lunes, 16 de enero de 2012

Presión en el IMSS a quien tramita jubilación para bajar las pensiones

Errores en el número de semanas cotizadas en el IMSS y en datos personales, constantes

Los procesos para resolver el pago de la prestación pueden dilatar años
Errores en el número de semanas cotizadas al Seguro Social y por tanto en años trabajados, en los salarios percibidos, y en las distintas empresas en que han laborado, además de la incomprensible y burocrática tramitología, son algunos de los problemas que enfrentan quienes llegan a la edad de jubilación e inician el proceso para obtener su pensión.

Lo más grave es que los trabajadores deben sortear estrategias aplicadas por quienes llevan a cabo los trámites ante el IMSS, para que los asegurados no opten por la ley de 1997, que es la que otorga una pensión digna, y en cambio se adapten al régimen actual, con el que pierden entre 70 y 60 por ciento de la pensión que les corresponde.

Trabajadores que relatan sus historias señalan que en promedio los trámites de jubilación pueden llevarse más de un año, pero pueden llegar a dos.

Advierten que en el instituto hay un esquema para convencer a los trabajadores de que no opten por jubilarse bajo la ley de 1997, sino por el régimen actual. Los trámites son confusos y no hay información clara al respecto, por lo que muchos trabajadores pierden buenas pensiones y se conforman con 30 o 40 por ciento del ingreso que les corresponde.

Juan José, piloto jubilado, cuenta que él tenía derecho a una pensión cercana a los 30 mil pesos mensuales y que se confundió en algunos de los trámites; en el instituto le dijeron que era mejor el régimen actual y firmó. Ahora recibe unos 7 mil pesos al mes y, aunque ya se amparó y emprendió un proceso legal, no pudo recuperar la pensión que le correspondía.

A su vez, María del Consuelo, quien laboró en el sector educativo privado, indica que está en el trámite hace más de un año, que no le reconocen al menos 10 años laborados y, como no guardó comprobantes de salario de otros centros de trabajo, no ha podido demostrar ese periodo laboral. Aún no consigue su jubilación, le dicen que a lo mejor los lugares donde trabajó no la registraron ante el IMSS, por lo que desconoce qué debe hacer.

Ernestina, consultora de una Afore, explica que la empresa para la cual trabaja, tramita las llamadas sábanas del Seguro Social para sus clientes, que son las hojas con toda la historia laboral, como un servicio de la empresa. La tónica constante son los innumerables errores de estos documentos en cuanto al número de semanas de cotización ante el instituto.

Otros problemas son los datos personales, el número de empresas donde laboraron tiene errores que se arrastran durante años y, en el momento en que los trabajadores inician el trámite de la jubilación, se enfrentan con que gran parte del registro ante el instituto está mal –incluso datos personales como nombre o fecha de nacimiento– y hay que corregirlo, y ahí empieza otro proceso que puede llevar muchos meses cuando se logra corregir.

Este medio tuvo información de que algunos despachos de abogados ya ofrecen servicios para tramitar las correcciones, cuyo costo no es alto.

En tanto, información extraoficial señala que al menos hay un rezago de un millón de jubilaciones pendientes o en trámite que no han sido completadas, cuyos trabajadores esperan para obtener su pensión, aun cuando ya cumplieron los años de servicio y llegaron a la edad prevista en la ley.

Otro caso es el de Socorro, que laboró en diversas empresas del sector de la confección y, tras haber cumplido el tiempo laboral, le dicen que según los registros le falta un año para tramitar su pensión. Desconoce todo sobre el proceso, no sabe cuánto puede alcanzar de jubilación, sólo que la despidieron y que por su edad y por padecer diabetes no podrá obtener un trabajo fácilmente.

Según explica Ernestina, es muy importante que los trabajadores revisen y verifiquen sus registros ante el IMSS con anticipación y que den seguimiento a los cambios para evitar sorpresas, aunque reconoció que los trámites son difíciles, tortuosos y tienen trampas.




Fuente: La Jornada