Si se toma en cuenta el nivel de inflación los rendimientos reales resultan negativos
Bancos cobran hasta 20 veces más de lo que pagan a los ahorradores
Entregan intereses de 0.93 a 1.11% anuales, mientras que los préstamos van de 38 a 43%
En el país se ahorra menos que en Haití, Bolivia y República Dominicana, según el BM
Las tasas de interés que cobran en promedio los bancos en México a los usuarios de préstamos al consumo son hasta 20 veces superiores a las que obtienen los ahorradores que depositan su dinero en esas instituciones, quienes incluso obtienen beneficios menores a la inflación, lo que se traduce en una pérdida en el valor de sus recursos, revelan informes del Banco de México, la CNBV, Condusef y Banco Mundial.
Para un ahorrador que deposite 10 mil pesos durante cinco años en una cuenta de ahorro tradicional, su tasas de interés promedio anual, en el mejor de los casos será de 2.15 por ciento de acuerdo con la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras (Condusef).
Por ejemplo, en los tres principales bancos del sistema, como Banamex, por ese depósito de 10 mil pesos le pagará un rendimiento anual de 0.93 por ciento para que al final de los cinco años tendrá un saldo de 10 mil 475.79 pesos; Bancomer paga una tasa anual de 1.06 por ciento por lo que al concluir los cinco años tendrá 10 mil 544.05 pesos y en Santander, que paga una tasa de 1.11 por ciento, al final tendrá 10 mil 570.02 pesos.
Ahora, si una persona solicita un crédito personal por 10 mil pesos tendrá que pagar en Banamex una tasa anual de 43 por ciento y en Santander de 38 por ciento.
Lo anterior significa que no hay incentivos reales para que el público aumente sus niveles de ahorro por el enorme diferencial que existe entre tasas pasivas y activas. La tasa pasiva es la que se le paga a quienes depositan su dinero en el banco. Por el otro lado, las tasas activas son las que los bancos cobran a sus a acreditados. Así, la tasa activa es siempre mayor a la pasiva, ya que de ese diferencial o margen de intermediación los bancos obtienen parte de sus ganancias.
Pese a que la banca que opera en México se mantiene sólida y rentable, de acuerdo con las autoridades y los propios bancos, los usuarios que utilizan los servicios financieros enfrentan un alto costo del crédito y un bajo rendimiento de los productos de ahorro tradicionales.
Informes del Banco de México señalan que durante los pasados siete años el costo anual total de los clientes de tarjetas de crédito se ha ubicado alrededor de 30 por ciento; en tanto que el de los créditos hipotecarios ha rondado 15 por ciento.
En cambio, el rendimiento que reciben los ahorradores en instrumentos de captación como los pagarés con rendimiento liquidable en 28 días ha sido cercano a 1.3 por ciento, y el de los instrumentos líderes en el mercado de dinero, los Cetes a 28 días se ha ubicado entre 4 y 4.5 por ciento, en promedio.
Si a estos niveles de tasas de interés que obtienen los ahorradores se les descuenta el índice inflacionario, que se ha mantenido en los últimos siete años en un promedio de entre 3 y 4 por ciento, entonces el público ahorrador obtiene rendimientos reales negativos por sus recursos depositados en los bancos.
Lo anterior, sin contar las comisiones y los saldos mínimos que debe mantener un ahorrador para no recibir ninguna penalización que podría derivar en la pérdida de sus recursos.
Al cierre de 2012, el resultado acumulado neto de las banca comercial revela que obtuvo ganancias por 87 mil 700 millones de pesos.
Por otro lado, México también se encuentra rezagado en lo que se refiere a la utilización de cuentas de ahorro. Informes del Banco Mundial revelan que en el país 6.7 por ciento de la población mayor de 15 años ahorró en alguna institución financiera durante el último año; mientras que en el caso de países como Haití fue de 18.05; Bolivia 17.07 y República Dominicana con 15.97 por ciento. En el caso de países con desarrollo económico similar a México como Brasil y Chile, los porcentajes fueron de 10.3 y 12.4 por ciento, respectivamente.
Otro aspecto es la gran concentración que persiste en el sistema bancario mexicano.
De acuerdo con informes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de marzo de 2013, de los 44 bancos comerciales que operan en el país, los siete principales concentraron 78.8 por ciento de los activos totales.
Estas mismas siete instituciones participaron con 84.1 por ciento de la cartera total de crédito; 83.03 por ciento de la captación total; 78.01 por ciento de la inversión en valores y 89.4 por ciento de las utilidades del sistema.
Debido al gran crecimiento de la economía informal un gran número de pequeñas y medianas empresas no tienen acceso al crédito bancario, por lo que los proveedores se constituyeron como la principal fuente de financiamiento para 83.2 por ciento de las empresas encuestadas por el Banco de México, en su Evaluación Coyuntural del Mercado Crediticio, a diciembre de 2012.
Lo anterior cobra especial relevancia si recordamos que el pasado 8 de mayo el Ejecutivo federal y el Consejo Rector del Pacto por México presentaron ante la Cámara de Diputados la iniciativa de reforma financiera.
Fuente: La Jornada | Israel Rodríguez J.