Ciudad de México.- ¿México estará por terminar su etapa de nucleoelectricidad? De ser así, sólo habría permanecido por 21 años con Laguna Verde como símbolo. Mientras el Gobierno federal deshoja la margarita para encontrar la opción adecuada hacia el futuro, en la gama de alternativas energéticas, un punto en contra se expone en Japón con toda su crudeza.
Pero...
"Cinco de cada 100 focos que se prenden en México, encienden con energía de Laguna Verde", diría ante diputados federales el gerente general de Centrales Nucleoeléctricas, de la Comisión Federal de Electricidad, Rafael Fernández de la Garza.
Es verdad. En México, 50 por ciento de la energía se genera con gas, 18 por ciento mediante termoeléctrica convencional, 12 por ciento a través de carboeléctrica, 11 por ciento por hidroeléctrica y el cinco por ciento por nucleoeléctrica.
¿Cómo entonces solucionar esta problemática en tiempos de vacas flacas, que son las que estamos viviendo, ante las crecientes necesidades de electricidad en México?
Las declaraciones de la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano, han producido ese y otros cuestionamientos, ante su argumento de que el Gobierno de México no estaba planteando "actualmente" extender el programa nuclear, sino ampliar la producción de energías limpias para 2024: eólica, solar, biomasa, maremotriz.
Sin embargo, éstas energías aún son caras, por lo que no obstante los señalamientos de la funcionaria, hasta antes de Fukushima la CFE decía: "Laguna Verde ha sido una historia de éxito; es una planta segura, barata, disponible y confiable".
En el documento "Modelo Iberoamericano de Excelencia en la Gestión" la Gerencia de Centrales Nucleoeléctricas Laguna Verde responde al "por qué somos un caso de éxito":
"Durante los últimos 18 años -dice- la Central Laguna Verde ha demostrado ser un caso de éxito nacional e internacionalmente. WANO/INPO2, uno de los principales organismos calificadores a nivel mundial que apoya a más de 400 reactores en diferentes países, ha catalogado a la CLV como una de las mejores instalaciones fuera de Estados Unidos y, dentro de ese país, la ubica en la antesala de las mejores centrales, por su alta seguridad de operación y su gran volumen de generación. Por la calidad de nuestra operación proporcionamos estabilidad al Sistema Eléctrico Nacional y por su bajo costo de operación es la termoeléctrica más competitiva del país".
Con base en el mismo texto, se supone que desde 2008 inició el Proyecto de Rehabilitación y Modernización de Laguna Verde, con una inversión de 600 millones de dólares, lo que traería como resultados a finales de 2010, "incrementar en un 20 por ciento la capacidad instalada sobre el diseño original y es parte estratégica para ampliar la vida útil de la central hasta 50 años".
Ello representaría satisfacer la demanda de una ciudad con 800 mil habitantes. Sin embargo... "Por otro lado, el Gobierno federal está considerando la construcción de dos Unidades adicionales en Laguna Verde, lo que casi triplicaría nuestra capacidad instalada en la próxima década, fortaleciendo nuestra posición competitiva".
El promedio anual de generación de la Laguna Verde en los últimos cinco años era, antes del incremento de su capacidad, de 10 mil 217 Giga Watts hora, considerada "suficiente energía para satisfacer la demanda de más de cuatro millones de habitantes". (Se desconoce si ya opera con áreas rehabilitadas).
* La cara opuesta: más plantas
Las solicitudes para el establecimiento de nuevas plantas nucleoeléctricas en México existen desde el sexenio pasado. En 2005, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares propuso a la Comisión Federal de Electricidad la construcción de tres nuevas: una en Sonora (entre Hermosillo y el Mar de Cortés) y dos más en Laguna Verde.
Otros impulsos ponían por delante a Laguna Verde, porque ahora, aseguraban en la gerencia había "un proceso intenso de intercambio de conocimientos tecnológicos con la comunidad nuclear mundial a través de diversos organismos especializados; de este intercambio se han obtenido múltiples beneficios, entre los que se pueden destacar los alcanzados en los siguientes procesos: experiencia operacional externa, acciones correctivas, confiabilidad de equipo, modernización, método sistemático de entrenamiento y cultura de seguridad".
La Sociedad Nuclear Mexicana ha dicho, antes de lo sucedido en Japón, que la percepción de riesgo en las instalaciones nucleares "es producto de la historia, pero también de la falta de información. La posibilidad de un accidente nuclear que ocasione fatalidades es entre 100 y 1000 veces menor que otras tecnologías. Acorde a las estadísticas, la nucleoelectridad tiene índices de seguridad mejores que otras tecnologías; ocho muertes/TWaño, en comparación con 883 para la hidroelectricidad, 85 para el gas natural y 342 para el carbón".
