domingo, 23 de septiembre de 2012

Calderón, inversionista de los Mouriño

El presidente Felipe Calderón sería uno de los inversionistas del Campeche Country Club, un desarrollo inmobiliario-turístico propiedad de la familia Mouriño. Fuentes allegadas al proyecto aseguran que el mandatario es dueño de cuatro áreas exclusivas, donde se ubicaría una casa de descanso equipada especialmente para los Calderón Zavala. El complejo se localiza a 14 kilómetros del centro histórico de Campeche y ha sido señalado por la presunta violación de normas ambientales. Una playa “privada”, entre sus características.

A pie de playa y rodeada de cordilleras y riscos se encontraría la casa de descanso de la aún familia presidencial Calderón Zavala. El refugio habría sido adquirido como parte de una inversión de Felipe Calderón Hinojosa en el desarrollo inmobiliario-turístico denominado Campeche Country Club, en el cual figuraría como accionista.

Se trata del proyecto que edifica el Grupo Energético del Sureste –empresa de la familia Mouriño– en 300 hectáreas, localizadas a la altura del kilómetro 193 de la carretera federal 180 (Campeche-Champotón). En su primera etapa –cuyo objetivo es urbanizar 80 hectáreas– ha tenido una inversión de 60 millones de dólares, unos 780 mil millones de pesos.

Según fuentes allegadas al proyecto (que solicitan el anonimato por temor a represalias) Calderón Hinojosa habría participado de esa millonaria inversión a cambio de cuatro lotes exclusivos, donde se ubicaría su casa de descanso.

Los familiares del fallecido secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño planeaban este proyecto inmobiliario desde 1991, según declararon en una cena organizada el 3 de septiembre de 2011 para promocionar la venta de los lotes. Pero no fue sino hasta el sexenio de su amigo, Calderón Hinojosa, cuando pudieron iniciarlo.

En octubre de 2011 empezaron los trabajos de construcción, y para enero de 2012, las obras de una marina y la playa “privada”, pues el área, aunque se encuentra a la orilla del Golfo de México, no la poseía de manera natural. Para estas obras, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha emitido tres autorizaciones que la prensa local califica como fast track, y una concesión por 15 años que legaliza la privatización de la playa.

Contralínea solicitó conocer la posición del presidente Calderón Hinojosa sobre este tema a través de la Dirección General Adjunta de Información de la Residencia Oficial de Los Pinos, a cargo de Karin Helene Oechler Rodríguez. Hasta el cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.

El complejo turístico

Con el Campeche Country Club, el Grupo Energético del Sureste –a través de su subsidiaria Inmobiliaria Supermex, SA de CV, cuyo apoderado legal es Jorge Alberto Hernández Villanueva– incursiona por primera vez en los sectores inmobiliario y turístico. Desde su constitución, hace 25 años, el nicho de negocio del corporativo de los Mouriño ha sido la paraestatal Petróleos Mexicanos: franquicias gasolineras y transportación de energéticos.
El desarrollo inmobiliario se localiza a 14 kilómetros del centro histórico de la ciudad de Campeche, a la altura del kilómetro 193 de la carretera federal Campeche-Champotón.

De acuerdo con su página de internet (http://campechecountryclub.com.mx), el complejo turístico se encuentra rodeado de cordilleras y riscos, con vistas a la costa del Golfo de México y con “aspectos naturales incomparables”, como un microsistema en la zona y acceso a playa.

Los datos oficiales indican que la primera etapa del desarrollo residencial consta de 304 lotes urbanizados (“con servicios de alto nivel”), diseñados con “las más altas especificaciones profesionales”. También que está bajo el régimen de condóminos, por lo cual “se ha estipulado un reglamento de construcción y de convivencia con el fin de cuidar los estándares establecidos”.

Cuenta con tee de práctica de golf y snack, con un lago principal, lagos pequeños, jardines, acceso controlado, club deportivo, vialidades, servicios subterráneos (agua, luz y teléfono), más de 300 metros lineales de playa privada, nueve hoyos de golf, casa club de playa y una escuela (Instituto Cumbres, que ofrece educación básica). Además, tiene áreas específicas para la instalación a corto plazo de un centro de estudios superiores y un centro médico.

