lunes, 16 de enero de 2012

Trabajadores temen ser despedidos si hablan sobre las obras que efectúan

No sé qué hagan los jefes con el material; son muchos kilos de cobre los que hemos quitado

Manuel viajó de Guanajuato a la ciudad México en la segunda quincena de octubre de 2009. La empresa para la que labora fue una de las compañías beneficiadas con la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Desde entonces ayuda a la colocación de postes, en la sustitución de alambre de cobre por aluminio y en el retiro de transformadores que eran utilizados para alta tensión por otros de menor capacidad.

La charla tuvo que ser realizada de manera discreta, fuera de su centro de trabajo, porque si alguien lo viera platicando de sus labores con personas ajenas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dijo, podrían despedirlo. Aseguró que ya no duerme en camastros, como en los primeros días en que llegó al Distrito Federal, y junto con tres de sus compañeros paga el alquiler de un pequeño departamento en la colonia Sinatel, en la delegación Iztapalapa.

Casado y con dos hijos que sostener, dijo, “sería difícil hablar de lo que hacemos, porque son muchos kilos de cable los que hemos retirado y no sé que hagan con el material los jefes; no sé si todas las cuadrillas hagan lo mismo, pero las órdenes de trabajo a veces indican el retiro del cableado, como pasó en el posteado de las aceras del Eje 8, colindantes con las obras de la línea 12 del Metro, donde se ha ido cambiando el cobre por aluminio.

Una vez que se retira el cable, se pone en los transportes y se deja en depósito en los almacenes. Por ejemplo, uno que está sobre calzada de Tlalpan, muy cerca del Metro Portales; pero hay más, porque cuando se ha requerido también apoyamos trabajos en el Centro o en Coyacán.

Al ser cuestionado sobre si hay otras zonas en las que actualmente se realice esta sustitución, respondió: por el Ajusco.




Fuente: La Jornada