito es de 13.6 por ciento; seguido por HSBC en una posición intermedia con 14.5 por ciento, y el más caro es el ofrecido por Bancomer con 15.4 por ciento de CAT.
En caso de las personas con trabajo estable y con todas las prestaciones sociales, los créditos de nómina tampoco son la excepción. Además de que los bancos se cobran por adelantado y mantienen la garantía de su flujo de ingreso, las tasas mínimas son de alrededor de 30 por ciento. Otras son mayores, pero por ejemplo, si se contrata un crédito por 50 mil pesos, a pagar en 36 mensualidades de 2 mil 380 pesos, se pagará en total 85 mil 680 pesos; es decir, una diferencia de 35 mil 680 pesos más sobre el monto original.
Entre las tarjetas de crédito más baratas destacan la de Banorte Fácil con un CAT anual de 17.53 por ciento; Inbursa Telcel con 25.18 y Santander Light con 31.51 por ciento. En sentido inverso, las tarjetas de crédito más caras son la de Bancomer denominada Melody con un CAT de 89.48 por ciento; Bancoppel Visa con 88.33 por ciento y Bancomer Melody pagos fijos quincenales con una tasa que se eleva a 102.11 por ciento anual.
En otras figuras financieras como el Fondo de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot), que aparentemente es para ayuda a los trabajadores de más bajos ingresos, ofrece una tarjeta de crédito con una tasa de interés de 33 por ciento anual.
Adicionalmente a los exiguos rendimientos que ofrecen los bancos a sus ahorradores, éstos deben de enfrentar el aumento de la inflación que resta poder adquisitivo al dinero, así como costos por manejo de cuenta y penalizaciones si no se mantiene un saldo mínimo en la cuenta de ahorro, exponiéndose a que a través del tiempo si no hay movimiento de la cuenta ésta se pueda extinguir.
Fuente: La Jornada