El club deportivo se integra por nueve canchas profesionales de tenis, dos canchas profesionales de tenis de arcilla, una cancha profesional de tenis tipo estadio, dos canchas de racket ball, una cancha de pasto sintético de futbol, una cancha profesional de futbol, juegos para niños, una alberca semi-olímpica, una cancha de frontón, una cancha de volibol playero, un salón de usos múltiples, palapa de servicios, baños/vestidores y gimnasio.

Según la información oficial, actualmente dicho club deportivo ya está en funcionamiento, a través de las academias de tenis, futbol y natación.
Estancias de lujo

El Campeche Country Club cuenta con seis tipos de lotes, valuados en dólares estadunidenses. Los precios oscilan entre los 383 dólares y 123 dólares por metro cuadrado. Hasta ahora, de los 304 lotes planificados en su primera etapa, 139 han sido vendidos y seis han sido reservados, la mayoría en el área Premium, manzanas 1 y 2.

Los más caros son precisamente los Premium: se ubican en la cordillera del desarrollo y permiten una vista franca al mar. “Por las elevaciones del terreno, es posible las construcciones aterrazadas”.

Por ejemplo, el lote 79, de la manzana dos, cuesta 289 mil 230 dólares (unos 3 millones 760 mil pesos). Cada uno de sus 755.17 metros cuadrados vale 383 dólares. Los lotes Premium incluyen la adquisición obligatoria de una acción del Campeche Country Club, lo que permite al propietario ser socio de los clubes de playa y golf con el pago de la cuota mensual correspondiente.

Le siguen los Diamante, ubicados en el gran lago y en las inmediaciones de la tee de práctica de golf y del club deportivo, en la parte más plana de la orografía del desarrollo. Éstos también incluyen la adquisición obligatoria de la acción. El lote 69 de la manzana 12, perteneciente a esta categoría y aún disponible para su venta, cuesta 183 mil 412 dólares. Cada metro cuadrado de sus 790.57 vale 232 dólares.

Los Platino ocupan el tercer lugar respecto de los precios. Éstos tienen vista al campo de golf e incluyen la adquisición obligatoria de la acción. El lote 30, en la manzana 10, mide 654.45 metros cuadrados y su importe asciende a 143 mil 979 dólares (1 millón 871 mil 727 pesos aproximadamente).

Los lotes Oro están rodeados de áreas verdes (glorietas, parques, jardines) y quienes los adquieren no necesariamente son accionistas del complejo inmobiliario. El lote 15, ubicado en la manzana 12, cuesta 152 mil 310.62 dólares (1 millón 980 mil 38 pesos). El comprador pagará por cada metro cuadrado 154 dólares.

Los Elite se ubican en circuitos interiores y tampoco es necesario ser accionista del Campeche Country Club para adquirirlos. Uno de éstos es el 48, de la manzana 10, cuyo precio asciende a 129 mil 193.74 dólares (1 millón 679 mil 518 pesos). Su extensión es de 943.02 metros cuadrados.

Finalmente están los Prestige, ubicados en calles de circuito. Los interesados en estas propiedades no tienen que adquirir acciones del desarrollo. El metro cuadrado más barato es de 123 dólares, como el que se pagará por el lote triangular 63, ubicado en la manzana 10 y cuya extensión abarca 880.14 metros cuadrados. El terreno se cotiza en 108 mil 257.22 dólares, aproximadamente 1 millón 407 mil 343 pesos.
Presuntas irregularidades

La edificación del Campeche Country Club no ha estado lejos del rechazo social. En mayo pasado, el diario local Por esto! denunció que las obras ponían en peligro a la tortuga carey. Ello, porque la construcción de la playa privada y la marina afectan la zona de tránsito de la especie, sin que se hayan tomado medidas para evitar el daño.

De acuerdo con la nota del reportero Daniel Sánchez, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el centro de investigación Epomex, la Dirección General de la Zona Federal Marítimo Terrestre, la Secretaría de Medio Ambiente y Aprovechamiento Sustentable, la Comisión Nacional para el Uso y Aprovechamiento de la Biodiversidad y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua se opusieron al proyecto inmobiliario, por las repercusiones ambientales previstas.