Por otra parte ha puntualizado que, una opción viable de financiamiento para una unidad nucleoeléctrica nueva "podría realizarse bajo los supuestos siguientes: costo instantáneo de cuatro mil 390 millones de dólares, estructura deuda/capital de 80/20; plazo de pago de aportaciones anuales a capital de nueve años, a razón de 97.6 millones de dólares por año; plazo de amortización de la deuda de 20 años; tasa de interés promedio de 7.5 por ciento anual. También se supone el pago de intereses durante la construcción y amortización de capital constante. Bajo un esquema de este tipo se tiene una tasa interna de retorno (TIR) de 11.9 por ciento para la nucleoeléctrica".
Actualmente todo está en veremos y tal vez el proyecto esté congelado temporalmente.
Las opciones a la energía nuclear en generación de electricidad, que se revisan desde hace tiempo, no son solamente las limpias, sino también construir 14 centrales de carbón entre 2019 y 2028; y otras con uso de gas, pero las nucleares seguían siendo lo más favorecido... hasta antes de Fukushima.
¿Dedicará México sus esfuerzos solamente a otras ramas del uso pacífico de la energía nuclear? Es probable que en un futuro no tan cercano, tome esa decisión, porque en la medicina de hoy, las radiaciones y los radioisótopos son fundamentales para usos terapéuticos y de diagnóstico de tiroides, hígado, riñón, metabolismo, circulación sanguínea, corazón, pulmón y cuestiones gastrointestinales.
Con técnicas nucleares se combaten algunos tipos de cáncer: irradiaciones con rayos gamma provenientes de fuentes de Cobalto-60, esferas internas radiactivas, agujas e hilos de Cobalto radiactivo, etc. Además, están los radioinmunoanálisis, mediante lo cual se analizan hormonas, enzimas, virus de la hepatitis, ciertas proteínas del suero, fármacos y variadas sustancias. Y hay radiofármacos.
El uso de la energía nuclear no se circunscribe a la medicina, sino también al medio ambiente, la agricultura, la alimentación, la industria, la geología, la arqueología y a muchas disciplinas más.
México en todos estos renglones ha avanzado, aunque no a pasos tan acelerados como debiera.
* ¿Qué hay con los desastres?
Lo que sucede en Fukushima, es el resultado de un desastre natural: un terremoto, con su serie de réplicas y un maremoto que impidió el enfriamiento.
Y por eso...
Allá por Veracruz también tiembla, aunque poco, pero hay huracanes y se ubican dos volcanes.
En el primer caso, de acuerdo al Servicio Sismológico Nacional en 1978 se registró un sismo en aquella zona. Ejemplos más cercanos son los de las últimas fechas: en el norte de Minatitlán, ocurrió uno de 4.1 grados en la escala de Ritcher, el pasado día 8 y otro más el 15, de 3.9 grados al oeste de Sayula de Alemán. De maremotos por ahí no se tienen noticias.
Respecto de los huracanes... es otro el cantar. Con motivo del ciclón "Karl", de categoría tres, con vientos máximos de 195 kilómetros por hora, que atacó al norte de Veracruz en septiembre de 2010, la Comisión Federal de Electricidad suspendió las operaciones en los dos reactores de Laguna Verde. Además, fueron evacuadas 166 personas de las inmediaciones de la planta.
Y de los volcanes...
Mientras el Cofre de Perote, se considera un volcán extinto, debido a que su último evento eruptivo fue hace 200 mil años, el Pico de Orizaba o Citlaltépetl tiene capacidad de hacer erupción.
Su actividad es latente, por lo cual desde el año pasado el Centro Nacional de Prevención de Desastres tiene instaladas unidades de monitoreo sísmico, vigiladas por científicos.
Y es que como ha dicho Carlos Valdez González, jefe del Servicio Sismológico Nacional, dependiente del Instituto de Geofísica de la UNAM: "los sismos y los volcanes regresan a cobrarnos un impuesto, si estamos preparados nos va muy bien, y si no, es para preocuparse".
Han pasado 44 años desde que el aura azul iluminó el primer centro nuclear mexicano, más de cuatro décadas desde que la bella y la bestia, el doctor Jekyll y mister Hyde se incrustaron en México. ¿Qué sigue?
http://www.oem.com.mx/elheraldodetabasco/notas/n2013357.htm