A pesar del rechazo, la Secretaría de Medio Ambienten y Recursos Naturales ha emitido tres dictámenes para autorizar la construcción del fraccionamiento Campeche Country Club. También, le ha autorizado la concesión para “usar, ocupar y aprovechar una superficie de zona federal marítimo terrestre y/o terrenos ganados al mar”, con lo que se legaliza la privatización de la playa al menos por 15 años.

En entrevista con Contralínea, el delegado en Campeche de la Semarnat asegura que las solicitudes se han resuelto como marca la ley en materia de medio ambiente.

“Primero, la Semarnat no hace autorizaciones fast track. Resuelve las solicitudes como lo marca la ley. En este año, 2012, hay tres autorizaciones [a favor de la empresa de los Mouriño]: dos son por la Dirección de Impacto y Riesgo Ambiental, de oficinas centrales de la Semarnat, y la otra por parte de la delegación de Campeche”, indica Tomás Ávila Argaes. Agrega que las resoluciones se dieron entre 2011 y 2012, y autorizan el proyecto de la marina, el campo de golf y las viviendas, respectivamente.

—Se ha señalado que, con la familia Mouriño, la Semarnat ha tenido una conducta obsequiosa, ¿qué responde usted a esos señalamientos?

—Hemos comentado en los medios locales que la Semarnat está abierta a cualquier promovente. No tenemos favoritismos, así nos lo marca la ley, y no podemos favorecer a nadie. Aquí atendemos a la persona física y a la moral, a los municipios, al gobierno del estado. La instrucción que ha dado el secretario Juan Rafael Elvira Quesada es trabajar de la mano con los ayuntamientos, con el gobierno y sobre todo atender al promovente que ingresa cualquier trámite aquí con nosotros. Nosotros no podemos favorecer a nadie. No nos interesan, la verdad, las cuestiones políticas, si no por el contrario estamos trabajando por el medio ambiente y el desarrollo del estado de Campeche.
Las denuncias, sin embargo, no cesan contra este desarrollo inmobiliario. En el diario Por Esto! se dio a conocer la presunta extracción ilegal de arena del campamento tortuguero Xpicob, para rellenar la playa privada; situación que pondría en riesgo directamente el hábitat de la tortuga carey. Al respecto, el funcionario de la Semarnat, Ávila Argaes, desestima la versión.

“Nosotros lo que hicimos fue darle parte a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. La Procuraduría hizo su inspección y no había ningún indicio de obra. Así se manejó [en la prensa] pero fue algo falso. No inició obra la promovente y nosotros nos quedamos en la etapa de evaluación. Estábamos evaluando si el proyecto cumplía con lo técnico y con lo jurídico para ser factible. Y en ese momento el promovente se desiste. Entonces concluimos ahí el caso.”

—Hay alguna preocupación acerca del impacto que tendría este desarrollo, sobre todo respecto del hábitat de la tortuga carey. ¿Qué se está haciendo para preservar este hábitat?

—La Semarnat debe cuidar y proteger el medio ambiente, ésa es su función principal. Nosotros no podemos autorizar nada que violente al medio ambiente y sobre todo a este hábitat que está protegido por la NOM-059-SEMARNAT-2010, que es la norma que protege a la tortuga marina. Entonces definitivamente tenemos que cuidarlo, protegerlo, entonces no podemos autorizar nada que violente a esa especie –asegura el funcionario.

El Campeche Country Club “es sólo el inicio de muchas cosas que vienen. Los que conocen la ciudad [saben que] es algo sumamente precioso, es patrimonio cultural de la humanidad. Es el sitio primero en seguridad pública. El sitio más tranquilo del país”, dijo Carlos Mouriño Atanes, presidente del consejo de administración del Grupo Energético del Sureste y padre de quien fuera secretario de Gobernación hasta su muerte, en la actual administración federal, cuando hizo público su proyecto (Guadalupe Martínez, Milenio, 4 de septiembre de 2011).




Fuente: Contralínea